El Dr. Honorio y Mr. Seco
A lo largo de las últimas décadas, en el sombrío panorama en el que se había sumergido el ciclo-cross nacional, la figura de David Seco Amundarain era, sin duda alguna y por encima de cualquier otra, la referencia.
El singular ciclista de Busturia, próximo a cumplir los 35 años (17 de Marzo de 1973) es de los pocos ciclistas que provocan una serie de sentimientos antagónicos, que sin lugar a dudas, no dejan indiferente a nadie.
Estableciendo un sórdido paralelismo, su figura evoca a la extraña relación, entre el Dr. Henry Jekyll, y el misántropo Edward Hyde, alegoría moral en forma de historia de misterio, escrita por Robert Louis Stevenson en 1886, bajo el título de "El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde".
Esta novela, que entra dentro de las obras catalogadas como de obligada lectura, se ha convertido en una pieza de referencia dentro de la cultura occidental, al reflejar el conflicto interior del ser humano entre el bien y el mal. Los dos extremos, el de lo bueno y el de lo malo, conviviendo dentro de una misma persona.
Siendo, David Seco desde sus inicios en esto del ciclismo, un corredor más destacado en el ciclo-cross que en la carretera por todas aquellas categorías por las que ha pasado, decidió llegado a la categoría amateur volcar todos sus esfuerzos en la ruta en detrimento del ciclo-cross. Su realidad ciclista, con el suceder de las temporadas en la categoría amateur, lo encaminó hacia el ciclo-cross de forma definitiva y por ello se ha dado a conocer, con nombre propio, en el mundo de las dos ruedas.
Es admirable y digna de mención la arriesgada apuesta que hizo en su día. No se conformó con la práctica autómata de una especialidad ciclista en decadencia. Eran tiempos donde, empleándose con un mínimo de interés, se abría la posibilidad inexorable del lucimiento personal. Sin embargo, y de forma determinante, fue un paso más allá. Encaminó nítidamente su objetivo hacia la búsqueda de una formación que pudiese llevarlo a las cotas más altas que el ciclista estuviese en disposición de alcanzar.
De la mano de Paul Herijgers se inició en la preparación consecuente y científica de la especialidad, cuando en el territorio nacional, la preparación en materia de ciclo-cross iba por otros derroteros bien distintos.
De ninguna manera fueron fáciles las estancias lejos de su numerosa familia, dedicadas por y para el aprendizaje de la especialidad. Incluso los suyos, en un principio, no veían con buenos ojos la determinante apuesta en la que el ciclista de Busturia se había embarcado. Sus estancias en Bélgica, suponían un gran esfuerzo en muchos sentidos, pero sirvieron con la constancia y el paso de los años para señalarlo, como el ciclista más avanzado en el conocimiento y preparación de un deporte como el ciclo-cross en el territorio nacional. Y eso de partida, ya era una enorme ventaja, plasmada posteriormente en un incontestable dominio, que le ha reportado una ingente cantidad de victorias y títulos a lo largo de los últimos años.
Ventaja, que indiscutiblemente perdura en el presente, y de esta forma, en la actualidad rivaliza con ciclistas como Javier Ruíz de Larrínaga, ciclista que sencillamente carece de un mínimo de técnica impidiendo tal circunstancia que el ciclista de Amézaga de Zuya pueda estar más cerca o superar a rivales físicamente inferiores, o como Unai Yus, el otro ciclista alavés, que consciente de la imperiosa necesidad de invertir en la preparación técnica de la especialidad, se emplea en la tarea, aunque para ello se sirva de preceptos un tanto en desuso y con una base empírica que no siempre canaliza en su propio beneficio, como sería deseable.
En esta escala gradual de los ciclistas que rivalizan geográficamente con David Seco, el ciclista de Busturia está por encima de todos ellos. Sólo el cántabro Isaac Suárez, al igual que hizo el vizcaíno en su día, ha adoptado la postura de, bajo la batuta un preparador cualificado, invertir en la mejora fehaciente de su preparación.
David Seco, con unas pautas definidas que repite de forma mecánica para evitar la improvisación, con un enfoque en la que una acción determinada debe desembocar en una reacción conocida, y con una preparación más eficiente en la que no desdeña pequeños aspectos que otros ignoran deliberadamente, tiene la base para ser sencillamente el mejor especialista nacional.
Ante la profesional figura del ciclista, uno puede pensar que en las competiciones nacionales se establecen dos carreras diferentes dentro de una misma. La de un triunfante David Seco, por un lado, que compite contra si mismo, y por el otro lado, la del resto de rivales, que pugnan entre si, por el segundo peldaño del podium. Hasta no hace mucho esto era una realidad, y sus competiciones se contaban por victorias.
Pero no es oro todo lo que reluce y no son pocos los argumentos que lastran esa buena dispoción que tiene a la hora de enfocar la especialidad. En las últimas cuatro temporadas, tan sólo en una ocasión tuvo la oportunidad de alzarse con la victoria en el Campeonato de España, cuando en las anteriores cinco ocasiones siempre había sido el ciclista que había levantado los brazos victorioso.
Emocionalmente no es un ciclista estable. Los conflictos intra e interpersonales han mellado en su rendimiento, así como otra serie de parámetros psicológicos que intervienen en la actividad física del deportista.
No ha sabido desarrollar una capacidad de concentración durante la competición, y no ha incidido en entrenar las habilidades para el control emocional, que en su caso se antojaban totalmente necesarias. No posee autoconfianza y tal circunstancia no contribuye a crear una suficiente autoestima, al tener dificultades para controlar su ansiedad y sus miedos. Carece de la sensatez idónea para establecer sus metas y objetivos dentro de la realidad ciclista en la que se encuadra, y por todo ello, en el confluir de emociones tiene su talón de aquiles.
Por si esto fuera poco, la grave lesión sufrida la temporada pasada, y los problemas físicos con los que inició la temporada que recientemente acaba de finalizar, contribuyen a dejar al descubierto unas carencias, que de otro modo ocultaría tras su innegable despliegue de recursos técnicos.
Unas habilidades adquiridas con su constancia y entrenamiento que siempre lo van a situar por delante del resto, cosa que sin embargo no sucede con su condición física, ya que irremediablemente, el tiempo pasa. Hoy es el día, en el que entre los cincuenta primeros clasificados de la Unión Ciclista Internacional, son únicamente dos, los ciclistas que lo superan en edad. Los ciclistas en cuestión responden al nombre de Erwin Vervecken y Richard Groenendaal, ciclistas ambos con más pasado que futuro, que son la clara muestra de que el paso del tiempo pasa factura a todo el mundo.
Así de esta forma, pensar en que David Seco Amundarain vuelva a mostrar la condición física y sus prestaciones ciclistas de hace un quinquenio, es una utopía, puesto que ni tan siquiera los mejores ciclistas del mundo son capaces de hacerlo, y evidentemente no pertenciendo a esa reducida élite mundial, como es el caso del ciclista vizcaíno, es más complicado imaginarlo.
"Quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite" decía el Dr. Henry Jekyll en uno de los pasajes de la obra, y sin lugar a dudas, dicha frase podía hacer propia el ciclista de Busturia. No ha sido nada sencilla la temporada, recientemente concluida, que el ciclista ha tenido que soportar y al no existir el parapeto de los resultados, se ha visto en una incómoda y desconocida situación, en la que los focos ya no se centraban en su figura. Desde el año 1996, que se dice pronto, el ciclista siempre que había participado en los Campeonatos de España, había acabado subido en el podium.
De ser el único referente a ser uno más en el panorama nacional, y como habitualmente se acostumbra a hacer leña del árbol caído, no han sido pocos los que han aprovechado para saldar cuentas pendientes con el ciclista de Busturia.
Desgraciadamente, pocos son los que se detienen a pensar que vengándose, se igualan a su enemigo; y perdonándolo, se muestra superior a él. Ha sido un ciclista que conscientemente se ha granjeado no poca animadversión dentro del beligerante panorama del ciclo-cross nacional. Altanero, altivo, soberbio, orgulloso, engreído, prepotente y egoísta no ha querido nunca detenerse en indentificarse mental y afectivamente con sus rivales nacionales, así como jamás ha interpretado la obligación del deportista de élite de devolver el cariño y las atenciones que los aficionados le han dedicado con sus ánimos.
Tenía todos los argumentos necesarios para ser la persona más estimada del ciclo-cross nacional, sin embargo, quien siembra vientos recoge tempestades, y en los momentos en los que más necesita el apoyo del público, éste ha mirado, y no sin motivo, para otro lado.
La temporada la ha despedido antes de lo que hubiese deseado, quedando fuera de la selección nacional, además, despachándose a gusto en los medios de comunicación contra aquellos a los que juzga como reponsables de su ausencia en Treviso. No le falta razón en su alegato aunque para ello se sirva incorrectamente de medias verdades, pero, sinceramente cuando se pide solidaridad para uno mismo, la perspectiva hace que el discurso pierda mucha fuerza.
Sin lugar a dudas, volverá la temporada que viene con intenciones de resarcirse. Un año, que tendrá una de las más interesantes incógnitas a despejar, en ver y conocer al nivel al que es capaz de rendir el ciclista de Busturia. Pero eso será dentro de muchos meses. Ahora es tiempo de limpiar a fondo las bicicletas y disfrutar del merecido descanso de una temporada recién concluida.
Fotografía: Igor Juez Elgezua
Etiquetas: Ciclo-cross en España, David Seco