La vida sigue igual

Esta prueba, venía precedida por los comentarios creados alrededor del desarrollo y posterior resultado de la prueba de Kalmthout (Bélgica). Allí Zdenek Stybar (Fidea Cyclocross Team) obtuvo una victoria incontestable y sin paliativos que sirvió para que Sven Nijs no saliese bien parado de los comentarios recogidos en la prensa especializada tras su actitud conformista durante prácticamente la totalidad de la carrera.
Sven Nijs es un ciclista que no elude ningún duelo tanto deportivo como dialéctico y por ambos motivos era esperada con interés la prueba de hoy. Nijs no disfruta de aquellos circuitos que desde su punto de vista no son duros ni complicados técnicamente ya que ofrecen mucha variedad táctica a la hora de afrontar la prueba. En los recorridos que gozan de una dureza significativa Sven Nijs se encuentra más a gusto, ya que sólo hay una táctica a seguir, y es la de ser simplemente el mejor.
En Tábor se iba a encontrar un circuito más exigente que el de Kalmthout pero también de nuevo al joven Stybar corriendo en casa, donde el público se iba a volcar con él.
En la salida ya aparecían en la parrilla de salida ciclistas más habituales en la primera fila a diferencia de lo sucedido en la anterior prueba de la Copa del Mundo, y también se observaba la novedosa a la vez que innecesaria indumentaria azul de la UCI creada para señalar al primero de la clasificación mundial, que en esta ocasión la estrenaba Zdenek Stybar.
Los primeros metros fueron explosivos, nerviosos y espectaculares donde los corredores del equipo Fidea Cyclocross Team fueron quienes mejor iniciaron los primeros compases de la contienda, al igual que los ciclistas locales, que acostumbran a ofrecer en esta prueba un rendimiento superior al habitual, tal y como sucedió la temporada pasada con la inesperada victoria de Radomir Simunek Jr.
Ya en el paso por la primera vuelta, Stybar y Wellens comandaban la prueba, junto con Lars Boom (Rabobank). La ventaja era mínima con respecto a Zdenek Mlynar (Max Cursor), que comenzaba a pagar las consecuencias de seguir el ritmo de los dos ciclistas del equipo Fidea y sobre ciclistas como Sven Nijs (Rabobank) o Klaas Vantornout (Fidea Cyclocross Team) que encabezaban el numeroso grupo perseguidor que acabaría por engullir a los ciclistas fugados. Quien perdería la totalidad de sus opciones tras una mala salida fue el italiano Enrico Franzoi (Lampre-Fondital) que transitaba en las últimas posiciones y finalmente sólo pudo clasificarse en una decepcionante decimoctava plaza.
Con el grupo compacto con alrededor de una quincena de unidades, Stybar tenía una sorpresa preparada, y es que en uno de los obstáculos artificiales de la prueba, concretamente en un tramo de pradera ascendente con dos tablones a modo de obstáculo, optó por afrontarlos sin apearse de la bicicleta. Este hábil a la vez que arriesgado recurso suponía, tal y como estaban colocados en el circuito, una sustancial ventaja a la hora de imprimir de nuevo velocidad a la bicicleta tras superar los obstáculos, lo que motivó que el ataque que realizó tras saltar los tablones tuviese el efecto sorpresa deseado, y sirviese al ciclista para tomar unos importantes metros de ventaja y poner tierra de por medio con el numeroso grupo.
En uno de los puntos novedosos del tradicional circuito de Tábor, la zona de arena, Stybar era atrapado por cuatro ciclistas, Nijs, Boom, Wellens y Vantornout, haciendo la selección definitiva que se iba a jugar la victoria. De nuevo las espadas en todo lo alto y el duelo entre los ciclistas de los equipos Rabobank y Fidea servido.
Por detrás, y de forma sorpresiva era Steve Chainel (Auber 93), quien trataba infructuosamente de dar caza a los fugados y a su rueda el no menos sorprendente y espigado ciclista local, Petr Dlask (Fidea Cycling Team) que volvía a transitar por posiciones destacas en pruebas importantes. Quien volvió a estar lejos de lo que se espera de él en una prueba de la Copa del Mundo fue Erwin Vervecken (Fidea Cyclocross Team) que se tuvo que conformar en meta con la undécima plaza, y al que en ningún momento se le apreció posibilidades de obtener un resultado mayor al que finalmente conquistó.
Mediada la prueba, la carrera estaba lanzada y tras los intentos de los ciclistas del equipo Fidea en el primer tercio de carrera, daba la sensación que se habían quedado sin argumentos. Las vueltas se consumían con un pedalear tenso a la vez que calmado, dejando constancia Sven Nijs de su pasado en el mundo del BMX, afrontando ahora también los obstáculos artificiales sin bajarse de la bicicleta como sorpresivamente había realizado anteriormente Stybar. No en vano, el ciclista belga es el corredor que de forma más habitual realiza dicho movimiento.
Así, ante la falta de iniciativa de los ciclistas del equipo Fidea, Sven Nijs comenzó paulatinamente a emplear su táctica que irremediablemente en la mayoría de las ocasiones le conduce a la victoria. Unos movimientos de acción, reacción y continuación muchas veces imperceptibles a los ojos de los espectadores pero que va minando las posibilidades de sus rivales al someterlos a un ritmo infernal.
Wellens fue el primero en sucumbir, no en vano, no se escuda al decir que en estos momentos no está a un nivel como para afrontar las pruebas de la Copa del Mundo con garantías reales de éxito, y está un peldaño por debajo de ciclistas como Sven Nijs.
Stybar no se amedrentó ante Nijs y lo seguía de cerca, pero el joven ciclista checo acabaría pagando su osadía, ya que en el último tercio de carrera pasó de ser el ciclista con el que Sven Nijs se iba a disputar la prueba, a ser incluso superado en la línea de meta por Wellens, para ocupar finalmente la quinta posición. Poco premio para el coraje y el valor del ciclista local, que fue correspondido con la más sonora ovación que el público dedicó a cualquiera de los protagonistas de la prueba.
Así, descolgando con sutiles envestidas a sus rivales uno tras otro, llegó en solitario a meta, consiguiendo no sólo la victoria en Tábor, sino también el liderato tanto en la Copa del Mundo como en el ranking UCI.
Por detrás, en tierra de nadie, Klaas Vantornout obtenía una segunda plaza sustentada en el conservadurismo que mostró a lo largo de la prueba a diferencia de sus compañeros de equipo, que intentando conseguir la victoria tuvieron que conformarse con una posición más retrasada que la alcanzada por Vantornout. La tercera posición fue a parar a las manos del holandés Lars Boom, compañero de equipo de Sven Nijs, y que cada día que pasa hace que nos tomemos más en serio, aquella amenaza de joven insolente que tras conquistar el maillot arco-iris en el pasado mundial de categoría Sub´23 dijo que iría a la conquista de esa misma prenda ya en categoría Elite, para de estar forma pasar a concentrarse en el ciclismo de ruta, donde indudablemente tiene un futuro esplendoroso a tenor de lo mostrado hasta la fecha en el asfalto.
Bart Wellens hizo su carrera y acabó en la cuarta posición superando finalmente a Stybar. Es cierto, que a día de hoy, adolece del ritmo que lo ha convertido en el rival más enconado de Nijs, pero su solidez ciclista, hará que en no mucho tiempo vuelva a subir a lo más alto del podium.
Completando las diez primeras plazas ciclistas tanto clásicos como sorprendentes a partes iguales. La sexta posición, que bien podía haber sido quinta, fue para el menudo galo Francis Mourey (Française des Jeux), que realmente no tuvo tanta presencia en carrera como había tenido en la anterior prueba, algo que también se puede decir del suizo Christian Heule (Stevens Racing Team) que en este caso obtuvo una octava posición.
De sorprendente se puede clasificar la séptima plaza de Petr Dlask (Fidea Cyclocross Team) que acostumbra a cosechar actuaciones más grises y que quizá vuelva a frecuentar una vez que la Copa del Mundo salga de la República Checa, cuando hace tan sólo unos años era el ciclista llamado a abanderar el ciclo-cross de su país en el concierto internacional. Prácticamente en el mismo término podríamos hablar de Radomir Simunek Jr. (Palmans-Cras) vencedor en la pasada edición de esta prueba y que en esta ocasión ocupó la décima posición.
A destacar dentro de esas diez primeras plazas, la novena posición de Steve Chainel (Auber 93) y especialmente su comportamiento durante toda la prueba, que no tuvo la recompensa que tu trabajo merecía, pero que supuso para el ciclista francés un gran resultado que puede hacer que el maillot tricolor de Mourey no esté tan sólo a la combatir a los clásicos dominadores de la especialidad en las próximas citas importantes.
En cuanto a los ciclistas españoles, citar la presencia de los dos ciclistas habituales de la Copa del Mundo, Isaac Suarez (Cantabria Infinita) y David Seco (Spiuk-Super Froiz) que tuvieron un resultado dispar. Por un lado, el ciclista de Busturia, que sigue instalado en posiciones retrasadas ocupando en esta ocasión la cuadragésimotercera plaza a poco más de seis minutos del vencedor. En el lado contrario, ya en posiciones más razonables y acordes a la valía de los nuestros, el cántabro Suárez, obtenía una meritoria vigésimoctava plaza, prácticamente a tres minutos de Sven Nijs.
La próxima cita con la Copa del Mundo será el próximo 11 de Noviembre en la localidad holandesa de Pijnacker lugar donde presumiblemente el barro tan característico de este deporte haga por fin acto de presencia.
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