25 de marzo de 2007

Hace 50 años...

La centenaria edición de la Milán-San Remo ha tenido en Oscar Freire su brillante vencedor. La prensa dominical amanece repleta de halagos merecidos para el ciclista de Torrelavega que destila clase en cada una de sus contadas pedaladas. En los diferentes medios las referencias a la victoria de Oscar Freire ocupan un menor espacio de lo que una gesta como la conseguida por el cántabro debería obligar a reflejar, pero en todas siempre aparece inexcusablemente añadido el nombre de Miguel Poblet. Siempre hemos oído el nombre de Poblet cuando se hace referencia a la Milán-San Remo, pero, ¿quien era Miguel Poblet?.

Miguel Poblet Orriols está considerado como el mejor sprinter español de la historia, y nació un 18 de Marzo de 1928 en la localidad de Montcada i Rexach (Barcelona). Cuenta por lo tanto con 79 años y su teléfono no deja de sonar cuando se celebra la Milán-San Remo.

Y es lógico entender que esto sea así, ya que a Poblet, la Milán-San Remo le cambió la vida. Hace exactamente 50 años, Miguel Poblet obtenía la victoria en la Milán-San Remo del año 1957, siendo el primer ciclista español y único hasta la aparición de Freire en el año 2004 que había logrado vencer, en la primera gran clásica ciclista, uno de los monumentos del ciclismo.

No era un desconocido dentro del deporte del pedal, pero su aparición en Italia fue un tanto rocambolesca. Ya había ganado etapas en el Tour de Francia, en el que a lo largo de su carrera ciclista lograría tres, pero tuvo el honor de ser en 1955 el primer ciclista español en vestir el maillot amarillo de líder del Tour de Francia, circunstancia que no agradó a Federico Martín Bahamontes puesto que deseaba para él tal honor.

También había conquistado victorias parciales en el Giro de Italia, para totalizar un total 16 victorias al final de su carrera deportiva, y con tales credenciales no era de extrañar que fuese temido por los dioses de la velocidad de la época: Rik Van Steenbergen y Rik Van Looy.

Pero al igual que Freire, Poblet debía buscarse la vida por cuenta propia ante los monstruos de las llegadas, especialmente ante la guardia pretoriana que poseía Van Looy y del que debería tomar buena nota Alessandro Petacchi, puesto que acostumbraba a colocar a dos fornidos lanzadores delante y a otros dos detrás para que nadie pudiera coger su rueda.

Conocido por el sobrenombre del “Bebé de Montcada” por sus mofletes, Poblet pertenecía en 1956 al equipo Faema, pero concretamente estaba encuadrado en el equipo español, ya que también existía el gran equipo internacional Faema de nacionalidad belga. En el año 57 iba a enrolarse en este conjunto para participar en la Milán-Turín y Milán-San Remo, que se disputaban en un intervalo de ocho días. Le entregaron 25.000 pesetas de la época, para el avión y para el hotel, lo que era un lujo en aquellos tiempos, pero también estaba el honor de poder figurar en el mítico Faema.

Pero ya en Milán, hubo un pequeño gran detalle, que a Learco Guerra se le olvidó. Guerra fue un famoso ciclista italiano de los años 30 y que en aquellos momentos era el director deportivo del equipo Faema. Y aquel detalle que pasó por alto fue, nada más y nada menos, que comentarle a su gran corredor Van Looy, que Poblet iba a correr junto a él en el equipo. Fue un error monumental de Guerra, puesto que Van Looy se negó en rotundo a que el catalán formase parte del equipo. El belga aspiraba a la victoria y se consideraba el ciclista más rápido del mundo y evidentemente no podía aceptar integrar a un extranjero con pretensiones dentro del equipo.

Allí se quedó Poblet, compuesto y sin novia, y con una gran cantidad de dinero que no sabía si le pertenecía o debía devolver por no ser finalmente de la partida con el equipo Faema.

Los organizadores de las pruebas, conocieron el problema y trataron de buscar una solución, y aunque fue un tanto disparatada la encontraron. Existía un equipo, el Ignis, que había sido clausurado, al estar el patrón cansado de ver como tras dos años los resultados cosechados eran inexistentes, así que tomó la decisión de invertir en otros deportes, especialmente en el baloncesto. Como la desparición del equipo era reciente, todavía el director deportivo, Berrecchia, tenía el coche, mecánico y masajista, y como todos estaban a punto de quedarse sin trabajo, no fue complicado convencerlos para que pusieran la pequeña estructura al servicio de Poblet. De esta forma si se producía un problema mecánico, al menos tendría una asistencia. También se llamó a ciclistas independientes, que iban por libre, los llamados “isolatos”, y de entre aquellos dispuestos a ayudar a Poblet, se incorporaron al equipo media docena de ellos.

Con ese Ignis de retales, Poblet ganó la Milán-Turín, una semana antes de la gran cita de San Remo. Al ver la portada de “La Gazzetta dello Sport” la secretaría del “comendatore” de Ignis, llamó al patrón para que comprara la publicación. De esta forma tuvo conocimiento de que la portada era para un ciclista que llevaba impreso en el maillot de forma bien nítida la publicidad de la firma Ignis. La siguiente llamada, se la devolvió el patrón a la secretaria, con una sóla pregunta: ¿Quién es Poblet?

Giovanni Borghi, que así se llamaba el patrón, a la semana siguiente estaba apostado en la meta de la Milán-San Remo. Una carrera igual de larga que la actual, que rondaba los 300 kilómetros, pero que entonces se decidía en los cabos –de allí salió la fuga que llevaba, entre otros a De Bruyne, Poblet, Robinson, Planckaert y Schepens-, ya que aún no se había introducido los ahora conocidos cerros del Poggio y la Cipressa. Por delante de ellos iba el italiano Barone, al que dieron alcance, y en un sprint que parecía iba a ir destinado a las manos de Fred De Bruyne quien había ganado en la edición del 56, Poblet le rebasó sorpresivamente en los últimos metros y conquistó la victoria. Al ver el sprint, Borghi se abalanzó a abrazar a Poblet, que estaba sorprendido por la efusividad del que hasta el momento era un desconocido para él.

Tras esta victoria al “comendatore” se le fue de la cabeza la idea de acabar con el equipo, y Poblet, un tanto desencantado con el equipo Faema, se quedó en el Ignis para siempre hasta que en 1962 se retiró. Poblet tenía 29 años en 1957, y la noche del 19 de marzo de 1957, en un hotel de San Remo, Borghi se convirtió en el mecenas de Poblet. Como no tenían papel a mano, firmaron el acuerdo en una cajetilla de tabaco. Cuando el patrón le preguntó por la cifra que debían poner en la ficha, Poblet guardó silencio y decidió dejar la cifra en blanco. Finalmente Poblet recibiría unos dos millones y medio de pesetas de la época, lo que le convertían en uno de los ciclistas mejor pagados de su tiempo.

Ya en la Milán-San Remo del año 58, llegó un grupo de 70 unidades al sprint, con victoria final de Van Looy por delante de Poblet y Darriagade. También en la edición de la París-Roubaix de ese mismo año se vio nuevamente relegado a la segunda plaza al ser batido por De Bruyne.

En la edición del año 59 se cumplía el cincuentenario de la prueba. Hay que recordar que desde el año 1907 que fue cuando se inició la historia de esta prueba, no se ha celebrado la carrera en 1916 a causa de la Primera Guerra Mundial y en 1944 y 1945 también por motivos bélicos, en concreto por la Segunda Guerra Mundial. En aquella edición se vivieron numerosos escarceos a lo largo de la prueba, pero a falta de 15 kilómetros se reagrupó el pelotón en aproximadamente 90 unidades y ante los mejores sprinters del mundo, se impuso Poblet por delante de Van Steenbergen, Van Daele, Demulder y Van Aerde.

En 1960 el recorrido de la clásica italiana sufrió un cambio en su recorrido, ya que por primera vez se incluyó la ascensión del Poggio a escasos kilómetros de la meta. Quizá esta circunstancia pudo influir para que Poblet no volviese a ocupar puesto de honor en la Classicissima.

Una vez abandonada la competición, continuó ligado a la firma Ignis puesto que gracias a él se abrió la puerta a los frigoríficos eléctricos en España, colaborando en la instalación de la fábrica de Ignis en Barcelona. Para ello tuvo que utilizar su fama para superar las trabas del franquismo ya que en aquella época no podía haber empresas con más del 50% del capital en manos extranjeras. Más tarde, se recordarían aquellos frigoríficos de la marca Ignis como los que encandilaron a Carmen Polo y Martínez-Valdés, la esposa del dictador español, Francisco Franco Bahamonde. Pero esta es otra historia.

6 Comments:

At 26 de marzo de 2007, 11:58, Anonymous Anónimo said...

Gracias Marco* por este relato !!

Muy bonita la anecdota Faema/Ignis.

Me habria gustado saber lo que Learco Guerra dijo a Van Looy una vez concluida la carrera !!!;>

 
At 26 de marzo de 2007, 16:08, Blogger Marco* said...

Hola Biarnes!

Muchas gracias por tus palabras.

Es curioso la diferencia de aquel ciclismo de subsistencia con el que vivimos actualmente. Dan para contar anécdotas entrañables.

No se que le dijo Guerra a Van Looy pero al año siguiente a la primera victoria de Poblet, la Milán-San Remo fue a manos del propio Van Looy por delante del catalán.

Un saludo!

 
At 26 de marzo de 2007, 17:02, Anonymous Anónimo said...

Es de agradecer muchísimo tus sabios conocimientos de este nuestro deporte, que se ve, que amas muchísimo.

Es impresionante la clase que tiene Freire, i las penurias que está pasando con sus dolencias en espalda i trasero, i que no le sea reconocido en España, salvo con un velódromo de CEMENTO en su Torrelaguna natal.... Qué algunos como Zidane marcan un gol tremendo i lo están recordando toda la vida.... Freire para no olvidarnos que EXISTE i recordemos lo GRANDE qué es, debe seguir ganando, i a buen seguro que lo seguirá haciendo.

Ojalá nos regale otro mundial en línea de carretera.

 
At 26 de marzo de 2007, 17:56, Anonymous Anónimo said...

Hola Marco!

Agradezco mucho tus palabras,pero en general creo que de uno u otro todos sentimos lo mismo por este deporte.

Vamos a decir que Freire es de Torrelavega en lugar de Torrelaguna para no enfadar a los cántabros. Y la pista creo recordar que es de asfalto, que me parece una magnífica idea para desarrollar el ciclismo de base.

¿Sabes cuando será apreciado Freire? Cuando se retire y ningún español levante los brazos la Milán-San Remo.

La verdad es que tiene clase para dar y regalar.

Un saludo!

 
At 27 de marzo de 2007, 20:08, Blogger kokolo said...

Buenas Marco*!!! Muchas veces me paro a pensar y creo que es muy dificil encontrar a alguien que supere a freire en la relacion victorias/días de competicion.
Recuerdas a algun ciclista que compitiendo tan poco haya obtenido tantos triunfos?

P.D. Sabes que es lo que le ha pasado al foro del euskaltel-euskadi? Me gustaria ponerme en contacto con eloi o alguien, que explique el problema que hay porque hace ya cosa de un mes

 
At 30 de marzo de 2007, 18:11, Anonymous Anónimo said...

Hola Kokolo!

Desconozco si hay alguien que tenga un porcentaje de victorias mayor que el de Oscar Freire teniendo en cuenta el número de días de competición que realiza.

No se si existe alguna medición de este tipo, pero quizá un ciclista como Tom Boonen que la pasada campaña (2006) obtuvo 21 victorias pueda estar por encima o Alessandro Petacchi que la anterior a ésta (2005) consiguió 25 victorias.

Si hacemos un cálculo rápido, para que Boonen y Petacchi tuviesen un 25% de efectividad, tendrían que haber corrido durante 84 y 100 días respectivamente.

Oscar Freire con 7 victorias en cada una de las dos anteriores campañas para tener la misma efectividad tendría que haber tomado parte tan sólo en 28 días de competición.

Conociendo los días de competición, podríamos sacar la cuenta rápidamente, ya que entre ellos seguramente estará la cuestión planteada.

Es una incógnita interesante la que planteas.

En cuanto al Foro del Euskaltel-Euskadi, ya reflejé anteriormente lo que me comentó Eloy sobre los problemas surgidos. Ahora Eloy espera que para el fin de semana esté en funcionamiento pero para no errar como en la ocasión anterior no se atreve a dar un plazo categórico.

Un saludo!

 

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