7 de noviembre de 2006

Mourey se confirma en Treviso

La gira europea llamada Copa del Mundo hacía su cuarta parada en territorio italiano. Concretamente la localidad de Treviso era la elegida para albergar la prueba.
Pasado y futuro se entremezclaban con sólo visionar el circuito. Viejos recuerdos aparecían en la mente de uno al contemplar que Mapei era la firma patrocinadora del evento. Ilustre firma que sigue y seguirá ligada al ciclismo, aunque de otra forma bien distinta a la que se dio a conocer de un modo sobresaliente en el mundo de las dos ruedas.

Y con la mirada puesta más allá de esta prueba, la élite del ciclismo mundial palpaba seriamente el circuito de Treviso, escenario que albergará el Campeonato del Mundo a disputar a principios del año 2008, es decir, la próxima temporada ciclopedreste. Advertidos quedan todos del circuito en el que se pondrá en juego el maillot arco-iris.
En este futuro circuito mundialista se puso de manifiesto que el desenlace será incierto muy probablemente hasta los últimos metros. Se caracterizará por la alta velocidad a la que pedalearán los ciclistas, además de ser un circuito propicio para formar grandes grupos de ciclistas, que sin posibilidad de romperse, transitarán compactos hasta bien entrada la prueba. Aquí un simple error, te puede mandar de la cabeza de la carrera al fondo de la clasificación en un abrir y cerrar de ojos.
Estamos acostumbrados a ver rodar a los corredores de uno en uno en nuestro ciclo-cross nacional y allí, como en muchos otros circuitos de Europa, será bien diferente. De todas formas, los delegados de la UCI allí presentes también observaron esto y se fueron con la determinación de indicar a la organización de la cita mundialista que el circuito debe ser modificado de tal forma que imposibilite que la prueba esté abocada a dilucidarse en un sprint masivo. También, en la mente de todos estaba que quizá por las fechas en las que se disputan los mundiales, el circuito no esté tan seco como en esta ocasión.

La prueba se desarrolló en la tónica general de lo que es el ciclo-cross moderno y que ya hemos podido presenciar en las pruebas anteriores. Incluso en esta ocasión las características estaban más marcadas si cabe, y es que hasta el desenlace final de la prueba, un numeroso grupo de aproximadamente veinte unidades rodaba prácticamente de forma conjunta.

Volvimos a ver como Kamil Ausbuher y Gerben De Knegt tomaron el mando de la prueba en sus primeros compases, siempre con Sven Nijs mostrando su rueda a modo de control sobre sus rivales.
Por fin, tuvimos la oportunidad de contemplar al local Enrico Franzoi, para alegría de sus seguidores puesto que prácticamente corría en casa, ostentar la cabeza antes en el primer tercio de carrera. El corredor del Lampre-Fondital no está haciendo una temporada en la línea de la positiva evolución que estaba teniendo como ciclista en esta especialidad, y que nos hacía pensar la temporada pasada que en un futuro a corto plazo sería el ciclista llamado a contrarrestar con autoridad el apabullante dominio belga. Le está costando estar delante, y ojalá esta prueba sea el comienzo del despertar del ciclista italiano y en próximas pruebas podamos verlo en un papel estelar, que por el talento natural del ciclista, sin duda le corresponde.

Pero detrás de Enrico Franzoi acecha una duda que cada vez tiene más posibilidades de convertirse en realidad. El ciclista italiano, que disputó hace unos meses la Vuelta a España dejándonos un agradable sabor de boca, se debate entre abandonar la práctica del ciclo-cross y centrarse en la ruta o seguir de la misma forma que hasta la fecha. Franzoi es un ciclista de enorme talento, como ya lo demostró en categorías inferiores, puesto que no sólo consiguió un título mundial de ciclo-cross sino que dentro del competitivo y difícil ciclismo en ruta italiano, su calidad le permitió representar en eventos mundialistas a la escuadra italiana con notable resultado. De momento ha asegurado que este año disputará ciclo-cross pero a partir de ahí todo son dudas. Quizá con la disputa del mundial de Treviso en el horizonte, la postura pueda ser reconsiderada, no en vano, en el último mundial celebrado en territorio italiano, se alzó con el maillot arco-iris en la categoría Sub´23.

También en estos compases estuvo delante Radomir Simunek, que fue el mejor de los ciclistas checos que finalizaron la prueba, ocupando la undécima plaza en una aciaga jornada para los ciclistas de este país, especialmente cuando el recuerdo de Tábor está tan cercano en el tiempo, aunque también hay que decir que Zdenek Stybar tomó parte en la prueba reservada para la categoría Sub´23 alzándose con el triunfo, no participando evidentemente en la prueba reina del día.

Interesante fue ver a Christian Heule dominador incontestable del calendario germano-suizo, que como siempre generoso en el esfuerzo, se dejó ver en cabeza de carrera también en los albores del primer tercio de carrera. El ciclista está siendo la alegría de su equipo, el Stevens Team Racing, cuando precisamente el conjunto no está para muchas celebraciones puesto que desgraciadamente está abocado a su irremediable desaparición.

La carrera mantenía esa tónica. Diferentes ciclistas rotando en la cabeza de la prueba, dentro de un numeroso grupo que no perdía unidades y que se movía al compás del control establecido por los corredores belgas. Era precioso ver la alternancia de posiciones y los armónicos movimientos ejecutados a tan alta velocidad, dentro de un pelotón tan numeroso.
Pero tras el periodo de tanteo, se produjo una pequeña ruptura en el numeroso grupo, que a la postre y gracias al buen entendimiento, fue definitivo.

De esta forma se llegó a la última recta con Vervecken, Nijs y Mourey como protagonistas de un juego en el que sólo uno de ellos iba a resultar victorioso.
Erwin Vervecken se había impuesto en los últimos sprints de los grupos perseguidores, esos grupos en los que el vencedor lucha por subirse al último peldaño del podium. Ahora era diferente. Tenía la opción de subir a lo más alto del cajón y partía en teoría con la condición de favorito. Sin embargo en su apuesta salió cruz y tuvo que conformarse con la tercera plaza.

Vervecken fue remontado y batido por Sven Nijs. Normalmente jugarse la victoria entre los belgas al sprint no tiene como vencedor habitual al fenómeno belga de Rabobank, no por falta de cualidades sino que el ciclista no gusta de verse en estas apuradas situaciones. Pero para aumentar el sorpresivo desenlace de la prueba, Nijs tampoco obtuvo la victoria, sino que le correspondió la segunda posición del apretado sprint, ya que en los últimos metros tuvo que ver como irremediablemente aparecía por su derecha el ciclista que mejor se había colocado para disputar el sprint, y tuvo que contemplar derrotado como era Francis Mourey quien se alzaba los brazos en señal de triunfo.

El desenlace incierto, no sólo por su resolución, sino por el nombre del vencedor fue lo más llamativo de la jornada. Aunque a decir verdad no debe sorprendernos la victoria gala, puesto que avisados estábamos de sus posibilidades tras verlo en Kalmthout, y sobre todo avisados de sus intenciones, ya que no han sido pocas las ocasiones en las que ha advertido que enfundarse el maillot arco-iris es su, cada vez más real, objetivo. Si tras la prueba de Kalmthout comentábamos que lleva la senda correcta para conseguir su objetivo, ahora esa firmeza en los pasos con lo que camina hacia la cita mundialista, debe ser tan tenida en cuenta, como la de cualquier otro favorito, a pesar de que su procedencia no sea belga.

Así que victoria para el pequeño ciclista francés del Française des Jeux que se sitúa por derecho propio entre los más grandes de la especialidad, en esta apretada carrera en la que entraron 22 ciclistas en un margen de 63 segundos.

No tuvimos la oportunidad de ver a ningún ciclista nacional en esta categoría, cosa que si ocurrió y por partida doble en la categoría femenina con la presencia de Rosa Bravo y Marta Vilajosana.

Subrayar los resultados obtenidos por los ciclistas helvéticos y además en mayúsculas al ver como la cuarta plaza iba a parar a manos de Simon Zahner imponiéndose en el grupo perseguidor a Wellens, Heule, Vantornout, Franzoi y Chainel que entraron por este orden y el mismo tiempo a 18 segundos del trio cabecero.

La quinta puntuable será en Pijnacker (Holanda) este próximo fin de semana. ¿Será el momento en el que florezcan los marchitos tulipanes?