El bueno, el feo y el malo

Los protagonistas eran tres cazadores de recompensas, en una búsqueda que ninguno de los tres truhanes podía localizar sin la ayuda de los otros dos. De esta forma, los tres hombres colaboraban en apariencia, pero estaba bien claro que al final iban a intentar eliminarse mutuamente.
En esta ocasión el botín era bien distinto y no tenía como escenario la árida Almería, sino una verde y marinera localidad vizcaína. Su pintoresco puerto, su acogedor casco viejo, sus pequeñas calas para el baño, su típica cocina surtida de pescados frescos y bien condimentados, sus excelentes condiciones climatológicas -inviernos suaves y veranos no muy calurosos- hacen de Bermeo, uno de los lugares turísticos más apacibles y de mayor atractivo de Vizcaya, en el que late, además, la vida de un pueblo vasco cargado de profundas y arraigadas tradiciones pesqueras.
Marco sin lugar a dudas excelente para desarrollar una prueba de ciclo-cross, con un guión distinto al escrito por Sergio Leone, pero que contaba con tres protagonistas que hacían propio el título del añorado cineasta italiano.
En la trama argumental, el papel de bueno fue interpretado por David Seco (Spiuk-Froiz). Era el corredor local, puesto que la localidad de Bermeo está situada en la comarca de Busturialdea y llegó con la intención de seguir fielmente el guión al que nos tiene acostumbrados.
Hizo una salida rápida consciente de la importancia de situarse en cabeza en los primeros compases de la prueba. Esto obliga a aquellos que no tienen facilidad para maniobrar entre un buen número de corredores y quienes no toleran con suficiencia los cambios de ritmo a un sobre esfuerzo que puede ser determinante.
Y así lo hizo. No había ni transcurrido la primera vuelta, y David Seco iba distanciado de sus perseguidores, con Erlantz Uriarte (Opel-Ibaigane) soldado a su rueda. Llamaba la atención como era Uriarte quien se aferraba a la rueda de Seco, mientras que Unai Yus (Aidazu-Lankide) era incapaz de seguir la estela del ciclista de Busturia.
Realmente las prestaciones de Erlantz Uriarte fueron un espejismo. No tardó en perder el contacto con la rueda de David Seco y empezar su particular martirio mental, que hace de él, un corredor que no confirma lo que apuntaba temporadas atrás.
Capaz de lo mejor e inevitablemente condenado a ofrecernos lo peor, por ese negativismo que inunda su ser, cuando no se ve donde piensa que debe estar. Perdió la estela de Seco, algo relativamente normal, pero se desencajó cuando observó que Gorka Izagirre (Seguros Bilbao) le superaba y se derrumbó cuando David Juárez (Opel-Ibaigane) le dio alcance.
Uriarte preparó la temporada con la finalidad de llegar fresco a las citas importantes de la temporada, especialmente para llegar con intenciones de hacer una carrera digna en el Mundial. Y sinceramente, lo que merece es ver esa misma prueba cómodamente desde su casa, ya que el ciclista no es consciente de la realidad en la que vive.
Tiene muchos argumentos para ser el relevo de los veteranos de la especialidad y dominar la especialidad del ciclo-cross en un futuro, pero el ciclista no lleva una línea adecuada. El mejor material disponible y los desvelos de un padre entregado en cuerpo y alma a su hijo, no sirven de nada si al deportista no le acompaña una cabeza sensata y una necesaria dosis de humildad. Seguiremos esperándole pacientemente otro año más. Finalmente se clasificó en sexta posición a poco más de cuatro minutos del vencedor.
Un vencedor que fue ni más ni menos que el ciclista que inició las hostilidades, el local David Seco (Spiuk-Froiz) para sorpresa e incredulidad de los espectadores allí presentes en numeroso número.
Cumplió con su papel e hizo su carrera en un circuito anodino y mal diseñado sobre un espectacular manto ajardinado. No ofrecía ni un buen ritmo ni transmitía buenas sensaciones, pero fue el ciclista que de entre los favoritos, cumplió con su cometido y aprovechó su oportunidad. No es el ciclista de antaño que intimida, pero sigue siendo el ciclista con más recursos de la especialidad. Su ventaja final en meta no alcanzó ni tan siquiera el medio minuto, distancia que fue prácticamente la misma durante la hora que duró la carrera.
Y esa ventaja se mantuvo para fortuna del ciclista vizcaíno por la actitud de los otros dos protagonistas. Con Unai Yus (Aidazu-Lankide) como el feo de la película, que intentó la caza de David Seco en los primeros compases de la prueba pero no pudo mantener ni tan siquiera su estela.
Tardó en aparecer el malo de la historia, el otro ciclista alavés, Javier Ruiz de Larrínaga (Spiuk-Bulletvan) y cuando llegó a la altura de Unai Yus, éste trasladó toda la responsabilidad de la persecución en el ciclista de Amézaga de Zuya.
Y uno por otro se quedó la casa sin barrer. El ciclismo es un deporte muy ingrato, donde sólo gana uno y todos los demás pierden. Los dos ciclistas alaveses no jugaron a ganar y se olvidaron por completo del objetivo con el que llegaron a Bermeo. Se olvidaron que por delante de ellos iba un corredor y llegaron a ofrecer, en ocasiones, situaciones bochornosas al ir prácticamente parados.
Feo el comportamiento de Unai Yus en la prueba. Supuestamente está cansado de ver como Javier Ruiz de Larrínaga le gana la partida siempre y en ningún momento ofreció intenciones de buscar un triunfo por méritos propios. Zorrería en estado puro. Y malo el proceder de Javier Ruiz de Larrínaga, que siendo el gran favorito para alcanzar la victoria, cayó en el juego de Unai Yus, perdiendo todas sus opciones.
Cuando Javier Ruiz de Larrínaga (Spiuk-Bulletvan) elevaba el ritmo Unai Yus (Aidazu-Lankide) agachaba la cabeza y se acoplaba a su rueda. Es un gran fajador en este tipo de duelos y Javier Ruiz de Larrínaga no tuvo la paciencia suficiente dado que tras forzar y no ver como Unai Yus quedaba rezagado, se contrariaba una y mil veces.
La diferencia con David Seco era de aproximadamente medio minuto, y en el momento en el que se daba un acelerón, inmediatamente la diferencia se reducía, incluso llegó a ser de poco más de diez segundos, en el momento en el que David Seco tuvo que cambiar la bicicleta al pinchar uno de sus tubulares.
Pero todo lo que se ganaba cuando la pareja alavesa elevaba el ritmo, se perdía en el momento en el que se paraban. Quien estaba atónito ante tal circunstancia, además de los espectadores, era Gorka Izagirre (Seguros Bilbao) que veía como en varias ocasiones pasaba al dúo alavés al quedarse ambos prácticamente parados, para ver instantes más tarde los dos lo volvían a superar al tener un ritmo serio y propio de carrera.
Excelente el corredor guipuzcoano del equipo Seguros Bilbao. La lástima es que su prioridad sea la temporada de carretera y su estado de forma, aunque crece semana a semana, no es el suficiente como para plantear batalla, dado que si fuese de otra forma, José Ramón Izagirre tendría un dignísimo heredero a pesar de su juventud.
En meta ocupó la cuarta plaza a poco menos de minuto y medio de David Seco, y precedió a otro joven, que se está convirtiendo en la grata sorpresa de la temporada, y es que en su debút en la categoría, está ofreciendo una interesante imagen. David Juárez (Opel-Ibaigane) ha sido un corredor que en las categorías por las que ha pasado, siempre ha sido un ciclista de un excelente nivel, pero no a la altura de los que dominaban y conquistaban los triunfos. Su constante progresión, no se ha detenido con el brutal cambio de categoría, sino que se ha afianzando de forma notable.
Y es precisamente en ciclistas que se entregan al ciclo-cross con entusiasmo y buenos resultados por los que hay que apostar. A nadie le debería sorprender un buen resultado de Juárez en Villarcayo, ni que el ciclista vizcaíno forme parte de una hipotética selección de cara a la participación en Treviso. Es el tipo de gente que a base de trabajo, sacrificio y humildad, logra progresar anualmente, y es precisamente en esos ciclistas, sobre los que hay que volcarse.
Mientras tanto David Seco seguía a lo suyo, y los dos otros alaveses protagonizaban una deplorable batalla. Llama la atención, que dos personas, supuestamente unidas por una amistad, no hagan un frente común, y se dediquen a regalar una victoria que bien podía haber caído del lado de cualquier de los dos.
El circuito no favorecía a Javier Ruiz de Larrínaga, dado que era totalmente plano, y no ofrecía la posibilidad por la falta de exigencia del trazado, de que el ciclista pudiese demostrar su fortaleza física ante el resto de sus rivales. Llegaba con la vitola de favorito y tenía que haber actuado como tal, haciendo su propia carrera, ya que a buen seguro hubiese prolongado su imbatibilidad del mes de Diciembre. Malo de solemnidad fue el comportamiento del ciclista. Impropio de su talante como corredor, y total para acabar llevándose el metal menos valioso.
Hubo momentos en los que parecía que se iba a distanciar de Unai Yus, pero se daba de bruces con la zona más comprometida del circuito, donde perdía buena parte de la renta cosechada. Ventaja lograda gracias a errores no forzados cometidos por Unai Yus, ya que el presidiario ciclista, optaba por cambiar de bicicleta en la zona menos adecuada de las dos existentes para cambiar de montura.
Unai Yus fue el que in extremis y sobre la misma línea de meta, alcanzó la segunda plaza. El primero de los clasificados de esa otra carrera que parecían protagonizar los dos alaveses, pero que obliga al ciclista a ver como un año más sigue sin conquistar el trono vasco, a pesar de que en sus vitrinas reluce con brillantez, el entorchado nacional obtenido hace un par de temporadas en Busturia. Detalles durante la carrera, que incluso llevaron al público a alzar su voz para definirlo como "ruedero" así como gestos finalizada ésta, lo llevan apropiadamente a calificarlo de forma inmisericorde como el feo de la película.
En definitiva, una película que exigía la devolución del importe dejado en taquilla e incluso merecía haber abandonado la butaca en mitad de la proyección. Absolutamente a todos dejó un mal sabor de boca. En primer lugar en los espectadores, por no tener la oportunidad de ver una prueba competida, en segundo lugar a los dos ciclistas alaveses, por ser los grandes derrotados del día e incluso también al mismísimo David Seco por no ser la forma en la que le hubiese gustado haber ganado.
Espero olvidar pronto la carrera.
Fotografía: www.davidseco.com
Etiquetas: Ciclo-cross en España, David Juárez, David Seco, Erlantz Uriarte, Gorka Izagirre, Javier Ruiz de Larrínaga, Unai Yus