15 de febrero de 2007

La oportunidad de variar el rumbo

El refranero español acostumbra a ser sabio, y cuando dice que lo que mal empieza mal acaba, acierta de pleno si echamos la vista atrás y recordamos la corta vida del equipo ciclista Atom.

Recordando fugazmente la andadura de este equipo, señalar que el germen de este conjunto se encontraba situado en el seno del equipo ciclista amateur Azysa y la figura determinante en su génesis, y como tal, alma mater del proyecto recibía el nombre de José Mª Iguiñiz.

Con los integrantes del conjunto prácticamente confirmados, el ilusionante proyecto, como todos aquellos que están a punto de ver la luz, vio como desde el primero de los momentos se topaba con un problema que nunca abandonará a este conjunto: el dinero.

La escasez de recursos económicos y la falta de respaldo de una firma que soporte la estructura con un buen número de millones de las antiguas pesetas hace que el equipo no pueda hacer frente a los requisitos que para la categoría Continental establece la RFEC. Hecha la ley, hecha la trampa, y en Colombia con leyes menos rigurosas el equipo si puede ver la luz. Por contra, siendo un equipo colombiano se hace obligatoria la presencia de ciclistas del país sudamericano.

Búsqueda de ciclistas a última hora de nacionalidad colombiana, a los que se encuentra en el campo amateur nacional, donde pedalean no pocos ciclistas en busca de un hueco en el profesionalismo a este lado del Atlántico. Esto impide la presencia de todos los ciclistas que en un principio estaban llamados a formar este conjunto y se desestima a algunos de ellos. Cuantos menos ciclistas nacionales, menos ciclistas colombianos a incorporar, puesto que del país en cuya federación vea la luz el equipo, debe ser el mayor número de los ciclistas que configuren el conjunto.

La sorpresa llegó a última hora, con la inscripción dentro del equipo de Mikel Gaztañaga, que resultaría importantísima en el devenir de la temporada. Y así de esta forma, el equipo ciclista comienza a dar sus primeras pedaladas en territorio francés, calendario muy poblado de carreras en la primera parte del calendario y sin un gran número de equipos que integrar los pelotones de las diferentes competiciones ciclistas.

Sin recursos para ofrecer una imagen acorde a lo que se supone de un equipo profesional, hacen acto de aparición en Francia y ya desde el primer momento Mikel Gaztañaga comienza a disputar las victorias auspiciado en la punta de velocidad que siempre lo ha caracterizado.

Ese fichaje de última hora salva la temporada del equipo Atom a nivel de resultados, puesto que con sus victorias, posibilitó la aparición del equipo en los medios de comunicación de una forma progresivamente más notoria en torno a la figura y los resultados del ciclista de Itsasondo, además de cubrir las carencias de unos compañeros que en ningún momento salieron del anonimato dentro del pelotón ciclista.

Sin embargo los problemas económicos continuaban presentes en el equipo, algo lógico teniendo en cuenta que, cuando el conjunto está en marcha y pasan los meses, la manutención del conjunto y sus ciclistas genera un gasto obvio.

Se incorporó a la estructura Iñaki Juanikorena, otrora director deportivo del conjunto amateur Kaiku, equipo ciclista de referencia en la categoría durante los años que, en sus diferentes denominaciones relacionadas con la empresa láctea, estuvo en las carreteras. El guipuzcoano estaba deseoso de volver a la actividad ciclista al volante de un automóvil, pero no retornó a la vorágine ciclista por la mejor de las puertas, no acabando satisfecho de la experiencia, en la que además dejó por el camino parte del prestigio adquirido durante sus muchos años de ciclismo en apenas unos meses.

Pero quizá la figura más importante que hizo acto de aparición con la campaña ya iniciada fue la del empresario Mikel Azparren. Y no fue por el interés ciclista que pudiese despertar su incorporación, ya que incluso se vistió de corto en la Vuelta a Colombia, posibilitando cumplir su ilusión de llegar al profesionalismo. La vía económica fue su pasaporte para este anecdótico sueño, puesto que por el camino deportivo no estaba predestinado a ello. Su presencia en tan lejanas tierras fue un indicativo de que la situación del conjunto en aquellas fechas no atravesaba por su mejor momento. Pero si por algo cobró especial relevancia la figura de Azparren, nada tuvo que ver con el acto de procurarse por unos días un dorsal profesional, que fue un hecho meramente casual y desafortunadamente accidentado, sino lo realmente interesante de la aparición fue que posibilitó una inyección económica en el equipo. De esta forma se pudo cumplir contractualmente con los ciclistas más allegados a este peculiar empresario y también ciclista.

De este modo la firma Azpiru Inmobiliaria comenzó a escalar en notoriedad dentro del mundo ciclista continuando y aumentando su inversión en el año 2007 en los diferentes frentes de patrocinio en los que ha involucrado a la firma guipuzcoana, su gerente, Mikel Azparren.

En la segunda parte de la temporada el ambiente estaba enrarecido. Ya era más complicado encontrar carreras donde competir puesto que ya no abundaban en Francia. El ambiente de ilusión con el que se inició la experiencia profesional o el retorno a esta categoría, se fue tornando negativo. Sin embargo, en el resumen global de la temporada destacó la figura de Mikel Gaztañaga, que desde el primer momento en el que vio como los micrófonos se acercaban a su persona, hablaba de la imperiosa necesidad de salir del conjunto y encontrar acomodo en uno que ofreciese mayores garantías.

En España se desprecia al velocista y los ciclistas con punta de velocidad que destacaron en la categoría Continental, como fueron Javier Benítez y Mikel Gaztañaga, recibieron ofertas de equipos de mayor categoría en aquellos países donde si entendieron la rentabilidad de tener un ciclista con oportunidad de vencer en los últimos metros. Benítez firmó por el más potente y reforzado de los conjuntos portugueses y Mikel Gaztañaga fue elegido como el ciclista que defenderá la suerte del conjunto francés Agritubel en los últimos metros cuando las carreras se vean abocadas a resolverse al sprint.

Y es precisamente eso, la posibilidad de que un equipo como Atom sirva de trampolín para ciclistas, lo que hace que José Mª Iguiñiz y otra serie de personas que comulgan con sus pensamientos, estén a favor de la existencia de conjuntos precarios y desestructurados como el hispano-colombiano. El fin justifica los medios por bandera.

Y sinceramente, la socorrida frase debería desaparecer del vocabulario ciclista. La categoría profesional, debería ser fiel a la palabra que le da nombre: profesional. Nadie entiende que en su ocupación laboral se pisoteen sus derechos y el ciclismo no debe ser ajeno a esta circunstancia. Sería utópico pensar que esto no sucede en cualquiera de las diferentes profesiones que existen en el mundo especialmente con aquellos más vulnerables a la precariedad laboral, pero cuando a la vista de todos queda, deberían ponerse las pertinentes medidas para evitar situaciones que hacen un flaco favor al mundo ciclista.

La dignidad ciclista se pierde con la aparición de conjuntos de este calado y la existencia de corredores que aceptan las condiciones ofrecidas cegados por la posibilidad de competir en el profesionalismo y soñar con llegar a conseguir unas metas deportivas que no están llamados a alcanzar.

La intención de José Mª Iguiñiz es loable, pero sin la existencia de un mínimo respaldo económico, las buenas intenciones no recogen el fruto deseado, ya que como en éste y otros ejemplos que cada cierto tiempo se suceden, el mal sueño con el que un proyecto no comienza bien, se transforma paulatinamente en pesadilla.

Fallidos proyectos de financiación unido a la deserción de las firmas que sustentaban el equipo, abocaron al conjunto a su irremediable desaparición. El efecto Gaztañaga no ha sido aprovechado e incluso la pérdida de las firmas ha desembocado en una pequeña gran polémica, con las declaraciones de Iguiñiz, despotricando contra Oscar Guerrero, a quien acusa de ser la persona que ha desvinculado a la firma Azpiru Inmobiliaria de su propio equipo, y que ésta se embarque en la esponsorización del conjunto Fuerteventura-Canarias, que ahora dirige el director deportivo de Alsasua. Sobre el dinero del patrocinador hay que rendir cuentas al propio patrocinador.

Pero no sólo es eso, la polémica también ha salpicado las relaciones personales entre aquellos que en su día eran la cabeza visible del proyecto, José Mª Iguiñiz y Luis Vicente Otín, quedando éstas seriamente perjudicadas, hasta el punto de que se ha creado una enemistad, que posiblemente los vea abocados a dirimir las diferencias existentes entre ambos ante un juez.

Pero José Mª Iguiñiz no se rinde. Es un personaje singular como pocos dentro de la familia ciclista. No es una persona que deje indiferente a nadie, creado a si mismo y fiel a unos principios asentados en un microcosmos en la que su figura lo abarca todo. Acostumbrado a que la fortuna haya sido esquiva con su persona, ha levantado su castillo de naipes tantas veces como el destino lo ha demolido. Así de esta forma, tras el irremediable paréntesis del 2007, no va a cejar en el empeño de volver al profesionalismo con un equipo en el 2008. Deudor de ilusiones con ciclistas con los que no pudo cumplir en el 2007, tiene todo un parto por delante para dar a luz a un nuevo conjunto. Nueve meses para atar firmas comerciales, que respalden y den solidez a un proyecto, que pasa en primer lugar, inexcusablemente, por la vía de la solvencia económica.

En el mundo del ciclismo profesional, con ilusión se llega muy lejos, pero sin soporte económico detrás los finales como el de Atom son previsibles. Quien no conoce la historia está condena a repetirla, y de los meses precedentes en los que estuvo vigente el proyecto Atom, José Mª Iguiñiz debería tomar buena nota para actuar en consecuencia.

Las casas no se construyen por el tejado, y es ahora cuando, José Mª Iguiñiz tiene tiempo para planificar y concretar una escuadra acorde a la profesionalidad que a un equipo de la categoría donde quiere figurar con su conjunto se supone. Además, profesional, no es sólo necesario serlo, sino también parecerlo.

Quien antaño renegaba de internet es precisamente ahora el lugar que elige para continuar ligado al ciclismo. Con la web Oadys.com ha construido un pequeño megáfono en el que propagar sus peculiares consignas. Realmente, es curioso el marco diseñado, ya que el espacio ciclista pierde el lugar preferente que hasta hace poco poseía, en favor de un línea de dudoso gusto, en el que la prostitución y el negocio entorno a ella es ahora el principal argumento.

Al igual que en la temporada anterior la línea innovadora de sustento económico ideada no era la más idónea, y el destino que se auguraba, finalmente se cumplió para desgracia de los involucrados, ahora la nueva línea adquirida como objeto de financiación en estos momentos, no invita al optimismo.

Esperemos que reflexione al detenerse a analizar los numerosos errores cometidos y logre una financiación como mínimo acorde a las necesidades de un equipo profesional. Nueve meses por delante tiene. Una vez transcurrido este tiempo, veremos que resultado ha tenido todo el trabajo que en estos momentos tiene por desarrollar. Esperemos que sea capaz de sembrar con profesionalidad para recoger la cosecha que un deporte como el ciclismo merece.

13 de febrero de 2007

Un príncipe con siete reinos

En la costa noroeste del continente europeo, enclavado en el Mar de Irlanda y formando parte de las Islas Británicas existe un pequeño archipiélago en el que vino al mundo Mark Cavendish un 21 de Mayo de 1985.

Ellan Vannin es el nombre de este archipiélago, pero como el idioma manés es prácticamente desconocido y está más extendida su acepción inglesa, conocemos a este lugar geográfico como Isla de Man.

Quizá pocos sean los que conozcan y ubiquen esta isla, pero anualmente tenemos imágenes de ella con su singular, espectacular y legendaria "Tourist Trophy", prueba motociclista que cumplirá este año su centenario y que recorre toda la isla por su única carretera.

Es una pequeña isla de aproximadamente 572 kilómetros cuadrados, fundamentalmente llanos, salpicada con pequeñas colinas, y que sólo cuenta con una montaña, el monte Snaefell de 621 metros de altitud situada en el centro de la isla.

Cuenta un antiguo dicho popular que desde la cima del monte Snaefell se divisan siete reinos, los reinos de Man, Escocia, Inglaterra, Irlanda, Gales, el Cielo y el Mar. Y es allí donde Mark Cavendish empezó a dar sus primeras pedaladas. Por eso no debe extrañar a nadie que como muchos ciclistas que tiene acotado su pedalear por la barrera geográfica del mar su destino ciclista iba encaminado directamente hacia el velódromo.

Así en un lugar como Gran Bretaña, donde se cuida el ciclismo en pista como en pocos sitios del mundo, con su talento, pronto empezó a hacerse un hueco dentro del combinado nacional consiguiente victorias y puestos de mérito. En un ciclista tan joven todos los resultados quedan cerca en el tiempo pero el no ser convocado con la selección nacional británica para los campeonatos del mundo cuando destacaba en la categoría juvenil lo marcó y fue poco después cuando tuvo oportunidad de resarcirse.

Dos años más tarde, en el año 2005 y dentro de los Campeonatos del Mundo de Ciclismo en Pista celebrados en Los Angeles (EE.UU.) el nombre de Mark Cavendish quedó grabado en la mente de todos. En su primera participación en un Mundial, el joven ciclista se hizo con la cuarta plaza en la prueba de Scracht aunque la gran gesta llegó cuando en la prueba de Madison junto con el veterano Robert Hayles, doce años mayor que él, obtuvo la medalla de oro, batiendo a parejas tan contrastadas como Slippens y Stam (Holanda) o Gilmore y Keisse (Bélgica) que fueron quienes completaron el podium.

El 2006 no le sonrió de la misma forma y tan sólo pudo ser cuarto en la prueba de Madison en los Campeonatos del Mundo de Burdeos (Francia) nuevamente junto a Robert Hayles alzándose con el triunfo el mallorquín Joan Llaneras y el malogrado Isaac Gálvez. Sin embargo si alcanzó una emotiva e importante victoria en los Juegos de la Commonwealth celebrados en Australia, puesto que se alzó con el oro en la prueba de Scracht. El tono emotivo vino en la dedicatoria a un compañero de entrenamiento de tan sólo 13 años de edad, James Barry, que fue víctima del infortunio mientras entrenaba junto a Cavendish y otros jóvenes talentos británicos. La importancia de la victoria reside en que la Isla de Man lograba una medalla de oro en estos juegos 20 años después de la última conquistada.

Pero esta destreza en el anillo se une a su talento para el ciclismo en carretera como ha dejado constancia en sus participaciones en los mundiales de ruta. Así en el año 2005 en los Campeonatos del Mundo de Madrid (España) ocupó la 14ª plaza y un año más tarde en los Campeonatos del Mundo de Salzburgo (Austria) se clasificó en la 11ª posición, todo ello dentro de la categoría Sub´23. Formaba parte del equipo alemán Team Sparkasse conocido por albergar en su conjunto al experto pistard Andreas Beikirch o al singular Stefan Parinussa, hasta que el todopoderoso equipo T-Mobile posó su atención en él y lo incorporó a sus filas mediada la campaña pasada, y en la que desde el primero de los momentos mostró su condición de velocista adquirida en los velódromos.

Este año ya se ha dejado ver en la Estrella de Bessèges y si tienen posibilidad de observarlo en la Vuelta a Andalucía en próximas fechas, que no les sorprenda su desenvoltura en los instantes finales de las llegadas masivas, puesto que puede ser el ciclista que rompa la tendencia británica de no exportar las figuras de los velódromos a las carreteras del mundo con éxito.

Ahora todos somos Bea

A la hora de la siesta, la televisión que dice ser amiga, cadena capaz como ninguna otra de retroalimentar la totalidad de su parrilla televisiva con una serie de contados productos que tiene en exclusiva, ha elegido una telenovela que lleva por título: Yo soy Bea.

El éxito de esta telenovela es una de las cosas más fascinantes que han sucedido en los últimos tiempos dentro de esa caja de imágenes que gobierna cualquiera de nuestras casas. Una de esas personas que ostenta un cargo con responsabilidad en el medio me confiaba no hace mucho su estupor por el éxito de Yo soy Bea.

He aquí un culebrón español no mejor que otros, adaptación de un relato extranjero que ya se ha visto antes dos veces y que, para colmo, ya sabemos como termina, convertido, sin embargo, en el éxito del año. Todo esto viola cualquiera de las leyes habituales de la competencia televisiva, pero la seria ha triunfado por una sola razón: a su público le gusta mucho.

La pequeña pantalla es la barraca de feria donde el pueblo acude a ver las maravillas del mundo. Convendrán conmigo y más en este marco, que una de estas maravillas es el deporte del pedal. Y mire usted por dónde, con el inicio del año se empieza a comprobar la verdad de aquel rumor que anunciaba la paulatina desaparición del ciclismo de esa ventana que acerca lo que acontece hasta la casa del telespectador.

Malos augurios sobre la presencia del ciclismo en televisión que se convierten en realidad. Y es que la televisión destruye sistemáticamente la diferencia entre lo normal y lo anormal, porque en sus parámetros lo normal carece en sí de interés suficiente y siempre habrá entonces que enfrentarlo a una alternativa. Su criterio no es la difusión de valores y principios, sino el provocar el mayor impacto.

Curioso este mundo de la televisión. No tiene interés ver como el bejarano Roberto Heras gana la Vuelta a España, pero si lo tiene que ha tomado sustancias prohibidas para alcanzar esa misma victoria. Y es que, desafortunadamente no es noticia ver como un perro muerde a un hombre, lo interesante y noticiable es ver como el hombre muerde al perro.

Así que atengámonos a ver mucho menos ciclismo en la televisión de lo que estábamos acostumbrados. Una vuelta a los orígenes, en el que leer las gestas, y recorrerse multitud de kilómetros para contemplar durante unos instantes a unos ciclistas, que pasan como una exhalación delante de los ojos del espectador, cosa que por otro lado no vendrá mal a este deporte, tan despoblado de espectadores en las diferentes carreteras.

Es curioso, estamos ante un deporte al que no se le presta más atención que a otros, en el que se han vivido episodios, por dos veces, que han hecho tambalear sus cimientos, que se ha labrado un descrédito tan justificado como desmedido, que en similares circunstancias ha significado llevar al oscurantismo y al rechazo social a otros deportes, léase el Boxeo, pero que sin embargo acabará triunfando por una sencilla razón: es apasionante.

Hasta que eso ocurra, pueden visionar documentales como dicen las encuestas que hacen los televidentes, o pueden ver Yo soy Bea, lo más visto por la mayoría de los espectadores que sintonizan la televisión a la misma hora en la acostumbraban a aparecer los ciclistas.

9 de febrero de 2007

La aparición estelar de la temporada

Antiguamente, uno, que se ha criado en un pequeño pueblo, oía cuando la climatología no respondía a la lógica, aquello de que el tiempo andaba revuelto. Hoy, y ya dentro del marco de una gran urbe, cualquier sorpresa en el tiempo atmosférico que uno debe soportar, es atribuída al recurrente cambio climático.

En lo que llevamos de invierno no hemos disfrutado o padecido la habitual nieve, y la ausencia de ese manto blanco ha propiciado la estelar aparición de José Antonio Hermida Ramos en el mundo del ciclo-cross. Habitual practicante del esquí de fondo, no en vano, guarda un papel importante dentro de su preparación invernal, la escasez de nieve, ha posibilitado que tras unos últimos años en los que le rondaba la idea por la cabeza, se haya decidido por acercarse al ciclo-cross.

Los años de crisis en el ciclismo de carretera suelen ser positivos para el ciclo-cross. Sin ir más lejos, esta temporada hemos asistido a la participación de un número mayor de profesionales de ruta de lo que es costumbre. De una forma diferente, la vinculación entre el ciclo-cross y mountain bike, es cada día más patente, y buena prueba de ello, es que en los Campeonatos de España de Alcobendas, buena parte de los puestos de privilegio fueron copados por ciclistas que en verano compiten en Mountain Bike.

Pero la irrupción de José Antonio Hermida, es algo más que la constatación de esa realidad. La aparición de una estrella del calibre del ciclista de Puigcerdá, ha posibilitado que el ciclo-cross haya ocupado más espacio del habitual en la prensa deportiva y especialmente en la ciclista, además de suscitar un mayor interés del aficionado por el ciclo-cross.

También su aparición esconde una realidad que ha quedado palpablemente al descubierto, ya que no es oro todo lo que reluce en este creciente ciclo-cross nacional, puesto que con un par de participaciones en la especialidad, y simplemente continuando con la preparación encaminada a su temporada sobre la BTT es capaz de coronarse como Campeón de España y luego mostrarse a un excelente nivel en todo un Campeonato del Mundo. Esta circunstancia dice mucho en detrimento de una especialidad que adolece por muchos y muy variados motivos de un nivel contrastado en nuestro territorio.

Este ciclista es especial por la áurea que desprende. Profesional como pocos y con una mente privilegiada aúna estas cualidades a su talento ciclista natural formando un conjunto de cualidades que lo hacen alcanzar un status reservado a muy pocos. Su don de gentes y su saber estar, lo convierten en una figura codiciada para muchas de las firmas de la industria ciclista que desean asociar sus productos a la imagen del catalán.

Sus tiempos de coqueteo con la ruta quedaron atrás, cuando Manolo Sáiz insistía en incorporarlo a la disciplina del conjunto amarillo de la Once o incluso cuando se rumoreó la posibilidad de formar parte del conjunto alemán Coast, y centrado en el Mountain Bike, es precisamente su única mira en esta disciplina, especialmente tratándose de un año preolímpico, lo que puede impedir su futura presencia en el ciclo-cross.

En los JJ.OO. de Atenas 2004 el ciclista ya obtuvo la medalla de plata y llegará a los JJ.OO. de Pekín 2008 en el mejor momento de su carrera deportiva. Así de este modo, dependiendo de cómo responda en la temporada 2007 a sus objetivos, el ciclo-cross estará presente en su próxima temporada invernal.

El ciclo-cross es un deporte muy intenso que coincide en el tiempo cuando en otras disciplinas los ciclistas dedican el entrenamiento al volumen en detrimento de la intensidad. Es decir, que esa pequeña variación en el entrenamiento, puesto que no se ha entregado al ciclo-cross en cuerpo y alma, puede ser donde enfoque la causa de sus males en caso de no tener una temporada satisfactoria. Su futuro en el ciclo-cross estará supeditado a su rendimiento en la temporada de mountain bike.

Pero el ciclo-cross engancha tanto al que lo observa como al que lo practica y José Antonio Hermida no ha sido ajeno a esta agradable circunstancia. Y eso que al ciclista no se lo han puesto nada fácil. No ha sido plato de buen gusto para algunos, el digerir como un ciclista, sin plantearse seriamente el ciclo-cross, puede arrebatar a cualquiera de los que única y exclusivamente se dedican al ciclo-cross el protagonismo y lo que es más importante el triunfo.

Y luego está, el esperpento federativo del que disfruta este país, ya que tras lo sucedido en Rotorua (Nueva Zelanda) relacionado con la Operación Puerto, José Antonio Hermida cursó una denuncia por daños y perjuicios contra el secretario general de la RFEC, Eugenio Bermúdez González, y subsidiariamente contra la propia federación.

Esta circunstancia deja cuentas pendientes y a un ciclista enfilado para la federación y especialmente para el secretario general, que acaparando funciones que no son de su competencia, hace y deshace a su antojo. Hermida se quedó fuera del mundial igual que otra serie de ciclistas en una ridícula lista ofrecida en un primer momento. Fue un clamor la evidente injusticia, y las presiones desde diferentes ámbitos fueron tan abrumadoras, que la RFEC se vio obligada a rectificar.

Pero ya centrados en la competición, José Antonio Hermida vivió un día especial en Hooglede-Gits, empapándose de una experiencia que lo ha dejado impresionado, y mostrando con su 17ª plaza final, que aunque a día de hoy, no puede hacer sombra a ciclistas como Vervecken, Wellens o Nijs, si está a un magnífico nivel, y a diferencia de los especialistas nacionales que chocan una y otra vez contra el muro del ciclo-cross internacional, en su primera prueba en Europa dio muestras de ser un valor sólido si enfocase y preparase convenientemente la especialidad ciclista invernal por excelencia.

Pero una carrera como la de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, donde partirá con opciones a todo, bien vale aparcar en el rincón del olvido el ciclo-cross, al menos hasta que no pase tan importante cita. En definitiva, tras el verano, despejaremos la incognita de si volveremos a ver a José Antonio Hermida en el ciclo-cross. Lo que no cabe duda alguna es que si lo vemos rayará a un gran nivel como corresponde a un ciclista del talento del catalán.

6 de febrero de 2007

Radomir Simunek: El ciclista único

En la tercera de las pruebas de la Copa del Mundo disputada en Tábor (República Checa) sonó con fuerza el apellido Simunek. Fue toda una sorpresa ver a Radomir Simunek Jr. alzarse con la victoria en una prueba de la Copa del Mundo. Correr en su país sirvió de acicate, y contribuyó a hacer inexpugnable el feudo checo.

La temporada 2006/2007 no ha sido nada buena para la legión de ciclistas checos de los que se esperaba mucho más a lo largo de la intensa campaña de ciclo-cross. Buenos ciclistas en categorías inferiores que no acaban de explotar en la categoría reina.

En la República Checa se vive con un inusitado interés la especialidad, incluso se da la paradoja de que el Ciclo-Cross tiene más seguidores que el Ciclismo en Ruta. Tras el fútbol y el hockey sobre hielo, el ciclo-cross es uno de los deportes favoritos para los checos, y buena prueba de ello, es la representatividad que logran sus ciclistas a nivel mundial en esta especialidad.

La República Checa es una potencia en el ciclo-cross. Siempre con ciclistas triunfantes en categorías inferiores, pero que no llegan a refrendar su calidad cuando alcanzan la categoría estrella. Una potencia que no acaba de explotar y en la que las promesas llamadas a llevar la batuta del ciclo-cross a escala mundial, ven como con el paso de los años son los belgas fundamentalmente quienes llevan el mando en el panorama internacional.

Sin embargo, hubo un ciclista que también responde al apellido Simunek, y fue diferente. Un ciclista único, que refrendó paso a paso su calidad ciclista. Padre del vencedor en Tábor este año, del mismo nombre, vino al mundo un 8 de Abril de 1962 en Pilzen (Checoslovaquia) y ha sido hasta la fecha el único ciclista que ha conquistados todos los maillots de Campeón del Mundo por diferentes categorías por las que ha pasado.

De Radomir Simunek guarda buen recuerdo el guipuzcoano Jokin Mújika, no en vano, el por entonces checoslovaco, privó al vasco de ser campeón del mundo de ciclo-cross de categoría juvenil, en la prueba celebrada en 1980 en la localidad suiza de Wetzikon.

Su clase y depurada técnica continuó creciendo con el suceder de los años, y prontamente volvió a conquistar el maillot arco-iris de la categoría, en este caso amateur, en los años 1983 y 1984. Las ciudades de Birmingham (Gran Bretaña) y Oss (Holanda) vieron coronarse al joven ciclista checoslovaco.

Toda una carrera firme y meteórica para un joven ciclista que se disponía a acceder al campo profesional, circunstancia que no fue posible, por el régimen político comunista que imperaba en Checoslovaquia. Como ocurrió con otros deportes y deportistas de los países del Este, las victorias de Simunek eran las victorias de Checoslovaquia, y dentro del equipo nacional, la figura del joven ciclista era una apuesta segura para mostrar las excelencias del deporte checoslovaco y también la posibilidad de ingresar una buena suma económica que conseguida por los triunfos de Simunek iban a parar a las arcas del estado.

El hijo de Simunek, ha encontrado en su padre a un magnífico maestro para llegar algún día a situarse en la élite mundial con asiduidad, pero también Radomir Simunek encontró en la familia a su maestro. Concretamente en su primo, el gran Milos Fisera, del que heredó el trono checoslovaco. Desde que se inició en el ciclo-cross se vió que algo especial guardaba este ciclista, puesto que desde bien joven empezó a dominar en la especialidad en un país que cuidaba como pocos el ciclo-cross. La medalla de oro en Wetzikon en 1980 lo dió a conocer al mundo del ciclo-cross y su medalla de plata en Lanarvilly (Francia) en 1982 lo confirmó, además siendo únicamente superado por su primo Milos Fisera, que hasta el momento obstentaba los galones del ciclo-cross checoslovaco. A la temporada siguiente, tomó el testigo de su primo, y extendió la maestría familiar.

Entró con fuerza en la categoría y mostró su excelente condición ciclista muy joven, pero tras los fulgurantes primeros años, el ciclista bajó en sus prestaciones condicionado por las lesiones y los constantes problemas. Así de esta forma, el que parecía destinado a liderar el equipo de Checoslovaquia y ser el referente en esta disciplina, desapareció del equipo nacional y ni tan siquiera estuvo presente en los campeonatos del mundo de los años 1985 y 1987. Operaciones en la rodilla y problemas cardíacos habían puesto fin a una carrera expectacular cuya luz se apagaba.

Pero cual Áve Fénix resurgió de sus cenizas, y su clase volvió a relucir tras este período sombrío. De esta forma en el mundial de Pont-Château en 1989 volvió a ser el mejor, aunque no se colgó la medalla de oro, sino que fue su compañero Ondrej Glazja a quien sirvió en bandeja el título, conformándose con la medalla de plata.

El régimen comunista llegaba a su fin en la convulsa Checoslovaquia y fue el primer ciclista al que se permitió acceder al profesionalismo en aquel país. Los mundiales de Getxo en 1990 parecían ser el lugar donde el ciclista iba a coronarse en la categoría profesional, pero la fortuna no le acompañó en la cita vizcaína y tuvo que conformarse con la séptima plaza en una carrera dominada por los ciclistas holandeses. Sólo un año necesitó para resarcirse ya que en 1991 en Gieten se alzó con el título.

En la localidad holandesa batió al sprint a otro ciclista que buscaba y anhelaba el título mundial, Adri Van der Poel. Pero aquella temporada Simunek estuvo a un gran nivel, ya que incluso rompió la hegemonía que Holanda y Bélgica mantenían en el Superprestigio, el torneo más importante en aquellos años. Obtuvo en dominio aplastante durante la temporada.

Pero inesperadamente, su carrera deportiva sufrió un brusco giro por culpa de un accidente automovilístico. A finales del año 1992 sufrió una gravísima lesión al romperse los dos pies en una colisión, en la que desgraciadamente fallecieron tres policías.

Fue condenado a 18 meses de cárcel, que no cumplío en su totalidad, sino que únicamente estuvo preso durante unos meses en el año 1994, debido entre otras cosas, a la presión popular creada para que el gran deportista no ingresase en presión y pudiese continuar su carrera deportiva.

Pero ya no fue el mismo. Volvió con ganas, incluso obteniendo victorias en el Superprestigo en el año 1994, pero ya no pudo volver a mostrar el brillo de antaño, anterior al accidente. Un quinto puesto en Middelfart (Dinamarca) en 1998 o un séptimo en Propad (Eslovaquia) en 1999 fueron sus mejores actuaciones mundialistas.

Con una exitosa carrera profesional, con cuatro títulos mundiales y once nacionales en sus vitrinas, el ciclista abandonó el deporte profesional. Tiene reservado una lugar especial en el ciclo-cross de la República Checa, y preferente en el mundial, no en vano es el único ciclista que ha obtenido todos los diferentes títulos mundiales en cada una de las categorías por las que ha pasado. Lars Boom ha puesto sus ojos en conseguir la complicada gesta lograda por Simunek.

Hasta que eso pueda ocurrir algún día, Radomir Simunek Jr., el vástago del gran ciclista checo nos recordará en los próximos años que la saga familiar sigue viva en el mundo del pedal, y que sólo es su padre quien obstenta tan privilegiada conquista.

5 de febrero de 2007

Hooglede-Gits 2007: Sub 23

La segunda de las pruebas de la jornada de este primer día de competición estaba reservada para los ciclistas de categoría Sub´23. Con la primera de las carreras, el festival belga había comenzado y en esta segunda prueba, el también belga Niels Albert estaba destinado a que en la ceremonia protocolaria volviese a sonar el mismo himno nacional.

Y la carrera empezó con el guión establecido, con un Albert que salió dispuesto a poner su ley desde los primeros compases. Enseguida se vio a los pocos ciclistas que tenían opciones de victoria en cabeza tal y como se presagiaba, pero todo cambió cuando el holandés Lars Boom se puso en cabeza. En una de las partes más duras del circuito sacó de rueda al ciclista belga tomando unos metros de ventaja que fueron aumentando paulatinamente. Niels Albert no tuvo capacidad de reacción y vio como Lars Boom se iba en busca del arco-iris irremediablemente. Lars Boom fue superior al resto y el espectacular duelo anunciado no fue tal, teniendo la afición belga que que rendirse a la evidencia.

La carrera fue distinta a la que disputaron los ciclistas de categoría juvenil, puesto que la emoción por las medallas desapareció desde el primer cuarto de prueba. Niels Albert transitó en soledad para conquistar la medalla de plata, un resultado excelente para muchos pero decepcionante para un ciclista que sólo juega a ganador.

Pero hoy, Lars Anthonius Johannes Boom fue superior, y a pesar de que no se ha acercado al ciclo-cross esta temporada como el resto de especialistas por su vinculación a la carretera, el poderío de este mocetón, que alcanza los 191 centímetros de estatura, es tal, que está planteándose para la próxima campaña hacer más ciclo-cross e incluso pasarse a la categoría Élite con el objetivo de ser Campeón del Mundo en todas las categorías tal y cómo consiguió Radomir Simunek, que hasta la fecha es el único que lo ha logrado. Ahí es nada. Tales declaraciones bien pudieran ser una fanfarronada más de un joven e incauto ciclista que se exalta con el maillot arco-iris en su pecho, pero del talento del joven de Vlijmen se puede esperar todo. Nada mejor para un patrocinador holandés como Rabobank, ver a un ciclista como él, al más alto de los niveles. He aquí al sucesor de Richard Groenendaal, que a nadie sorprenderá, si decide no marcharse al ciclismo en ruta, que supere con creces lo realizado por el maestro.

El tercero de los favoritos en discordia era el checo Zdenek Stybar. El campeón del mundo saliente era el único llamado a inmiscuirse en el previsible duelo que finalmente no fue. Sin embargo Stybar no estuvo en ningún momento con posibilidades de hacer frente a Boom y Albert e incluso ni tan siquiera pudo alcanzar la medalla de bronce conformándose con la cuarta posición. El francés Romain Villa fue el primero de los mortales en el día de hoy y quien obtuvo una importante medalla de bronce.

Transcurridos dos minutos y medio de la aparición en meta de Boom, entró Zdenek Stybar y tras él, un excelente Philippe Walsleben. Este ciclista está llamado en un futuro a llevar a Alemania a contar con un gran ciclista a nivel internacional de forma permanente. Su hermano también llamará la atención la temporada que viene en Treviso, aunque en el caso del pequeño será en la categoría junior. El alemán precedió a otro de los checos, Lukas Kloucek, y al francés Jonathan López. Esta serie de ciclistas ocuparon las mismas posiciones a lo largo de prácticamente toda la carrera. Bien distintas fueron las dos pruebas vividas en el día.

La carrera fue de un altísimo nivel en lo que respecta a sus vencedores, y es que para meterse entre los cinco primeros había que finalizar la carrera a menos de tres minutos del vencedor e incluso para figurar entre los quince primeros, en menos de cinco minutos había que llegar a meta tras la entrada de Boom. Habrá que ver mañana que corredores de la categoría Elite son capaces de rodar a 7 minutos y 20 segundos por vuelta como ha llegado a hacer Lars Boom.

Así de esta forma, nuestros ciclistas han estado alejados de las primeras posiciones, y se han dejado muchos minutos con respecto al vencedor. El mejor de los clasificados ha sido Mauro González Fontán. El gallego ha finalizado en la 34ª posición, una clasificación final que es fiel reflejo de los puestos en los que ha transitado durante toda la carrera. Tras remontar en los primeros compases de la prueba, encontró su sitio y ahí marchó durante toda la carrera.

Hugo Alfonso Rus transitó prácticamente toda la carrera de la mano de Mauro González, clasificándose finalmente en la posición 38ª. Fue una pena verlo doblado en los compases finales de la prueba, pero poco más se le puede pedir al ciclista madrileño. Rondó la trigésima posición durante la primera parte de la carrera, pero poco a poco se fue desfondando. Cada ciclista cosecha lo que siembra, y para lo sembrado por Rus bastante premio ha recogido. Esperemos que la temporada que viene prepare mejor el ciclo-cross, especialmente en los meses que preceden a las carreras y si quiere progresar en esta especialidad debe olvidarse de competir en carreras locales como la de Cercedilla y participar en pruebas internacionales como la de Ispaster.

El segundo catalán en liza en esta primera jornada tampoco finalizó la carrera, y aunque se le vio bien, no en vano era el mejor nacional y recordaba al ciclista que se impuso brillantemente en el Campeonato de España, pensó que había acabado la carrera al entender mal una indicación y se paró cuando en realidad todavía debía seguir compitiendo. A perro flaco todo son pulgas. La actuación catalana del día es para olvidar.

El cuarto de los componentes que participó, Erlantz Uriarte, nos ofreció la peor de las caras, tal y como ha sucedido en la mayor parte de las pruebas importantes de esta temporada. En cuanto ve que no puede alcanzar o lograr aquello que desea o estima factible de poder realizar, se viene abajo, se desmoraliza y se olvida de la carrera. Mucho le queda que aprender y sacrificarse a este ciclista. Debe reflexionar sobre su comportamiento en los dos últimos meses con seriedad. Actitudes como la que últimamente nos brinda Uriarte no conducen a ese lugar que en principio parece tener destinado, como relevo natural de David Seco dentro del panorama nacional de ciclo-cross. Es más, el camino más bien lleva a todo lo contrario. El tiempo pasa, y de continuar en esa línea aquellos dedos que lo señalan como sucesor de David Seco, empezarán a girar señalando a otros ciclistas que vienen pidiendo paso.

En este primer día, no se ha podido entrar entre las primeras 30 plazas en ninguna de las competiciones. Las carreras de mañana despiertan más confianza para alcanzar posiciones de mayor mérito de la mano de ciclistas como el catalán José Antonio Hermida. Mañana será otro día, y promete mayores satisfacciones que las acontecidas en el día de hoy.