13 de noviembre de 2007

Lentejas

La temporada de ciclo-cross transcurre a un ritmo vertiginoso que impide en muchas ocasiones detenerse un instante para pensar en cuanto acontece dentro de este deporte.

El auge de esta especialidad es palpable y dicha circunstancia se refleja ya también en las, excesivamente caras y copadas de publicidad, publicaciones ciclistas mensuales que temporada tras temporada aumentan el espacio dedicado al ciclocross, aunque éste sólo sea para mostrar, una y otra vez, las nociones básicas de este deporte y el reportaje inducido por alguna marca de bicicletas que accede a mostrar algún producto de su gama no sin antes ganarse el favor de los responsables de la editoria de turno para ello.

Sin dejar de ser un excelente reflejo de la salud de este deporte el que ofrece la prensa especializada, existen otra serie de indicadores que con mayor precisión nos muestran la positiva realidad del ciclo-cross. Es simple. El número de pruebas a disputar a lo largo de la temporada, el número de prácticantes y la cantidad de espectadores han aumentado significativamente. Las matemáticas, independientemente de que nos gusten o no, nunca engañan al ser una ciencia exacta. Todo es favorable.

Incluso aquello que no podemos contabilizar, como la ilusión que genera este deporte en muchos de los implicados, hace que el deporte del ciclo-cross no sólo se contemple positivamente de un prisma racional, sino que imperceptiblemente y desde un punto de vista sentimental, se ganan adeptos para una causa, de la que dificilmente se podrán desembarazar a lo largo de su vida.

Hay un detalle, que desgraciadamente no se puede pasar por alto, y es el marco geográfico donde se situa este panorama. Y es que en España, unir las palabras ciclismo y federación, arroja un resultado que no invita a esbozar una sonrisa. Este idílico cielo soleado que es el ciclo-cross en la actualidad, no es tal por la perenne nubosidad que resulta ser la RFEC.

Desgraciadamente, desconozco si será por encontrarnos con una especialidad que tiene en el periodo invernal la mayor parte de su expresión competitiva, la oscuridad es costumbre. Se contempla con la más absoluta normalidad dentro del ambiente ciclista si nos atenemos al inmovilismo y a la ausencia de reacción ante la falta de dedicación de una federación que en teoría está para guiar a un deporte hacia un futuro de prosperidad y que la realidad únicamente la situa como un lastre del que no existe la posibilidad de desprenderse.

Pero en este clima benevolente, conviene repasar la historia, para saber de dónde uno viene y conocer a donde uno va, dado que ésta es cíclica y siempre se repite. Y es que, quizá, este gigante en que se está convirtiendo el ciclo-cross, tiene los pies de barro.

A grandes rasgos, y dejando a un lado casos particulares y las categorías no relacionadas con la élite de esta especialidad, la llegada al ciclo-cross se produce por dos vías nítidas y bien diferenciadas. Una de ellas pertenece al mundo de la bicicleta de montaña, donde son cada vez en mayor número, los ciclistas que desembarcan en el ciclo-cross. Para desgracia de la especialidad invernal, éstos ciclistas lo hacen con una implicación menor y secundaria a diferencia de lo que sucede en el período estival con su especialidad ciclista de procedencia.

El otro lugar, es el del ciclismo en ruta, del que proceden un buen número de ciclistas desheredados de las ruedas finas, excluídos de la élite o ciclistas que pusieron sus sueños y sus esfuerzos en la bicicleta de carretera, y su realidad ciclista les encaminó hacia un ciclo-cross que sólo fue un destino una vez invalidadas sus opciones de un próspero futuro en el asfalto.

Cómo exponentes de ambos casos, entre otros muchos, podemos señalar a José Antonio Hermida, que deseoso de probar el ciclo-cross, la temporada pasada hizo su incursión, ante la imposibilidad de poder incluir en su preparación las habituales sesiones de esquí de fondo que acostumbraba a realizar. Su talento ciclista le situó al mayor de los niveles nacionales en las pocas pruebas que participó y a un interesante nivel internacional, a pesar de no contar con la experencia ni la preparación de la que gozaban los rivales con los que pudo codearse.

En el otro polo, podemos situar a un ciclista como Javier Ruíz de Larrínaga, ciclista que únicamente decidió dedicarse al ciclo-cross, al verse fuera del ciclismo de ruta tras la desaparición del conjunto Kaiku. Incluso si la puerta del ciclismo en ruta se vuelve a abrir, del mismo modo que ocurrió con Jose Antonio Garrido, el ciclo-cross pasaría a ser inmediatamente una especialidad a la que vincularse únicamente de forma anecdótica.

Así de esta forma, nos encontramos en clara desventaja competitiva a nivel internacional, ya que siempre existe algún motivo que impide a los ciclistas ser capaces de estar a la altura de lo que la élite internacional requiere para alcanzar el éxito.

En el aspecto organizativo sucede algo en la mísma línea, ya que a pesar de que las pruebas de un tiempo a esta parte brotan de forma numerosa y significativa, éstas no van en una línea de crecimiento constante en busca de una excelencia que sólo viene de la mano de la exigencia que supone el status de la internacionalidad.

Pero retomando el comentario anterior de los ciclistas, uno puede llegar a pensar, que de un modo u otro, las diferencias pueden llegar a reducirse, profundizando en el conocimiento de una especialidad que para muchos da la sensación que guarda algún secreto allí donde los dominadores del ciclo-cross internacional tienen su lugar de residencia.

Mi memoria no recuerda alguna temporada anterior en la que tanta variedad de ciclistas hayan cruzado los Pirineos para ponerse un dorsal y competir internacionalmente. A saber: Isaác Suárez, Oscar Vázquez, Mauro González-Fontán, Hugo Rus, David Seco, David Juárez o David Peña como los más significativos hasta la fecha, han sido ciclistas con experiencia internacional a lo largo de este primer tercio de campaña.

Para aquellos que buscan en el extranjero competiciones cuando el calendario nacional está vacia de éstas o como un objetivo deportivo buscando un nivel de exigencia que en territorio nacional no encuentran, no sólo es algo perfectamente entendible, sino que se antoja algo totalmente necesario.

Pero existe un buen número de ciclistas, que enarbolando la bandera del aprendizaje, dilapidan unos recursos económicos a tener en cuenta, en una participación junto a las grandes estrellas de este deporte, que únicamente se justifica por la experiencia vital que queda en la memoria.

Buena parte de los aficionados al ciclismo de carretera y prácticantes habituales, estarían dispuestos a hacer realidad el sueño de competir en condiciones reales y dentro de pruebas con historia ante sus ídolos. ¿No sería bonito tomar la salida en la París-Roubaix y pedaleando ver como Fabian Cancellara se marcha irremediablemente hacia la victoria u observar como George Hincapie queda rezagado por una caída? Pues en el mundo del ciclo-cross esto se puede hacer, ya que estar en la salida junto a Sven Nijs o Bart Wellens y contemplar como irremediablemente acaban doblando a uno, está al alcance de prácticamente cualquiera independientemente del nivel ciclista que posea.

La meca del ciclo-cross da la sensación de ser el lugar del peregrinaje obligado para la progresión dentro de este deporte, y la realidad es que sencillamente la competición no aporta nada. La barrera idiomática, la desubicación geográfica y la falta de tiempo, hace que no exista un antes y un después deportivo significativo tras la aventura internacional. Incluso se da la circunstancia de ciclistas dispuestos a participar en pruebas internacionales a miles de kilómetros de sus domicilios, pero incapaces de acercarse a unas pocas horas de distancia de su localidad de residencia, a alguna de las escasas pruebas de carácter internacional que se celebran en territorio nacional.

La tutela de un entrenador, la integración dentro de un grupo de trabajo y el desarrollo de un entrenamiento tecnificado, es la única línea que justifica emprender la aventura en el extranjero con el objetivo de mejorar deportivamente y progresar dentro del ciclo-cross. Curiosamente, para todo ello, no es extrictamente necesario tomar parte en ninguna competición.

Como sucede en no pocos casos dentro de la naturaleza, aquello que tiene un rápido y exponencial crecimiento, no siempre crece en la línea adecuada. La popularidad del ciclo-cross no va ligada al desarrollo competitivo de este deporte y en este favorable caldo de cultivo, no es oro todo lo que reluce. Se dejan a un lado las nociones básicas para construir un futuro deportivo enfocando las miras sobre un tejado en el que nunca se podrá sustentar ninguna base. Así, con un gigante de pies de barro, donde los más destacados ciclistas nacionales están estancados en el mismo nivel durante las últimas campañas, los jóvenes son incapaces de dar réplica a los veteranos imposibiltando un relevo natural y con buena parte de los prácticantes lejos de un estado de forma óptimo, se puede vaticinar, con varios meses de adelanto, que ningún ciclista que porte el maillot de la selección española en el próximo Campeonato del Mundo de Treviso 2008 será capaz de clasificarse entre los primeros veinte clasificados, exceptuando, la figura de Jose Antonio Hermida, cuyo talento escapa a cualquier lógica.

Etiquetas:

12 Comments:

At 13 de noviembre de 2007, 22:12, Anonymous Anónimo said...

Estoy de acuerdo con lo que dices aunque las palabras sean duras. Me gusta tu blog y te felicito porque es un lugar diferente al resto. Nadie escribe algo parecido sobre el ciclocross en castellano.

Me gustaría conocerte en alguna carrera.

Saludos a todos!

 
At 14 de noviembre de 2007, 6:30, Anonymous Anónimo said...

Hola,

Siempre me a parecido una situación inexplicable que los equipos profesionales españoles no tengan un par de ciclocrosistas en sus plantillas.

Si esto fuera así quizás algunos ciclistas con aptitudes para el ciclocross se hubieran decantado por esta disciplina.

Un saludo.

Los equipos con una inversión mínima tendrían una publicidad en invierno que en la actualidad no tienen.

Imaginar a Yus,Seco, Ruiz de Larrinaga o cualquier joven vasco que destaque en el Euskaltel.A Isaac Suarez en el Saunier,a Oscar Vazquez en el Karpin o a Hugo Rus en el Relax por poner algunos ejemplos.

Esto haría que se dedicaran a fondo al ciclocross y se vería lo que realmente pueden dar de sí.

Quizá algunos ciclistas que ham pasado sin pena ni gloria por el profesionalismo en carretera se hubieran convertido en figuras internacionales del ciclocross,me viene a la mente ahora a Gaizca Lejarreta,Mikel Attexe y otros.

Automaticamente los junior que destacan en ciclocross, cuando pasan a Sub/23 se lo dejan y se centran en la carretera al no ver futuro en la disciplina invernal.

 
At 14 de noviembre de 2007, 12:49, Anonymous Anónimo said...

Hola a tod@s

Excelente y completísimo artículo en el que se tocan temas tratados en anteriores comentarios pero de manera mucho más profunda.

Estoy de acuerdo contigo en casi todo.
Coincido en pensar que la federación no prestará atención hasta que no vea la posibilidad de salir en la foto, que el ciclocross fue y es caldo de cultivo para carreteros fracasados y beteteros de paseo, que las salidas al extrajero sólo valen para contar a los nietos que "a tu abuelo Nys lo dobló 3 veces"...

En lo que discrepo es en el futuro del bicicrós. Me gusta llamarle bicicrós porque no pasamos de ser una panda de matados jugando a embarrarse dentro de un deporte desconocido por unos y repudiado por otros.. osea, nada serio.

En el bicicrós veo un paralelismo tremendo al montanbai en sus inicios. Los corredores siguen siendo los rebotados de entonces y el destacar en el extranjero es ciencia ficción. Tienen que aparecer altruistas (tipo Silvia Rovira o Alberto León) que se planteen el bicicrós como algo completamente independiente al resto y que entrenen para ello sin esperar ayuda de nadie. Ahora tenemos un buen momento para que aparezca algún personajillo de éstos que ilumine tanto a administraciones como a nuevo corredores..

Buf, menudo rollo. Si acaso en otro comentario digo algo más, que si no me lío, jeje

Lencko

 
At 14 de noviembre de 2007, 15:25, Blogger Canil Blancu said...

Hola:
Lencko:¿la referencia a León y Rovira son dos nombres casuales o bien por no querer aburrir -a mi no- no lo desarrollaste bien?

Creo recordar que el madrileño, ahora tristemente famoso, comenzó en bmx y llegó a correr el Rally Caktus en los años en que ya había alguna btt. (era una prueba por etapas de la sierra madrileña que comenzó haciéndose con las bmx con rueda de 20" o 24", y de la que no hay información en internet).

Silvia creo que al principio corría descensos. A mi me encantaba, su trayectoria siempre ha sido una referencia.

La mayor diferencia entre el boom del btt y ahora es, en mi opinión, internet.

 
At 14 de noviembre de 2007, 15:58, Anonymous Anónimo said...

Hola Canil

Alberto León fue componente del mítico equipo Coronas de BTT. Era un equipo semiprofesional que con un presupuesto más que decente iba escogiendo los mejores corredores españoles y les daba una cierta proyección internacional. En éste equipo, aparte de Alberto León (tristemente involucrado ahora en la Operación Puerto, figuraron nombres como Guillermo de Portugal (que anda metido por la federación española de ciclismo si mal no recuerdo) o Ana Burgos (que se pelea con las grandes del triatlón internacional.

La primera presencia relevante en el campo europeo de BTT lo dio Silvia Rovira. Delgadísima, pequeñísima y con una buena carga de años se proclamó subcampeona europea de Rarry en el año catapún, cuando las únicas bicis de monte que se compraban eran BH porque no había otras.

Saludos varios

 
At 14 de noviembre de 2007, 22:33, Anonymous Anónimo said...

Hola!

Muchas gracias a todos por las interesantes e ilustrativas intervenciones.

Vijandi:
Me parece excesivo que los equipos profesionales españoles puedan tener un par de ciclistas que tengan un objetivo compartido en la carretera y el ciclo-cross.

Si podían haber existido casos puntuales como Javier Ruíz de Larrínaga o Unai Yus, que podían haberse integrado en una estructura profesional y competir con regularidad en ambas disciplinas por igual, de la misma forma que hacen no pocos ciclistas y que resumo en las figuras de Mourey o Franzoi.

Combinarlas con un patrocinio como el de Fuerteventura-Canarias hubiese sido publicitariamente interesante, ya que en el embarrado trazado de Pijnacker, sólo pensar en la temperatura exitente en la región geográfica que publicita el equipo, hubiese quedado en la retina como distino vacacional de más de uno.

Por el ciclo-cross hay que apostar de forma progresiva y orientar desde la base, ya que desgraciadamente las interrupciones y la falta de conocimiento de la especialidad pasa factura.

Así por ejemplo, pienso más en un ciclista como Gorka Izaguirre, que pudiese en un futuro acceder al campo profesional de la mano del equipo Orbea y enfrascarse en la temporada internacional de ciclo-cross como otro objetivo a lo largo del año.

Y remaco lo de internacional, ya que para correr en territorio nacional, no lo veo de la misma forma.

De todas formas, no es garantía de éxito, ya que siendo juvenil, donde a priori todos los países luchan en unas condiciones similares de implicación y atención a la especialidad, no ha obtenido ningún resultado significativo.

Para correr en el ciclismo profesional, hay que tener un nivel ciclista que ni Suárez, Rus o Vázquez han demostrado que tienen, asi que me resulta algo complicado imaginarme esa estampa.

Hubo un tiempo que David Seco pedía un sitio en Euskaltel-Euskadi para disputar el ciclo-cross pero Madariaga se negó en rotundo, aunque de forma particular lució los colores de la empresa de telefonía vasca.

¿Creen los jóvenes ciclistas que es más fácil tener un futuro en la carretera que en el ciclo-cross? Pues hecho manos de las estadísticas y es más fácil triunfar en el ciclo-cross que en la carretera. ¿O quizá el motivo sea realmente que el "ego" personal o familiar se retroalimenta de la carretera?

Un saludo!

 
At 14 de noviembre de 2007, 22:53, Blogger Marco* said...

Hola!

Añadiendo comentarios a lo expresado por Lencko y Canil Blancu sobre el paralelismo entre el BTT y el Ciclo-Cross pienso que la bicicleta de montaña fue capaz de generar su propia cantera y el ciclo-cross es totalmente dependiente.

A pesar de que Manolo Martínez Costa por retrasarme en el tiempo o más recientemente Roberto Lezaun procedían del mundo de la carretera, se generó una cantera interesante, ya que el paso de José Antonio Hermida por las diferentes categorías ha sido a tener en cuenta, o la ilusión que despertaban en los orígenes ciclistas como Albert Balcells o Tomás Misser en su época junior, ya un tanto olvidados, era digna de mención.

El Belgica, por ejemplo, a Johan Museeuw, un jovencito ciclista volcado en el ciclo-cross y sin otro interés por la carretera que preparar el invierno, vio como lo sacaban del ciclo-cross para que se centrara en la carretera.

Ese ejemplo del ciclo-cross por delante de cualquier otra especialidad ciclista a una temprana edad, no la veo en nadie. Bueno, quizá en Kevin Suárez, un niño que se lleva su bicicleta a todas las carreras donde participa Antonio Suárez y que la temporada que viene será cadete. Pero ya es ser un tanto exagerado por mi parte.

Un saludo!

 
At 15 de noviembre de 2007, 14:22, Blogger Canil Blancu said...

El tema de la cantera sí es interesante.

Yo me pregunto si esto tiene que ser una modalidad de competición complementaria de invierno o la parte competitiva de una actividad que funcione también al margen de la competición. Juega a favor que entrenando por pistas, vias verdes y carreteras de tercera aumenta la seguridad.

Tampoco hay que olvidar que el problema del dopaje está por solucionar, y por tanto la parte profesional no puede ir bien.

Las bicis de cross tienen que ser útiles fuera de la competición. De ahí que muchas marcas han vuelto a poner roscas para los bidones (hasta la Colnago). El diseño de los circuitos también es importante, cuanto mas se parezcan a un recorrido en el que se pueda pasear, mas versátiles serán las bicis apropiadas y por tanto mas base y mas cantera. Tampoco hay que dramatizar, porque a fin de cuentas, hoy en día mucha gente tiene varias bicis, y tampoco es que las bicis de competición de rally valgan -en general- para gran cosa.

La verdad que con la salvedad de los problemas en los frenos y las horquillas de carbono, las bicis de estos últimos años funcionan la mar de bien. El tema de los tubulares tampoco lo veo claro, desde el punto de vista que no valen para entrenar (al menos, los de competición mas normales).

Pegar aquí el palmarés de los campeonatos de btt, según la federacion:
http://rfec.trackglobe.com/familias/palmares_btt_07.pdf

 
At 15 de noviembre de 2007, 17:47, Blogger Marco* said...

Hola Canil Blancu!

Empenzaré por señalar alguno de los muchos recuerdos que me ha traído el enlace que has añadido.

- Axier Albizua, y aquella promesa de que no se cortaría el pelo hasta que fuese Campeón del Mundo. Los colores de JB en la competición.

- "Nikomoto", su Diamond Back y el destartalado autómovil que poseía.

- Fina Soler y el patrocinio de Panama Jack.

- Alex Vidal & Tomás Misser y la gente del Tibidabo-Bike House. Richi Santamaría, Notario y la pujante cantera madrileña en la que debe incluirse el trístemente célebre Jesús Mª Manzano.

Y un largo etcétera....

Que tiempo aquellos de ilusión, "ejércitos de Pancho Villa" y firmas comerciales que nada tenían que ver con el sector de las dos ruedas.

Un saludo!

 
At 15 de noviembre de 2007, 18:05, Blogger Marco* said...

Hola!

Y ahora extríctamente sobre la cantera:

1).- Bajo mi prisma, no es necesario establecer una especie de disciplina de una única vía, sino que lo deseable es contar con ciclistas cuya prioridad sea el ciclo-cross a una edad temprana, y que con el suceder de los años siga centrado en la especialidad.

2).- Tampoco entiendo que la usabilidad de una bicicleta de ciclo-cross fuera de la competición tenga que ser determinante para el desarrollo del deporte. Sin ir más lejos, una bicicleta de "Descenso" no tiene uso fuera de la competición y sin embargo las incripciones en pruebas de este tipo es muy superior a las que se realizan en las pruebas de "Rally".

3).- Las bicicletas de ciclo-cross son una especie de bicicleta de carretera adaptadas para la circunstancia del barro tan presente en la especialidad invernal. Para andar por carretera, lo lógico es decantarse por una bicicleta de ruta y si vas a usar la bicicleta fuera del asfalto, una bicicleta como la de montaña parece una opción más acertada que la de ciclo-cross.

4) Mencionas los tubulares, y me llama la atención, la enorme tendencia a usarlos, cuando hay la cubierta es más económica, sin observar que haya un aprovechamiento real de las posibilidades, ya sea por falta de experiencia o cuidado de estos. Se dan demasiados casos de ciclistas a los que observas que se la ha salido el tubular últimamente....

Un saludo!

 
At 17 de noviembre de 2007, 21:04, Anonymous Anónimo said...

Y eso de lentejas?

 
At 18 de noviembre de 2007, 0:45, Anonymous Anónimo said...

Hola!

"Lentejas, si quieres las comes y si no las dejas." Esta frase me ha llevado a decidirme por el título de "Lentejas".

Un saludo!

 

Publicar un comentario

<< Home