28 de octubre de 2006

Simunek mantiene inexpugnable el "campamento"

Tábor fue el escenario elegido para la disputar la tercera de las batallas en pos de la Copa del Mundo. Esta localidad enclavada en la Bohemia de Sur dentro de la República Checa fue fundada en la primavera del año 1420 por los partidarios de un movimiento religioso reformista también conocidos como los "husitas".

El nombre de husitas fue acuñado por los seguidores de Jan Hus tras la muerte del maestro. Hus impulsó un movimiento cristiano basado en unas ideas que defendían un retorno al cristianismo primitivo, en clara oposición a la jerarquía y a los postulados de la Iglesia.
Estos seguidores se multiplicaron en momentos en que la Iglesia Católica sufría la crisis del llamado Cisma de Occidente, cuando ejercían dos papas, a los que en 1409 se agregó un tercero, Alejandro V, que condenó el movimiento husita y excomulgó a Jan Hus. Convocado el Concilio de Constanza con el fin de reunificar a la Iglesia Católica, Hus acudió a defender sus puntos de vista, pero fue condenado allí a morir en la hoguera y el 6 de julio de 1415 fue quemado vivo.
Antes de ser quemado, Hus dijo a su verdugo unas palabras que pasaron a la historia: "Vas a asar un ganso (hus significa ganso en lengua bohemia), pero dentro de un siglo te encontrarás con un cisne que no podrás asar." Estas palabras fueron una profecía que se cumplió en Martín Lutero, quien apareció al cabo de unos cien años, y en cuyo escudo de armas figuraba un cisne. Jan Hus fue un precursor del Protestantismo.
Cuando Jan Hus falleció en 1415, los desde entonces llamados husitas partieron desde Praga y se dirigieron a la Bohemia del Sur dónde construyeron una ciudad a la que pusieron el nombre de Tábor en referencia al monte bíblico. En checo esa denominación significa "campamento".

La ciudad de Tábor se convirtió en fortaleza inexpugnable de los husitas y centro de ese movimiento religioso. Por largo tiempo los ejércitos husitas derrotaron una y otra vez a sus enemigos. Su capitán era Jan Zizka, un hidalgo checo, tuerto desde su juventud.

Jan Zizka también perdió el otro ojo en la batalla, pero siguió venciendo durante los años siguientes y murió sin conocer la derrota. El monumento a Jan Zizka, el caudillo militar más importante de la historia checa, se halla en muchas ciudades checas y la de Tábor no es ninguna excepción. Además el epicentro de la ciudad, que es la plaza mayor, lleva el nombre del propio Zizka.

Como es fácil de entender, la vida fue dura con Zizka y él, por ello, solía ser duro tanto consigo mismo como con sus enemigos. Pero en su campaña por la causa de las ideas husitas logró comportarse también de manera misericordiosa. Un ejemplo de ello es lo sucedido en la ciudad de Kutná Hora, Bohemia Central. Ordenó destruir todo el complejo de un monasterio respetando la preciosa iglesia. Sin embargo, uno de sus hombres trepó al tejado de la iglesia, la prendió fuego y luego más tarde confesó su hecho pidiendo una recompensa en oro. Zizka le dio lo pedido, mandando derretir una barra de oro y verterlo en la garganta del incendiario.

En la ciudad de Tábor no sólo están presentes los recuerdos a Jan Hus y Jan Zizka, sino que sigue siendo un lugar con una atmósfera medieval que se puede sentir en las estrechas calles de su casco histórico, un precioso lugar que merece la pena ser visitado.

Pero el pelotón internacional del ciclo-cross no acudió a la cita precisamente de visita sino a batallar, en la que los ciclistas checos, en el papel de husitas tiempo atrás, iban a pelear con el único objetivo de la victoria y mantener inexpugnable la fortaleza de Tábor.

El campo de batalla tenía una larga cuerda que se acercaba a los trés kilómetros. Sobre un terreno duro de pradera fundamentalmente, aderezado con unos tramos de escaleras que salvaban los diferentes desniveles, y unas pronunciadas curvas y obstáculos que reducían la enorme velocidad que se podía desarrollar en este circuito, los corredores tomaron la salida en un soleado día, en el que era muy atractivo contemplar el espectáculo ciclista.

Con la deserción del francés Mourey de entre los contendientes, los favoritos desde el inicio ocuparon los lugares de privilegio, dentro de un grupo extenso y compacto dominado por los ciclistas checos, por aquello del que primero golpea, lo hace dos veces. Nuestro representante, el cántabro Isaac Suárez, saliendo del centro de la parrilla de salida, pudo mejorar un destacado número de puestos, llegando a ocupar en la primera vuelta la decimoséptima plaza del gran grupo, con la que nos conseguía mantener expectantes por observar un episodio más de su continua intentona por figurar entre los ciclistas relevantes de este tipo de competiciones.

Zdenek Mlynar fue el encargado de llevar las riendas en los primeros compases de la prueba alternando su posición con el holandés Gerben de Knegt. La armada checa con un voluntarioso Ausbuher, el eléctrico Stybar y un inteligente Simunek se mostraban en la cabeza de carrera, acompañada de los temibles belgas, Nijs, Wellens y Vervecken, junto a un gran número de corredores que enfilados todos, formaban un numeroso grupo.

Aunque la marcada existencia de una, siempre utilizada, única trazada y los puntos revirados del circuito, nos permitía volver a contemplar imágenes de pequeños enganchones y errores que hacían retroceder un buen número de posiciones a pesar de que el percance fuese mínimo, como sucedió en la pasada prueba de Kalmthout, aquí sin embargo si existía la posibilidad de adelantar y mejorar posiciones puesto que el circuito era lo suficientemente ancho para ello.

Tras la tensa calma y la alternancia en cabeza de carrera, a los diez minutos de iniciada la carrera, Sven Nijs tomó el mando, elevando el ritmo y soportando el mismo durante un periodo de tiempo que sirvió para realizar un pequeño corte de siete ciclistas formado por Nijs, Vervecken, Wellens, Simunek, Ausbuher, Mlynar y Stybar.

La armada checa mostraba su fortaleza ante unos rivales, que empezaban a seleccionar el grupo, mostrando la calidad que atesoran. Por detrás, los ciclistas de Rabobank mantenían al grupo perseguidor a escasos segundos, momentos en que los primeros huecos empezaban a abrirse, y en la que irremediablemente Isaac Suarez ya no se mantenía a cola. El gozo en un pozo.

Pero en la tercera vuelta, sin saber uno como se produce realmente, un dúo ciclista auspiciado por Wellens y escoltado por Simunek, comenzó a abrir un hueco, que paulatinamente fue tomando ventaja hasta el punto de resultar definitivo en el desenlace de la carrera.
Parecía que Wellens recuperaba la imagen a la que nos tiene acostumbrados, y sorprendía la presencia de Radomir Simunek JR., hijo del gran campeón que vistiendo los colores del equipo belga Palmans Collstrop, se estaba erigiendo en el inesperado protagonista del día. Su proceder en carrera estaba resultando propio del mejor de los manuales del deporte del ciclo-cross. Inteligente y atento en carrera, a pesar de la alternancia hasta entonces en la cabeza de prueba, siempre se situaba tras la estela de los ciclistas que llevaban el peso de la carrera, sorteando de este modo cualquier problema de posibles caídas, evitando hacer esfuerzos innecesarios de recolocación en el grupo y observando con la nitidez que te da el estar en cabeza de carrera, el desarrollo de la misma. En esta jornada estuvo brillantísimo el joven checo.

El peso del dúo lo llevaba Wellens, mientras que por detrás nadie se atrevía a apostar decididamente por reducir la ventaja de los fugados. Los segundos iban aumentando a favor de un dúo en el que ahora también creía Simunek, que colaboraba con el belga en busca de un hueco mayor, que ya era de más de medio minuto a mitad de carrera.

Vervecken era consciente de que la carrera se podía marchar, y aunque era la persona que llevaba la mayor parte de la persecución, demandaba ayuda. Este “perro viejo” la encontró en Sven Nijs, que inició una persecución, que volvió a fragmentar un grupo, que aumentaba en número cada vez que se reducía mínimamente la velocidad dentro de él.

La velocidad de Sven Nijs permitió reducir de nuevo la diferencia, pero de una forma mínima. Sorprendentemente la carrera quedó sentenciada a favor de los dos fugados cuando próximos a entrar en el último cuarto de hora de la prueba, ocurrió algo a lo que no estamos acostumbrados a ver, y es que Sven Nijs dio la sensación de que se autodescartaba en la lucha por la victoria, y esto unido a un pequeño traspié a la salida de un obstáculo artificial, contribuyó a que el belga fuese perdiendo posiciones paulatinamente, saliendo incluso de las diez primeras plazas.

La coyuntura fue aprovechada por Stybar, que aunque sin posibilidades de luchar por la victoria, lanzó un ataque que sólo fue correspondido por Vervecken. Así veíamos como la armada checa depositaba sus esperanzas en sus jóvenes guerreros, habida cuenta de que ciclistas como Mlynar habían perdido comba con el grupo, Ausbuher no estaba para nada más que aguantar en el grupo, y Dlask en ningún momento de la prueba dio la sensación de ser amenaza alguna.

Sin embargo, Sven Nijs volvió a aparecer en los últimos compases de la prueba, para reintegrar a Stybar y Vervecken al grupo, mientras que todo estaba dispuesto para, en un combate cuerpo a cuerpo, dilucidar el vencedor final. Un avispado Simunek, comprobó a falta de dos vueltas, como en un tramo de escaleras que continuaba con pequeña ladera en ascenso, el montar y arrancar con la bicicleta de Wellens, se producía de una forma excesivamente lenta, signo inequívoco de la falta de frescura del ciclista del Fidea.
En la última vuelta, el ciclista checo, fue liderando la prueba y a su vez observando el comportamiento de su rival ante los cambios de ritmo a los que sometía al belga, hasta que llegado al punto anteriormente citado, decidió lanzar un ataque que el gran ciclista belga no pudo repeler. Se mantuvieron en un estrecho margen durante un buen rato, pero finalmente, Wellens se rindió ante la imposibilidad de dar caza a Simunek y por tanto de alcanzar la victoria.

La experiencia, astucia y talento del belga parecía de antemano que iba a anteponerse a la bisoñez del hijo del maestro Simunek, pero gracias a su inteligencia y su calidad como ciclista dio la sorpresa y nuevamente la fortaleza de Tábor se mantiene inexpugnable ante cualquier invasor.

Así de este modo Simunek entraba celebrando la victoria con diez segundos sobre un derrotado Bart Wellens. Por detrás en un sprint dominado claramente por Vervecken, entraban tras éste, Klaas Vantornout, Sven Nijs y Zdenek Stybar, por este orden y marcando el mismo tiempo. Isaac Suárez finalizó en la trigésimonovena plaza a cuatro minutos y medio del vencedor.

7 Comments:

At 2 de noviembre de 2006, 22:02, Anonymous Anónimo said...

Fantástico, sobre todo por la ubicación histórica del lugar. Nacho

 
At 5 de noviembre de 2006, 0:45, Blogger Marco* said...

Hola Nacho!

Quien debe agradecer tu intervención y sobretodo los interesantes artículos que acostumbras a publicar soy yo. Un verdadero ejemplo a seguir.

Un saludo!

 
At 6 de noviembre de 2006, 0:31, Blogger Marco* said...

Hola Pico!

El año pasado tanto Gadret como el propio Mourey estuvieron a punto de ganar una prueba de la Copa del Mundo puesto que cosecharon sendos segundos puestos, pero creo recordar que la última prueba que se anotó un corredor galo, se remonta al año 95, concretamente al 15 de Enero en la localidad de Sablé-sur-Sarthe (Francia). El corredor que obtuvo dicha victoria fue Dominique Arnould.

Pienso que para desbancar a los belgas del trono en el que están instalados, hace falta encontrar un corredor con calidad ciclista y que priorice su carrera deportiva en la disciplina del ciclo-cross. Mourey o Gadret (acuérdate del Giro de Italia que estaba haciendo este último) pueden ser ciclistas en los que encontramos ambas cosas.

Además en Francia se cuida esta especialidad, no en vano equipos Pro Tour tienen su especialista en esta disciplina.

Y por si fuera esto poco, los ciclistas belgas y holandeses fundamentalmente tienen un calendario tan cargado con los diferentes torneos existentes, que un ciclista como es el caso de Mourey, puede llegar más descansado a diferentes pruebas como puedan ser esta, y especialmente a su objetivo principal que es el Campeonato del Mundo.

Un saludo!

 
At 6 de noviembre de 2006, 10:38, Anonymous Anónimo said...

Como curiosidad, decir que Dominique Arnould ejerce funciones de director, al menos, en un equipo junior frances el Etien Sud Gascoin o algo asi. Que ya en la vuelta gipuzkua uno de sus corredores gano etapa y otro quedo segundo en la general. Tambien decir, que esta muy mejoraro fisicamente jejeje.

Y sobre la superioridad belga, mirando las clasificaciones de categoria sub23, no se tal superioridad. Los chechos estan muy fuertes y ya en treviso el suizo Taramarcaz ha estado adelante. Y el primer belga Dieter Vanthoerenhout en septima posicion. Eso si, Niels Albert no se ve, supongo que no participaria.

Agur bero bat !!!

 
At 6 de noviembre de 2006, 15:18, Anonymous Anónimo said...

Vlaanderen estas mezclando los Dominique : Arnould y Arnaud !!

El primero fue un campeon mondial de ciclo cross ademas de correr en el Castorama varios anos y incluso gano la etapa del Tour que acabo en Donosti !!
Ahora mismo es director en el Bougues telecom.

El segundo ya es un anciano corredor quien empezo en el prinicipio de los anos 80 en Reynolds o Wolber (ya no recuerdo) y que, eso si, termino su andadura con los de Etchavarri. Es desde algun ano el director del Entente sud Gascogne quien recoje los mejores jovenes del sud Ouest y les permite participar en eventos nacionales y internacionales. Con el se dieron a conocer Patachon, Delage y Ladagnous (los tres en FDjeux) y Kudashev (Relax). Y seguro que otros van a seguir estos pasos (Cazaux y Lebas)

Para seguir en el tema de los ciclo cross men franceses, tambien hay que hablar de steve Chainel quien apunta muy buenas maneras (9° creo en Treviso) y quien pasara en el Auber continental el ano que viene.

Gracias Marco por este relato ciclo-historico muy interesante.

 
At 7 de noviembre de 2006, 9:58, Anonymous Anónimo said...

Gracias Biarnes, aclarado queda.

Agur bero bat !!!

 
At 7 de noviembre de 2006, 20:15, Blogger Marco* said...

Hola!

Sólo añadir que en las funciones de director deportivo en Bouygues Telecom, Dominique Arnould anima a sus corredores en la práctica del ciclo-cross, incluso repartiendo bicicletas entre sus ciclistas y realizando entrenamientos de esta especialidad aunque luego a la mayor parte de ellos no se les vea compitiendo.

Sobre las categorías inferiores y lo que años más tarde sucede elaboraré una serie de datos estadísticos sobre el fenómeno en cuestión ya que me parece interesante. Pero cabe recordar que Oscar Pereiro, Iban Mayo, Haimar Zubeldia o Igor Astarloa fueron mundialistas en ciclo-cross y sin embargo el ciclo-cross nacional sigue incrustado en el vagón de cola del concierto mundial. Hay una serie de claras connotaciones que hacen que al final del periodo formativo la élite mundial esté copada por ciclistas de un mismo país, a pesar de que éstos no estén más dotados que otros para el deporte.

Muchísimas gracias por las ilustrativas e interesantes intervenciones.

Un saludo!

 

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