La oportunidad de variar el rumbo
Recordando fugazmente la andadura de este equipo, señalar que el germen de este conjunto se encontraba situado en el seno del equipo ciclista amateur Azysa y la figura determinante en su génesis, y como tal, alma mater del proyecto recibía el nombre de José Mª Iguiñiz.
Con los integrantes del conjunto prácticamente confirmados, el ilusionante proyecto, como todos aquellos que están a punto de ver la luz, vio como desde el primero de los momentos se topaba con un problema que nunca abandonará a este conjunto: el dinero.
La escasez de recursos económicos y la falta de respaldo de una firma que soporte la estructura con un buen número de millones de las antiguas pesetas hace que el equipo no pueda hacer frente a los requisitos que para la categoría Continental establece la RFEC. Hecha la ley, hecha la trampa, y en Colombia con leyes menos rigurosas el equipo si puede ver la luz. Por contra, siendo un equipo colombiano se hace obligatoria la presencia de ciclistas del país sudamericano.
Búsqueda de ciclistas a última hora de nacionalidad colombiana, a los que se encuentra en el campo amateur nacional, donde pedalean no pocos ciclistas en busca de un hueco en el profesionalismo a este lado del Atlántico. Esto impide la presencia de todos los ciclistas que en un principio estaban llamados a formar este conjunto y se desestima a algunos de ellos. Cuantos menos ciclistas nacionales, menos ciclistas colombianos a incorporar, puesto que del país en cuya federación vea la luz el equipo, debe ser el mayor número de los ciclistas que configuren el conjunto.
La sorpresa llegó a última hora, con la inscripción dentro del equipo de Mikel Gaztañaga, que resultaría importantísima en el devenir de la temporada. Y así de esta forma, el equipo ciclista comienza a dar sus primeras pedaladas en territorio francés, calendario muy poblado de carreras en la primera parte del calendario y sin un gran número de equipos que integrar los pelotones de las diferentes competiciones ciclistas.
Sin recursos para ofrecer una imagen acorde a lo que se supone de un equipo profesional, hacen acto de aparición en Francia y ya desde el primer momento Mikel Gaztañaga comienza a disputar las victorias auspiciado en la punta de velocidad que siempre lo ha caracterizado.
Ese fichaje de última hora salva la temporada del equipo Atom a nivel de resultados, puesto que con sus victorias, posibilitó la aparición del equipo en los medios de comunicación de una forma progresivamente más notoria en torno a la figura y los resultados del ciclista de Itsasondo, además de cubrir las carencias de unos compañeros que en ningún momento salieron del anonimato dentro del pelotón ciclista.
Sin embargo los problemas económicos continuaban presentes en el equipo, algo lógico teniendo en cuenta que, cuando el conjunto está en marcha y pasan los meses, la manutención del conjunto y sus ciclistas genera un gasto obvio.
Se incorporó a la estructura Iñaki Juanikorena, otrora director deportivo del conjunto amateur Kaiku, equipo ciclista de referencia en la categoría durante los años que, en sus diferentes denominaciones relacionadas con la empresa láctea, estuvo en las carreteras. El guipuzcoano estaba deseoso de volver a la actividad ciclista al volante de un automóvil, pero no retornó a la vorágine ciclista por la mejor de las puertas, no acabando satisfecho de la experiencia, en la que además dejó por el camino parte del prestigio adquirido durante sus muchos años de ciclismo en apenas unos meses.
Pero quizá la figura más importante que hizo acto de aparición con la campaña ya iniciada fue la del empresario Mikel Azparren. Y no fue por el interés ciclista que pudiese despertar su incorporación, ya que incluso se vistió de corto en la Vuelta a Colombia, posibilitando cumplir su ilusión de llegar al profesionalismo. La vía económica fue su pasaporte para este anecdótico sueño, puesto que por el camino deportivo no estaba predestinado a ello. Su presencia en tan lejanas tierras fue un indicativo de que la situación del conjunto en aquellas fechas no atravesaba por su mejor momento. Pero si por algo cobró especial relevancia la figura de Azparren, nada tuvo que ver con el acto de procurarse por unos días un dorsal profesional, que fue un hecho meramente casual y desafortunadamente accidentado, sino lo realmente interesante de la aparición fue que posibilitó una inyección económica en el equipo. De esta forma se pudo cumplir contractualmente con los ciclistas más allegados a este peculiar empresario y también ciclista.
De este modo la firma Azpiru Inmobiliaria comenzó a escalar en notoriedad dentro del mundo ciclista continuando y aumentando su inversión en el año 2007 en los diferentes frentes de patrocinio en los que ha involucrado a la firma guipuzcoana, su gerente, Mikel Azparren.
En la segunda parte de la temporada el ambiente estaba enrarecido. Ya era más complicado encontrar carreras donde competir puesto que ya no abundaban en Francia. El ambiente de ilusión con el que se inició la experiencia profesional o el retorno a esta categoría, se fue tornando negativo. Sin embargo, en el resumen global de la temporada destacó la figura de Mikel Gaztañaga, que desde el primer momento en el que vio como los micrófonos se acercaban a su persona, hablaba de la imperiosa necesidad de salir del conjunto y encontrar acomodo en uno que ofreciese mayores garantías.
En España se desprecia al velocista y los ciclistas con punta de velocidad que destacaron en la categoría Continental, como fueron Javier Benítez y Mikel Gaztañaga, recibieron ofertas de equipos de mayor categoría en aquellos países donde si entendieron la rentabilidad de tener un ciclista con oportunidad de vencer en los últimos metros. Benítez firmó por el más potente y reforzado de los conjuntos portugueses y Mikel Gaztañaga fue elegido como el ciclista que defenderá la suerte del conjunto francés Agritubel en los últimos metros cuando las carreras se vean abocadas a resolverse al sprint.
Y es precisamente eso, la posibilidad de que un equipo como Atom sirva de trampolín para ciclistas, lo que hace que José Mª Iguiñiz y otra serie de personas que comulgan con sus pensamientos, estén a favor de la existencia de conjuntos precarios y desestructurados como el hispano-colombiano. El fin justifica los medios por bandera.
Y sinceramente, la socorrida frase debería desaparecer del vocabulario ciclista. La categoría profesional, debería ser fiel a la palabra que le da nombre: profesional. Nadie entiende que en su ocupación laboral se pisoteen sus derechos y el ciclismo no debe ser ajeno a esta circunstancia. Sería utópico pensar que esto no sucede en cualquiera de las diferentes profesiones que existen en el mundo especialmente con aquellos más vulnerables a la precariedad laboral, pero cuando a la vista de todos queda, deberían ponerse las pertinentes medidas para evitar situaciones que hacen un flaco favor al mundo ciclista.
La dignidad ciclista se pierde con la aparición de conjuntos de este calado y la existencia de corredores que aceptan las condiciones ofrecidas cegados por la posibilidad de competir en el profesionalismo y soñar con llegar a conseguir unas metas deportivas que no están llamados a alcanzar.
La intención de José Mª Iguiñiz es loable, pero sin la existencia de un mínimo respaldo económico, las buenas intenciones no recogen el fruto deseado, ya que como en éste y otros ejemplos que cada cierto tiempo se suceden, el mal sueño con el que un proyecto no comienza bien, se transforma paulatinamente en pesadilla.
Fallidos proyectos de financiación unido a la deserción de las firmas que sustentaban el equipo, abocaron al conjunto a su irremediable desaparición. El efecto Gaztañaga no ha sido aprovechado e incluso la pérdida de las firmas ha desembocado en una pequeña gran polémica, con las declaraciones de Iguiñiz, despotricando contra Oscar Guerrero, a quien acusa de ser la persona que ha desvinculado a la firma Azpiru Inmobiliaria de su propio equipo, y que ésta se embarque en la esponsorización del conjunto Fuerteventura-Canarias, que ahora dirige el director deportivo de Alsasua. Sobre el dinero del patrocinador hay que rendir cuentas al propio patrocinador.
Pero no sólo es eso, la polémica también ha salpicado las relaciones personales entre aquellos que en su día eran la cabeza visible del proyecto, José Mª Iguiñiz y Luis Vicente Otín, quedando éstas seriamente perjudicadas, hasta el punto de que se ha creado una enemistad, que posiblemente los vea abocados a dirimir las diferencias existentes entre ambos ante un juez.
Pero José Mª Iguiñiz no se rinde. Es un personaje singular como pocos dentro de la familia ciclista. No es una persona que deje indiferente a nadie, creado a si mismo y fiel a unos principios asentados en un microcosmos en la que su figura lo abarca todo. Acostumbrado a que la fortuna haya sido esquiva con su persona, ha levantado su castillo de naipes tantas veces como el destino lo ha demolido. Así de esta forma, tras el irremediable paréntesis del 2007, no va a cejar en el empeño de volver al profesionalismo con un equipo en el 2008. Deudor de ilusiones con ciclistas con los que no pudo cumplir en el 2007, tiene todo un parto por delante para dar a luz a un nuevo conjunto. Nueve meses para atar firmas comerciales, que respalden y den solidez a un proyecto, que pasa en primer lugar, inexcusablemente, por la vía de la solvencia económica.
En el mundo del ciclismo profesional, con ilusión se llega muy lejos, pero sin soporte económico detrás los finales como el de Atom son previsibles. Quien no conoce la historia está condena a repetirla, y de los meses precedentes en los que estuvo vigente el proyecto Atom, José Mª Iguiñiz debería tomar buena nota para actuar en consecuencia.
Las casas no se construyen por el tejado, y es ahora cuando, José Mª Iguiñiz tiene tiempo para planificar y concretar una escuadra acorde a la profesionalidad que a un equipo de la categoría donde quiere figurar con su conjunto se supone. Además, profesional, no es sólo necesario serlo, sino también parecerlo.
Quien antaño renegaba de internet es precisamente ahora el lugar que elige para continuar ligado al ciclismo. Con la web Oadys.com ha construido un pequeño megáfono en el que propagar sus peculiares consignas. Realmente, es curioso el marco diseñado, ya que el espacio ciclista pierde el lugar preferente que hasta hace poco poseía, en favor de un línea de dudoso gusto, en el que la prostitución y el negocio entorno a ella es ahora el principal argumento.
Al igual que en la temporada anterior la línea innovadora de sustento económico ideada no era la más idónea, y el destino que se auguraba, finalmente se cumplió para desgracia de los involucrados, ahora la nueva línea adquirida como objeto de financiación en estos momentos, no invita al optimismo.
Esperemos que reflexione al detenerse a analizar los numerosos errores cometidos y logre una financiación como mínimo acorde a las necesidades de un equipo profesional. Nueve meses por delante tiene. Una vez transcurrido este tiempo, veremos que resultado ha tenido todo el trabajo que en estos momentos tiene por desarrollar. Esperemos que sea capaz de sembrar con profesionalidad para recoger la cosecha que un deporte como el ciclismo merece.