6 de febrero de 2007

Radomir Simunek: El ciclista único

En la tercera de las pruebas de la Copa del Mundo disputada en Tábor (República Checa) sonó con fuerza el apellido Simunek. Fue toda una sorpresa ver a Radomir Simunek Jr. alzarse con la victoria en una prueba de la Copa del Mundo. Correr en su país sirvió de acicate, y contribuyó a hacer inexpugnable el feudo checo.

La temporada 2006/2007 no ha sido nada buena para la legión de ciclistas checos de los que se esperaba mucho más a lo largo de la intensa campaña de ciclo-cross. Buenos ciclistas en categorías inferiores que no acaban de explotar en la categoría reina.

En la República Checa se vive con un inusitado interés la especialidad, incluso se da la paradoja de que el Ciclo-Cross tiene más seguidores que el Ciclismo en Ruta. Tras el fútbol y el hockey sobre hielo, el ciclo-cross es uno de los deportes favoritos para los checos, y buena prueba de ello, es la representatividad que logran sus ciclistas a nivel mundial en esta especialidad.

La República Checa es una potencia en el ciclo-cross. Siempre con ciclistas triunfantes en categorías inferiores, pero que no llegan a refrendar su calidad cuando alcanzan la categoría estrella. Una potencia que no acaba de explotar y en la que las promesas llamadas a llevar la batuta del ciclo-cross a escala mundial, ven como con el paso de los años son los belgas fundamentalmente quienes llevan el mando en el panorama internacional.

Sin embargo, hubo un ciclista que también responde al apellido Simunek, y fue diferente. Un ciclista único, que refrendó paso a paso su calidad ciclista. Padre del vencedor en Tábor este año, del mismo nombre, vino al mundo un 8 de Abril de 1962 en Pilzen (Checoslovaquia) y ha sido hasta la fecha el único ciclista que ha conquistados todos los maillots de Campeón del Mundo por diferentes categorías por las que ha pasado.

De Radomir Simunek guarda buen recuerdo el guipuzcoano Jokin Mújika, no en vano, el por entonces checoslovaco, privó al vasco de ser campeón del mundo de ciclo-cross de categoría juvenil, en la prueba celebrada en 1980 en la localidad suiza de Wetzikon.

Su clase y depurada técnica continuó creciendo con el suceder de los años, y prontamente volvió a conquistar el maillot arco-iris de la categoría, en este caso amateur, en los años 1983 y 1984. Las ciudades de Birmingham (Gran Bretaña) y Oss (Holanda) vieron coronarse al joven ciclista checoslovaco.

Toda una carrera firme y meteórica para un joven ciclista que se disponía a acceder al campo profesional, circunstancia que no fue posible, por el régimen político comunista que imperaba en Checoslovaquia. Como ocurrió con otros deportes y deportistas de los países del Este, las victorias de Simunek eran las victorias de Checoslovaquia, y dentro del equipo nacional, la figura del joven ciclista era una apuesta segura para mostrar las excelencias del deporte checoslovaco y también la posibilidad de ingresar una buena suma económica que conseguida por los triunfos de Simunek iban a parar a las arcas del estado.

El hijo de Simunek, ha encontrado en su padre a un magnífico maestro para llegar algún día a situarse en la élite mundial con asiduidad, pero también Radomir Simunek encontró en la familia a su maestro. Concretamente en su primo, el gran Milos Fisera, del que heredó el trono checoslovaco. Desde que se inició en el ciclo-cross se vió que algo especial guardaba este ciclista, puesto que desde bien joven empezó a dominar en la especialidad en un país que cuidaba como pocos el ciclo-cross. La medalla de oro en Wetzikon en 1980 lo dió a conocer al mundo del ciclo-cross y su medalla de plata en Lanarvilly (Francia) en 1982 lo confirmó, además siendo únicamente superado por su primo Milos Fisera, que hasta el momento obstentaba los galones del ciclo-cross checoslovaco. A la temporada siguiente, tomó el testigo de su primo, y extendió la maestría familiar.

Entró con fuerza en la categoría y mostró su excelente condición ciclista muy joven, pero tras los fulgurantes primeros años, el ciclista bajó en sus prestaciones condicionado por las lesiones y los constantes problemas. Así de esta forma, el que parecía destinado a liderar el equipo de Checoslovaquia y ser el referente en esta disciplina, desapareció del equipo nacional y ni tan siquiera estuvo presente en los campeonatos del mundo de los años 1985 y 1987. Operaciones en la rodilla y problemas cardíacos habían puesto fin a una carrera expectacular cuya luz se apagaba.

Pero cual Áve Fénix resurgió de sus cenizas, y su clase volvió a relucir tras este período sombrío. De esta forma en el mundial de Pont-Château en 1989 volvió a ser el mejor, aunque no se colgó la medalla de oro, sino que fue su compañero Ondrej Glazja a quien sirvió en bandeja el título, conformándose con la medalla de plata.

El régimen comunista llegaba a su fin en la convulsa Checoslovaquia y fue el primer ciclista al que se permitió acceder al profesionalismo en aquel país. Los mundiales de Getxo en 1990 parecían ser el lugar donde el ciclista iba a coronarse en la categoría profesional, pero la fortuna no le acompañó en la cita vizcaína y tuvo que conformarse con la séptima plaza en una carrera dominada por los ciclistas holandeses. Sólo un año necesitó para resarcirse ya que en 1991 en Gieten se alzó con el título.

En la localidad holandesa batió al sprint a otro ciclista que buscaba y anhelaba el título mundial, Adri Van der Poel. Pero aquella temporada Simunek estuvo a un gran nivel, ya que incluso rompió la hegemonía que Holanda y Bélgica mantenían en el Superprestigio, el torneo más importante en aquellos años. Obtuvo en dominio aplastante durante la temporada.

Pero inesperadamente, su carrera deportiva sufrió un brusco giro por culpa de un accidente automovilístico. A finales del año 1992 sufrió una gravísima lesión al romperse los dos pies en una colisión, en la que desgraciadamente fallecieron tres policías.

Fue condenado a 18 meses de cárcel, que no cumplío en su totalidad, sino que únicamente estuvo preso durante unos meses en el año 1994, debido entre otras cosas, a la presión popular creada para que el gran deportista no ingresase en presión y pudiese continuar su carrera deportiva.

Pero ya no fue el mismo. Volvió con ganas, incluso obteniendo victorias en el Superprestigo en el año 1994, pero ya no pudo volver a mostrar el brillo de antaño, anterior al accidente. Un quinto puesto en Middelfart (Dinamarca) en 1998 o un séptimo en Propad (Eslovaquia) en 1999 fueron sus mejores actuaciones mundialistas.

Con una exitosa carrera profesional, con cuatro títulos mundiales y once nacionales en sus vitrinas, el ciclista abandonó el deporte profesional. Tiene reservado una lugar especial en el ciclo-cross de la República Checa, y preferente en el mundial, no en vano es el único ciclista que ha obtenido todos los diferentes títulos mundiales en cada una de las categorías por las que ha pasado. Lars Boom ha puesto sus ojos en conseguir la complicada gesta lograda por Simunek.

Hasta que eso pueda ocurrir algún día, Radomir Simunek Jr., el vástago del gran ciclista checo nos recordará en los próximos años que la saga familiar sigue viva en el mundo del pedal, y que sólo es su padre quien obstenta tan privilegiada conquista.

5 Comments:

At 6 de febrero de 2007, 21:32, Anonymous Anónimo said...

No es por ensuciar la imagen de Simunek (senior), pero me llego el comentario de que tenia problemas con el alcohol y que en Igorre mostraba un mal aspecto. Tal vez sea que en mucho tiempo no se le habria visto por aqui, pero encontarte con un campeon asi, todo hinchado...es una pena.

Por otro lado, hace un mes mas o menos, pude ver un VHS donde aparecia unos resumenes de carreras del superprestigio de hace unos cuantos años. En ese video se puede ver una entrevista a Simunek, con el maillot arco iris y con una pequeña criatura rubia en sus brazos. Supongo, que podria ser el que ahora esta corriendo ya que desconozco si tiene mas hijos. Lo que es un poco triste es la imagen que se puede ver en el reportage de checoslovaquia por esos años...

Un saludo!

 
At 7 de febrero de 2007, 9:46, Anonymous Anónimo said...

Asi es, en Igorre mostraba un aspecto no muy favorecido. Tambien es verdad que tenia pintas de estar alcoholizado, pero con eso, no deja de ser el mejor Checo en la historia del cilocross

 
At 7 de febrero de 2007, 13:41, Blogger Marco* said...

Hola!

No tuve la oportunidad de ni tan siquiera ver a Simunek en Igorre, así que en este caso, no puedo aportar nada. Si comentó hace un tiempo tras el fichaje de su hijo por el conjunto belga, que estaba sufriendo las consecuencias de tanto viaje para estar al lado de su hijo.

Sobre Checoslovaquia, comentaba Marc Janssens cuando se proclamó Campeón del Mundo de Ciclo-Cross en Mlada Boleslav en 1987 que jamás había respirado en un ambiente tan nauseabundo.

Un saludo!

 
At 7 de febrero de 2007, 21:34, Anonymous Anónimo said...

Sabeis si Simunek participaba en carreras de "viejas glorias"?Es que he visto la foto que estan en el blog, y se me ha hecho raro ver a Simunek con esa vestimenta. Tengo entendido que en belgica es normal ver carreras donde toman parte viejas glorias del ciclismo. Alguien sabe algo sobre estas carreras (cuando corren, en que circuitos, quienes participan normalmente etc..)

Un saludo!

 
At 7 de febrero de 2007, 22:28, Blogger Marco* said...

Hola Zik!

La foto de Simunek es de la última temporada en activo, no es de una prueba de viejas glorias.

No existe nada organizado destinado exclusivamente a estos ciclistas que tiempo atrás dominaron la especialidad. Suele ser un atractivo más en favor del espectáculo, por la posibilidad de ver a antiguas figuras que ya no ofrecen el rendimiento de antaño.

En Vizcaya se ha hecho en alguna ocasión una prueba final de confraternización con ciclistas en activo y otros que los estuvieron hace años. Todo siempre bajo un clima amistoso dejando la competición en un segundo plano.

Este temporada en la prueba de Middelkerke donde estuvo Unai Yus participando, recuerdo la celebración de una prueba para "viejas glorias" con la victoria de un ciclista que recientemente dejó de serlo Johan Museeuw. Tras él se clasificaron Marc Janssens y Mike Kluge.

Un saludo!

 

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