12 de octubre de 2007

La huelga de bicicletas

Durante las últimas semanas, Alemania ha sido epicentro del mundo ciclista. Con los Mundiales de Sttugart como telón de fondo, la mirada de todos los aficionados del mundo del pedal, estaba puesta en la ciudad que, rodeada de colinas, bosques y viñedos, sirve de puerta a la Selva Negra.

Stutengarte es la palabra germánica que da origen a la denominación de la capital del Estado Federado de Baden-Wurtemberg, y se traduce por “jardín de yeguas”, debido a que el origen de Stturgart se enmarca alrededor de unos antiguos establos del duque Liudolf von Schwaben.

Stuttgart tiene un excelente tejido empresarial, que entre otras cosas, permite afrontar gastos como el que supone acoger uno de los eventos ciclistas más importantes del año. Daimler-Chrysler y Porsche tienen sus centrales en las afueras del casco urbano de la ciudad. Gottlieb Daimler y Wilhelm Maybach construyeron en Stuttgart su motor a combustión interna, que sumado a la bujía de Robert Bosch, que curiosamente nació en Stuttgart, marcan el nacimiento de la industria del automóvil en Alemania. El logo de Mercedes Benz rota sobre la Estación Central de los Ferrocarriles (HBF) y sobre el edificio más alto de la fábrica de Untertürkheim de Daimler-Chrysler, donde trabajan unas 20.000 personas.

No muy lejos de allí, concretamente en Nordhausen, ciudad situada en el Estado Federado de Turingia, al borde sur de las montañas Harz, las bicicletas y la industria también eran protagonistas pero de distinta forma que en Stuttgart.

La región de Turingia, al igual que la mayor parte de la antigua República Democrática Alemana, ha vivido una dispar progresión económica y aunque la situación ha mejorado globalmente, a día de hoy la región ostenta uno de los niveles de riqueza más bajos del país a pesar de las constantes subvenciones del gobierno federal y de la Unión Europea

En ese contexto, se sitúa la empresa Bike Systems GmbH, una empresa dedicada a la fabricación de bicicletas que tiene sus días contados. A mediados de Agosto, se presentó el expediente de cierre de esta fábrica, pero sus trabajadores llevaban desde el pasado 10 de Julio "ocupando" la empresa. Trataban, con una vigilacia en tres turnos que comprendía la totalidad del día, impedir el desmantelamiento de la empresa. Una empresa, que se encuentra en un estado ruinoso y con los locales prácticamente vacíos, tras la dejadez intencionada de unos empresarios, que aunque puede sorprender, no son alemanes, sino estadounidenses.

Los trabajadores están percibiendo una compensación económica al estar parados, pero ellos los que desean realmente, es trabajar. Algo totalmente comprensible y lógico, pero las acciones emprendidas para retomar la actividad laboral no son las habituales.

Quieren retomar el pulso a su vida laboral y cambiar el destino al que la empresa en la que han puesto sus esfuerzos diariamente, está irremediablemente abocada. Para ello, se han decidido a retomar la producción en régimen de autogestión, para que de esta forma, la empresa no sea desmantelada en su totalidad y esperar la llegada de un nuevo inversor.

Para canalizar los esfuerzos de una forma positiva, dado que la acción emprendida estaba marcada por la incertidumbre, se proponían recibir pedidos hasta alcanzar la importante cifra de 1.800 bicicletas poniendo como fecha límite el 2 de Octubre del 2007. Unas bicicletas con un precio, gastos de envío incluidos de 275 € tanto en la versión femenina como en la masculina.

La fecha marcada ya ha pasado, y la solidaridad ha posibilitado que el milagro se produzca. Desde todos los rincones de Alemania han aparecido pedidos e incluso desde fuera del país germánico también, ya que la cadena de solidaridad traspasa fronteras, aunque no tengan la posiblidad de enviar a ciertos lugares las bicicletas, por el encarecimiento que el transporte supone.

Ahora queda lo más difícil, mantenerse en el mercado, ya que aunque hayan ganado una importante batalla, la guerra no ha finalizado y es tremendamente complicada en el mundo de la industria ciclista. Alemania es el más importante de los mercados europeos, y un lugar donde llegan un gran número de bicicletas, fabricados con unos costes bajísimos auspiciados en unas condiciones salariales infames que deberían sonrojar a aquellos empresarios de rutilantes marcas ciclistas, que venden sus productos a unos precios desorbitados.

Quizá el futuro empresarial de este grupo de trabajadores está abocado al fracaso, pero la acción y posterior reacción ha sentado un precedente que nos deja ver, que el interés por un producto ciclista puede ser compatible con un salario digno.

3 Comments:

At 13 de octubre de 2007, 0:20, Anonymous Anónimo said...

Hola, el problema de estas fábricas de bicis viene de las importaciones de Asia. Por muy baratas que se vendan nunca van a poder competir en precio con las bicis chinas y demás.

Estuve en el verano del 2006 por China y me quedé con las ganas de traerme una bicicleta de la marca Yongjiu.La bici era una pasada, con frenos de varillas de esos que llevaban las Orbea antiguas. El precio era de 200 yuan,aproximadamente 20 euros. El problema era traerla aquí ya que la situación en la que estaba y la falta de tiempo no eran las adecuadas para gestionar el transpote.Otra vez será.


Un saludo.

 
At 15 de octubre de 2007, 1:05, Anonymous Anónimo said...

Hola Vijandi!

Es curioso pero, hasta no hace mucho, Taiwan era el epicentro de la producción mundial de bicicletas, pero empezaron a organizarse los trabajadores taiwaneses en torno a sindicatos y colectivos de trabajadores que demandaban mejoras salariales, y el resultado ha sido que buena parte de la producción ya se ha trasladado a China.

El problema no es únicamente la importación asiática, sino la situación del mercado que algunas empresas establecen. En Asia se puede fabricar muy barato, incluso mencionas una bicicleta de 20 euros aproximadamente. ¿La encontraríamos en Europa por 20 euros? Evidentemente no, ya se encargarían los intermediarios de colocar esa bicicleta en un precio cercano a los 200 euros.

Fabricar en Asia permite aumentar el margen de beneficio a los empresarios, pero no repercute en el usuario.

Un saludo!

 
At 15 de octubre de 2007, 20:55, Anonymous Anónimo said...

Me parece genial que los trabajadores quieran autogestinarse y que los Taiwaneses se hayan asociado en sindicatos. En China y paises similares por muy barato que se pueda producir, alli tambien llegara el dia que se unan. Como decia Marx, Proletarios del mundo, ¡unios!. Y tampoco les vendria mal a los propios corredores.

 

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