29 de diciembre de 2008

Deuda saldada

El Parque Natural de Izki, uno de los parajes más singulares del País Vasco, acogía el día de los Santos Inocentes, una nueva edición del Campeonato de Euskadi de Ciclo-Cross. La desconocida para muchos altiplanicie rodeada de montañas del extremo sureste de Álava, que alberga en su seno la mayor reserva europea de Roble Marojo, iba a servir para medir por última vez, a los ciclistas vascos en el año 2008.

La ausencia de núcleos de población y de accesos acondicionados han facilitado su mantenimiento como un espacio sin apenas transformaciones, posibilitando que estos bosques constituyan un hábitat ideal para especies animales salvajes.

Limitando con el Parque Natural, se encuentra enclavada la pequeña localidad de Urturi, que cuenta únicamente con 28 habitantes, pero que con el reclamo de la naturaleza virginal de los alrededores, tiene en sus dominios un campo de Golf diseñado por Severiano Ballesteros en cuyas instalaciones se iban a desarrollar las diferentes competiciones.

Precioso marco el elegido, incluso elitista para un deporte como el ciclo-cross, acostumbrado a prohibiciones y a terrenos baldíos. Desgraciadamente el tiempo no acompañó. El Solano no quiso perderse la cita y una densa niebla cubrió el circuito, provocando que la coqueta y acristalada cafetería del complejo deportivo, cobijase a la mayor parte de los espectadores presentes, que contemplaban las diferentes pruebas sin exponerse a la intemperie.

El diseño del circuito no era el idóneo para las posibilidades que ofrecía el excepcional terreno por el cual transcurría la carrera, quedando finalmente un recorrido apto para ciclistas físicamente fuertes donde el estado de forma de cada uno de los ciclistas iba a resultar determinante.

Ante tal escenario, partía como favorito Javier Ruíz de Larrínaga (Spiuk-Urteaga). Además, estaba pendiente saldar la deuda de la bochornosa actuación de Bermeo (Vizcaya) la temporada anterior, en la que su actitud infantil le privó de conquistar la "Txapela".

La carrera, efímeramente la lideró Erlantz Uriarte (Opel Ibaigane) hasta que Egoitz Murgoitio (Cafés Baqué) tomó las riendas de la misma, con la intención de no desprenderse de ella. El ciclista de Abadiño (Vizcaya) ha regresado al ciclo-cross para quedarse. No regresará al ciclismo de carretera, salvo en aquellas carreras puntuales que sirvan como preparación para el ciclo-cross. El espigado ciclista se sobrepuso a unos graves problemas físicos sufridos el año 2005 que hacían peligrar su carrera deportiva. Formó parte de forma efímera del pelotón profesional de ruta, dentro de la escuadra Grupo Nicolás Mateos durante el año 2007 y regresó a la categoría Élite de la mano del equipo Cafés Baqué en el 2008, colores que viste hasta la fecha. Muchas y muy variadas experiencias de todo tipo en el ciclismo de carretera que llegan a su fin.

Desestimada la posibilidad de continuar un año más en la categoría amateur y sin hueco en ningún equipo profesional, el ciclista decidió en Septiembre que regresaba a sus orígenes. Notable especialista nacional en las categorías inferiores, va recuperando sensaciones pasadas, a pasos agigantados. Su juventud y sus antecedentes en el ciclo-cross (Campeón de España Cadete en Porriño 1999 y Campeón de España Sub´23 en Sotrondio 2003), hicieron que el seleccionador nacional, Francisco Plá, confiara en él para la importante cita de la Copa del Mundo disputada en Igorre, en contra de la opinión general.

Egoitz Murgoitio cumplió con creces en la prueba vizcaína hasta que una inoportuna rotura de cadena le impidió clasificarse en los puestos que transitó durante buena parte de la prueba, y a partir de aquella fecha ha ido dotándose de mayor identidad dentro del panorama nacional del ciclo-cross, hasta el punto que sólo será el ciclista vizcaíno, el que pueda romper la selección que ya tiene preconfigurada el seleccionador nacional para la cita de Hoogerheide (Holanda).

Llegaba a la cita de Urturi con unas excelentes sensaciones recogidas en la prueba de la Copa del Mundo de Nommay (Francia) celebrada el pasado 21 de Diciembre y durante el primer tercio de carrera marcó su propio ritmo, dando una sensación de seguridad en si mismo, impropia de lo visto hasta la fecha.

Javier Ruiz de Larrínaga (Spiuk-Urteaga) sufría para mantener una distancia visual constante con el ciclista, viendo como en los tramos más complicados de la zona boscosa, el ciclista de Abadiño irremediablemente volvía a endosar la misma proporción de segundos que el ciclista de Amezaga de Zuya había conseguido restar en otras zonas del circuito más aptas para su destreza ciclista.

A la estela de Javier Ruiz de Larrínaga se había soldado Unai Yus (Lankide-AZ Etxe) y desgraciadamente el ciclista vitoriano despareció ante el primer contratiempo. Un pequeño percance hizo descentrarse al ciclista y con ello tirar por tierra todas sus posibilidades. Si algo admirable tiene el ciclista es su carácter competitivo, la ilusión por el ciclo-cross de un niño embutido en el cuerpo de un ciclista maduro, su inconformismo y su entrega hasta la extenuación. Si Yus pierde su esencia, ¿qué nos queda de él?.

Si Unai Yus perdió sus opciones por voluntad propia, a otro de los llamados a priori a estar en la lucha por la victoria, David Seco (Spiuk) lo condenó el diseño del circuito. Un trazado de una gran exigencia física sacó a relucir sus carencias, que en esta ocasión no pudo maquillar con su destreza técnica puesto que el circuito no se aprestaba a ello.

Así por lo tanto y una vez que había trancurrido el primer tercio de la prueba, la carrera únicamente tenía dos aspirantes a la victoria, Egoitz Murgoitio (Cafés Baqué) y Javier Ruíz de Larrínaga (Spiuk-Urteaga). El ciclista de Abadiño marcaba un ritmo muy sólido y ello posibilitaba el claro distanciamiento entre ambos y el resto de rivales.

Tras dejar madurar la prueba, y en la zona donde el ritmo que marcaba Murgoitio le pasaba una mayor factura el propio ciclista, Javier Ruíz de Larrínaga (Spiuk-Urteaga) lanzó un ataque que le sirvió para obtener una renta suficiente en un breve espacio de tiempo, que supo mantener hasta la línea de meta.

Curioso el proceder habitual de Javier Ruíz de Larrínaga en este tipo de lances, en los que repite fielmente una especie de guión premeditado. El ciclista minusvalora la importante primera vuelta de una competición de ciclo-cross confiado en que su capacidad para mantener un ritmo alto en busca de la cabeza, le hará llegar a ella tarde o temprano.

Una vez alcanzada la cabeza de la prueba, consume el tiempo en el análisis de las virtudes y debilidades de sus rivales, para asestar un ataque, que la permita distanciarse lo suficiente, elevando el ritmo de nuevo, de tal forma que sus rivales no pueden recortar la diferencia obtenida tras el contundente ataque.

Una forma de actuación, que le ha supuesto un notable número de victorias, no en vano es el ciclista más laureado del territorio nacional en este campaña, pero esa línea de actuación no encaja en las pruebas donde la competitividad es mayor. Sus peores actuaciones a lo largo de esta temporada, se han producido en las pruebas de mayor competitividad, y donde los rivales presentes eran de mayor calidad y también estaban presentes en mayor número. Así, tanto en Igorre como en Asteasu se vió privado de estar a la altura de los ciclistas nacionales a los que días antes superaba sin dificultades.

Si no soluciona los problemas por los que atraviesa a lo largo del primer tercio de carrera, sus salidas carentes de explosividad y su incapacidad para mantener un elevado ritmo en los primeros quince minutos de competición, tendrá dificultades incluso para acceder al podium de la esperada cita de Valladolid.

Pero para la cita castellana faltan todavía algunas semanas, mientras tanto en Urturi el ciclista alavés se alzó con todo merecimiento con la victoria, superando en 21 segundos a Egoitz Murgoitio. Del tercer lugar del podium se hizo merecedor Aketza Peña (Pan Menesa) que aunque lejos del dueto que protagonizó la carrera, privó a David Seco y Unai Yus de acceder al podium. Llegó a 2'03" satisfecho por el resultado, y por una carrera en la que su constancia le hizo merecedor de estar junto a los dos protagonistas de la carrera.

Más de medio minuto más tarde, a 2'38" apareció en meta David Seco (Spiuk) y casi a cuatro minutos (3'55") entró en quinta posición Unai Yus (Lankide-AZ Etxe). Tan sólo 16 segundos más tarde, hizo aparición el primer Sub´23, Jon Izaguirre (Seguros Bilbao). De su victoria en la categoría de los más jóvenes se obtiene una doble lectura: Por un lado, el crecimiento de un ciclista con el paso de las semanas, que enfoca su preparación en la carretera pero que no se olvida del tradicional ciclo-cross, siendo un rival más peligroso con el suceder de las semanas. Algo que nos hace recordar a las actuaciones de su hermano Gorka Izaguirre (Seguros Bilbao) en temporadas pasadas.

Y por otro lado, el bajo nivel en la categoría Sub´23. Que un ciclista que incluye entre en su preparación el ciclo-cross supere a los especialistas, no habla muy bien de éstos últimos. David Juárez (Opel Ibaigane) entró dos puestos por detrás de Izaguirre, en octava posición, a 5'05 del vencedor.

Intercalado entre ambos, Joseba León (Ciclos Maestre) a 4'58" en uno de sus cada vez más habituales días de aquellos que el ciclista, a través de escenificaciones infantiles, hace todo lo posible por llamar la atención desde el momento en el que llega al circuito hasta el momento en el que se va.

Tan sólo fueron 14 los ciclistas que finalizaron sin ser doblados, a pesar de las dimensiones del circuito, que prácticamente tenía una cuerda de 3 kilómetros. Uno de ellos fue, Zigor Urain (CDR) al que hay que seguir agradeciendo al igual que al resto de ciclistas que toman la misma determinación que el ciclista guipuzcoano, su deseo de participar en la categoría Elite y no en la categoría Máster.

Perfectamente, tanto Zigor Urain (CDR) como su compañero Iñigo Roldán (CDR) o incluso Jorge Iruretagoyena (Spiuk) podrían ser "cabeza de ratón" en lugar de "cola de león" en esto del ciclo-cross. Pero para beneficio del ciclo-cross en general no lo hacen. Ellos posibilitan, entre otras cosas, una mayor competitividad en la categoría reina y son los que ponen en dificultades a esos jóvenes que tomarán las riendas del ciclo-cross en un futuro.

Cuando contemplo en el podium como Aitor Diaz Miranda, con la trayectoria que ha tenido en las categorías inferiores dentro del ciclo-cross, como recibe los honores al proclamarse vencedor en la categoría Master 30, no puedo hacer otra cosa que agradecer a los ciclistas que no toman el mismo camino que el ciclista vizcaíno, su decisión.


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