4 de diciembre de 2006

Nijs imparable en Igorre

La Copa del Mundo tenía su séptima parada en Euskadi.

Concretamente en Igorre (Vizcaya), donde la cita se ha convertido en una prueba clásica dentro del calendario internacional, llevando a las más grandes figuras del momento hasta España, país con tradición ciclista pero que en esto del ciclo-cross está a años luz de aquellos países que dominan la especialidad ciclopedestre.

La prueba llegaba a territorio vasco, lugar geográfico donde habita un pueblo especial donde los haya. Poseedor de una singular lengua, el pueblo vasco permanece fiel a sus ancestrales costumbres y en lo que al deporte se refiere, guarda una peculiaridad que también lo hace único, y es que sus deportes tuvieron como raigambre el trabajo de sus gentes.

Sin ir más lejos, marcado por el lugar donde me encontraba y observando el desarrollo de la prueba, Sven Nijs me ha recordado a un aizkolari. Para quien no sea ducho en los deportes rurales vascos, aizkolari es aquel deportista que practica el corte de troncos con hacha.

La zona donde está ubicada la localidad de Igorre, por su orografía y masa forestal ha sido lugar frecuente de explotación de bosques para la obtención de madera, materia prima que habitualmente se utilizaba para la construcción o la producción de carbón vegetal. Este trabajo normalmente se realizaba por cuadrillas que acampaban en los bosques. Los miembros más jóvenes o fuertes talaban los árboles y los más viejos desgajaban, quitaban ramas y cortezas y partían los troncos en pedazos del tamaño necesario. La competencia por demostrar la mayor fuerza o habilidad generaba apuestas, que como en el caso de otros deportes rurales, llevaban a desafíos en la plaza pública, fuera del trabajo productivo.

La plaza pública en esta ocasión estaban situada en las campas de Ollabarri, a las afueras de la pequeña localidad de Igorre, circuito que paulatinamente va cambiando de fisonomía, como tantos otros, por las construcciones que paulatinamente se van levantando.

Desde que la prueba de Igorre pertenece a la Copa del Mundo, el originario circuito de San Cristóbal, cedió el testigo a este de Ollabarri que en el día de hoy se encontraba en unas magníficas condiciones para la práctica del ciclo-cross. Daba la sensación que las lluvias caídas en los últimos días ocasionarían la acumulación de barro a lo largo y ancho del circuito, pero el viento que soplaba en la zona, contribuyó a que esto no sucediera, incluso tal circunstancia hizo que la prueba de la Copa del Mundo se hiciese sobre un terreno en mejores condiciones, que las que tuvieron los ciclistas de las categorías inferiores cuyas pruebas antecedieron a la carrera estrella en la gris mañana dominical.

Así de esta forma, la cuadrilla belga, formada y dividida alrededor de dos grandes figuras cuya rivalidad no entiende de nacionalidades, se enfrentaba a la cuadrilla francesa, que en la cita de Igorre traía un grupo completísimo, cosa que no sucedió en la anterior prueba disputada en Koksijde.

La cita era a las doce y media de la mañana, horario fijado por la televisión, que en un deporte con evidentes carencias televisivas, tiene algo más que voz y voto. Aun así, las hachas ya se afilaban desde bien temprano, no en vano, desde las ocho y media de la mañana ya se encontraba pedaleando Bart Wellens por carreteras vizcaínas.

La salida fue espectacular. Un buen número de ciclistas lanzados en tromba y la posibilidad de que cualquier percance se produjese en la mente de quienes contemplaban el explosivo inicio. No fue un belga ni un francés quien pegó el primer hachazo, sino un suizo, Christian Heule, quien tomó las riendas en los primeros compases, saliendo mejor que ningún otro ciclista.

En la recta de salida, ya los galos perdían al primero de sus integrantes, puesto que Steve Chainel sufría una avería en su bicicleta, que lo confinó al último de los lugares. A pesar de que fue avezado a la hora de retroceder hasta el control para cambiar de montura, el ciclista francés se desmoralizó por la imposibilidad de avanzar puestos, circunstancia que le llevaría a acabar abandonando.

Si en la carretera los problemas para circular conjuntamente del numeroso grupo fueron prácticamente inexistentes, estos si empezaron a sucederse al entrar en la campa. Problemas de enganchones y caídas que en algunos casos fueron determinantes como por ejemplo para Erwin Vervecken, que regresaba a la competición y deambuló toda la prueba rondando la décima plaza sin posibilidad de quitar terreno a los que le precedían. O como le sucedió a la armada francesa, que no tenían ningún corredor en cabeza transcurrida la primera de las vueltas y sus ciclistas circulaban entremezclados con otros corredores que aun no habían encontrado el sitio que la prueba había destinado para ellos. Así por ejemplo a Francis Mourey le costó alcanzar la cabeza y otro de los galos llamados a tener un papel determinante, John Gadret no fue capaz de entrar con los ciclistas de vanguardia.

En cabeza el primero que de verdad se remangó fue Klaas Vantornout, el delfín de Wellens, que aprovechó la coyuntura para abrir hueco, y lo consiguió durante las primeras vueltas hasta que un paciente Nijs, que más maduro y de igual forma que Koksijde no se puso nervioso al no verse en cabeza y fue progresivamente adelantando posiciones hasta dar alcance a Vantornout.
El dúo en cabeza y ya clarificadas las posiciones, empezó a distanciar a sus rivales con un Nijs que sin inmutarse, de igual forma que vino desde atrás afrontó el liderato de la prueba sin variar el ritmo, importándole poco el hecho de que Vantornout se soldara a su rueda.

Y ahí empezó el principio del fin. La lucha por el triunfo. De la cuadrilla belga de Rabobank estaba su principal y más elegante hacha, por la cuadrilla belga de Fidea Cycling Team estaba una joven herramienta que aun debe afilarse y pulirse. De esta última cuadrilla no estaba el mejor de los contendientes y la cuadrilla gala ni tan siquiera pudo estar presente en la contienda.

Así de esta forma, hachazo a hachazo, Nijs minaba la resistencia de Vantornout. Nijs comandaba la prueba a un ritmo alto, lo suficientemente rápido como para no dar respiro ni opciones a recuperarse al ciclista que llevaba a rueda. Y como los grandes ciclistas, marca las diferencias en los lugares más complicados, de mayor dureza, para de esta forma asestar los golpes más contundentemente.

Esto sucedió en un tramo descendente, en el que a su conclusión obligaba a los ciclistas a desmontar de la bicicleta para salvar un desnivel existente en el circuito. Ahí Sven Nijs entró primero, y tras superar el obstáculo, se montó velozmente sobre la bicicleta y metió una marcha más en su fácil pedalear. Klaas Vantornout perdió unos metros, no salió del obstáculo tan rápido y ahí perdió el tren. No fue un ataque prolongado, simplemente diez metros en el que asestó un golpe que crucificó al joven ciclista belga. No hubo capacidad de reacción por parte de Vantornout y Nijs se fue de nuevo en busca del triunfo, continuando con la misma marcha que le hizo remontar las posiciones en los primeros compases de la prueba o de la misma forma que comandó la carrera con Vantornout pegado a su rueda.

Se está ya haciendo clásica su forma de actuar. Una magnífica cadencia en la que jalona hachazos determinantes para acabar el reto como vencedor en solitario.

Por detrás y remontando, los dos que deberían haber ocupado el lugar de Vantornout en el desafío de aizkolaris en la que se convirtió esta prueba: Wellens y Mourey. No estaban donde deberían haber estado, y nada pudieron hacer por luchar por el triunfo. Llegaron tarde y no participaron. Superaron a Vantornout, aun con secuelas del duelo con Nijs, y ellos dos juntos hicieron prácticamente toda la carrera.

Dos estilos muy diferentes, enfrentándose el grácil pedalear del routier galo y la fortaleza física del curtido especialista ciclopedestre belga. En una carrera, una vez clarificado que por el primer escalón del podium no podrían luchar, la lucha por la segunda posición era la más interesante batalla que deparaba la prueba. Wellens va recuperando paulatinamente el lugar que le corresponde, aunque aún está lejos de Nijs, y Mourey instalado en la élite del ciclo-cross mundial, pagó caro el trabajo que le supuso acceder a los puestos cabeceros durante la primera parte de la prueba.

Así que de esta manera el duelo se saldó del lado belga y en la última vuelta ya se conocía que Wellens y Mourey por este orden acompañarían en el podium vizcaíno a Sven Nijs. Pero en cualquier deporte, tanto sea deporte rural vasco o ciclo-cross hasta que uno no finaliza la competición, no puede dar por seguro nada, y así de este modo, Francis Mourey rompió el cambio de su bicicleta.

El mismo lugar en el que Sven Nijs asestó el hachazo definitivo a Vantornout, la desgracia en forma de avería fue el golpe de gracia que sirvió a Vantornout para acabar finalmente en tercera posición. La fortuna quiso que del lugar donde rompió el cambio el francés a donde estaba situado el control de material, sólo distasen quinientos metros, que aunque impidió a Francis Mourey ser tercero, si hizo posible que no perdiese más puestos en la clasificación aunque un excepcional Kevin Pauwels a punto estuvo de alcanzarle.

Tras el joven belga, entraron los ciclistas de Rabobank con los que rodó prácticamente durante toda la prueba, Bart Aernouts y Gerben De Knegt. La recompensa de la buena salida de Christian Heule y el pundonor que derrocha en cualquier prueba donde participa le aupó a la octava plaza, por delante de otro Rabobank que dejará de serlo cuando finalice el año en curso, Sven Vanthourenhout. El checo Kamil Ausbuher, completaba las diez primeras posiciones, siendo el mejor de los suyos en lo que fue una triste actuación para los desafortunadamente pocos ciclistas venidos desde la República Checa.

¿La actuación de los españoles? En esta ocasión, merece capítulo aparte….

6 Comments:

At 4 de diciembre de 2006, 18:37, Anonymous Anónimo said...

A diferencia del año pasado, los corredores ayer dieron dos vueltas más sobre el trazado de Igorre, el circuito tenia algunas variaciones pero se hizo a una mayor velocidad. De salida los ciclocrossistas, hacian un tramo que equivale como a media vuelta para pasar por meta, momento en el que Unai Yus iba bien clasificado, aunque luego al ciclista alaves alguna incidencia le hizo perder puestos, posteriormente se harian 10 vueltas completas. Cuando se llevaban algo más de 15 minutos de carrera a Nys le hacia compañia Klaas Vantornout, poco despues el lider de la copa del mundo se iba en solitario seguido de cerca por Bart Wellens. Nys clavaba dos vueltas seguidas en un tiempo de 6 minutos y 7 segundos cada una e iba incrementando sus diferencias, Bart Wellens estaba a 16 segundos y Francis Mourey a 25. Posteriormente Mourey daba alcance a Wellens aunque transitaban con 28 segundos sobre Nys, a 41 Aernouts con Vantornout y Pauwels. Se estaba cubriendo el segundo tercio de la carrera y Nys rebasaba al más rezagado de los corredores españoles el gallego Mauro Gonzalez, despues hacia lo mismo con Erlantz Uriarte (unico representante vizcaino en ausencia del anhelado David Seco). Despues de los tres primeros cuartos de hora de carrera Nys tenia a la vista a Santiago Armero y contaba una ventaja sobre el duo Mourey-Wellens proxima a los 50 segundos y más de un minuto con el trio Aernouts-Pauwels-Vantornout. El siguiente corredor entre los representantes españoles que perdia vuelta con respecto a Nys era José Antonio Díez Arriola ya entrando en las dos ultimas vueltas y cuando el tiempo que llevaban de carrera era de casi 53 minutos, Wellens que iba segundo tenia un pequeño hueco sobre Mourey. Despues le tocaba el turno de ver el dorsal de Nys al andaluz Antonio Ortiz faltando poco más de una vuelta para el final. Quedaba casi un minuto para llegar a la hora de competición y la campana sonaba para Sven Nys mientras daba cuenta de Unai Yus, Wellens le habia recortado algun segundo a su compatriota pero ya lo unico que podia hacer es defender ese puesto al aumentar su diferencia sobre Mourey. En la ultima vuelta era Oscar Vazquez el ultimo de los representantes españoles en ceder vuelta con el vencedor, a Isaac Suarez le quedaria el honor de ser el unico que pudo entrar en la vuelta de Sven Nys, mientras Wellens pudo conservar su segundo puesto la sorpresa saltaba en el tercero que iba para Klaas Vantornout.

 
At 4 de diciembre de 2006, 19:32, Anonymous Anónimo said...

Me sorprendio ver en el ciclocross de Igorre a dos antiguos ciclistas profesionales; Pedrero que tuvo que dejar la bicicleta con 27 años en 1992 y tiene un hijo que corrio ayer en cadetes, el día anterior a pesar de la climatologia dieron varias vueltas juntos al circuito padre e hijo. Felipe Yañez, este corredor tuvo varios exitos en profesionales, entre ellos la etapa de Sierra Nevada en la Vuelta a España de 1986 (aquella en la que Alvaro Pino tuvo que dar alcance al escoces del pendiente Robert Millar), Yañez se retiró del ciclismo profesional en 1988 con 35 años. Entre los profesionales de la actualidad por alli estaban Mikel Astarloza y Pedro Horrillo.

 
At 4 de diciembre de 2006, 21:30, Anonymous Anónimo said...

Me sorprende ver como en la crónica del blog es el único lugar donde se menciona la avería de Mourey y en los periódicos de papel que he podido leer no aparece nada al respecto.

 
At 4 de diciembre de 2006, 23:51, Anonymous Anónimo said...

Hola,circuitos como el de Igorre (quizás el más selectivo de la Copa del Mundo)provocan falta de emoción en las carreras ya que a mitad de las pruebas,salvo alguna excepción,está casi todo decidido.Destacar la confirmación de Klaas Vantornout que para mí es la sorpresa de la temporada ya que ha dado un salto de calidad a destacar.Tambien la progresión del joven Kevin Pauwels que viene pisando fuerte y confirma que los resultados en las categorías inferiores no han sido flor de um día.Los ciclistas españoles en su nível,quizás se esperava algo más de Yus que tras unas primeras vueltas buenas ha terminado bastante retrasado.Me ha dado la impresión de que Yus ha pedido a Nijs que no lo doblara antes de pasar por línea de meta para poder terminar la carrera o quizás el gesto con la mano lo he interpretado yo mal.Cuando un corredor es doblado no debería intentar seguir a los primeros clasificados ya que en esta maniobra puede perjudicar a los que se están jugando la carrera.Una vez más Uriarte al igual que en un anterior mundial se ha empeñado en seguir al primer clasificado.Tambien Väzquez lo ha hecho.

Un saludo

 
At 5 de diciembre de 2006, 21:35, Blogger Marco* said...

Hola!

Gracias a todos por los comentarios.

Pedro: El ciclo-cross siempre ha sido un lugar de encuentro de las gentes del ciclismo y no sólo el espectáculo en si mismo. Eran muchos los que habían tenido un pasado profesional y no profesional pero importante en el ciclismo, allí presentes.

Anónimo: Para conocer lo que le ocurre a los ciclistas nada mejor que hablar con los ciclistas. Francis Mourey rompió el cambio a 800 metros para acabar la prueba aproximadamente.

Vijandi: La ausencia de emoción la provocó el momento que atraviesa Sven Nijs. El duo perseguidor y el grupo que se formó tras estos, deja bien a las claras que se puede realizar una prueba en grupo en el circuito de Igorre.

Viste bien. Unai Yus pidió a Sven Nijs dejarle pasar primero, ¿qué pensaría el belga?.

Lo que comentas sobre la actitud de los ciclistas al ponerse a rueda, es propio de la impotencia, y también nos deja ver que podían haber dado más de lo dieron.

Efectivamente puede ser peligroso.

Un saludo!

 
At 6 de diciembre de 2006, 15:30, Anonymous Anónimo said...

En la television francesa hicieron un pequeno reportaje de Igorre con Mourey como centro de atencion.

Se le vio caer en la primera o segunda vuelta.

En una curva se engancho con otro corredor y fue a tocar lo que materializaba la curva (no se si era una valla o otra cosa). Se fue a l suelo y despues tocaba "demezclar las bicis" ...

 

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