29 de noviembre de 2006

Currículum médico

Hubo un tiempo no muy lejano en que las grandes pruebas del calendario ciclista amateur estaban jalonadas por un sinfín de espectadores entre los que se incluía a lo más granado de la categoría profesional en lo que a directores deportivos se refiere.

Carreras que tenían algo tan especial que la trascendencia del triunfo iba más allá de la siempre ilusionante victoria y es que alzar los brazos triunfante servía además de para ser coronado rey por un día, para catapultar también al protagonista directamente hacia el profesionalismo.

Pruebas como el Memorial Valenciaga, el Circuito Montañés, la Vuelta a Navarra o la Vuelta a Vizcaya, eran el objetivo de los grandes ciclistas de la categoría. Citas hacia las que enfocaban su preparación con la certeza de que un brillante papel certificaría su pasaporte al profesionalismo.

Convocatorias que por su importancia rivalizaban en cuanto a la atención de los aficionados con la de los mismísimos profesionales. Pruebas donde las más potentes escuadras se citaban con sus mejores ciclistas para luchar por una victoria, en la que nadie se escondía ni reservaba, y en las que se han vivido gestas que por épicas y agonísticas quedan en el recuerdo de muchos aficionados.

Pero los tiempos cambian, y el ciclismo por muchos motivos no es ajeno a una irremediable evolución, o quizá mejor llamada mutación. Hoy ya no esperan los directores a nadie, ahora el acceso al profesionalismo hay que buscarlo a través del médico.

Los informes médicos sustituyen a los triunfos. Analíticas en lugar de trofeos. Ahora, la vorágine de programas de seguimiento médico y controles de salud, que amparados en la aprobación del galeno correspondiente, es la clave para que un equipo se decida a incorporar a un ciclista.

Antes se accedía al profesionalismo en la carretera sin embargo hoy se logra en los centros de salud. Algo que por intangible y carente de comparativa a los ojos del pueblo es injusto, pero que no deja de ser propio de los tiempos convulsos que sacuden el ciclismo en el que ya, nadie se fía de nadie.

27 de noviembre de 2006

Arena descafeinada


La localidad de Koksijde enclavada en la Flandes Occidental acogía una nueva prueba de la Copa del Mundo, que por segunda vez en la temporada visitaba suelo belga. Koksijde es sinónimo de arena, ya que este elemento adquiere un singular protagonismo en este circuito. En esta edición, la arena cobró mayor importancia si cabe puesto que el barro brilló por su ausencia, circunstancia que hacía muy rápido el transitar por el resto del circuito donde la superficie arenosa no hacía acto de presencia.

En la salida, la ausencia del francés Francis Mourey que decidía quedarse en casa y competir en suelo galo junto con la de un lesionado Erwin Vervecken hacía que el grado de favoritismo de Sven Nijs aumentase ya desde la misma línea de salida.

Sin embargo una vez comenzada la prueba afloraron las dudas, ya que la ausencia de Sven Nijs en los primeros puestos de la prueba por lo inusual y sorprendente que es tal circunstancia, albergaba cierta incertidumbre.

En los primeros compases de la prueba, no había ni rastro de Nijs y tras el primer cuarto de hora de la prueba no circulaba entre la primera decena de plazas. Bien es cierto que transitaba en un grupo que conservaba intactas todavía todas las opciones, pero éste había perdido el contacto con una serie de corredores que trataban y conseguían poner tierra y arena de por medio en la cabeza de carrera.

Bart Wellens lideraba la prueba escoltado de forma testimonial por dos ciclistas que lucen su misma publicidad, como son Klaas Vantornout y Zdenek Stybar, ya que decir que forman parte del mismo equipo no se ajusta a la realidad, pues no existe entre ellos un mínimo planteamiento conjunto a la hora de disputar las carreras. También junto a ellos rodaba Vanthourenhout e intercalado entre el grupo del cabeza de carrera y el grupo donde viajaba Nijs, otro ciclista de Rabobank, el holandés Gerben De Knegt.

Wellens no está siendo esta temporada el corredor que lucha de tú a tú con Sven Nijs allí donde ambos corredores se presentan, sin embargo, inició la prueba de forma contundente, soportando el peso que supone encabezar la prueba y abrir hueco con el resto de participantes.

Los compañeros de viaje de Wellens en este primer cuarto de carrera, apenas colaboraban con él, y tan sólo tímidamente Vantornout lo hizo tras los aspavientos de Wellens al ver que nadie, ni tan siquiera los ciclistas de su equipo, hacían algo más que limitarse a ir a rueda.

Paulatinamente Gerben De Knegt fue recortando la distancia con el cuarteto, al tiempo que Sven Nijs despertaba de su letargo, y pasaba a la acción tratando de contactar con el grupo cabecero.

El líder de la Copa del Mundo impuso un ritmo que sin ser especialmente duro, servía para reventar aquellos que a su rueda se pegaban. Primero fue Radomir Simunek y más tarde Richard Groenendaal quienes sucumbieron al ritmo de Nijs y que hizo no sólo que no pudiesen contactar con la cabeza, sino que también pagasen la osadía quedando muy retrasados en la clasificación final de la prueba.

El numeroso público presente vibraba cuando Sven Nijs entró en contacto con la cabeza de carrera e instantáneamente se colocaba en cabeza. Sin un especialista en terrenos arenosos como Erwin Vervecken que repeler los golpes, Sven Nijs emprendió una táctica de acoso y derribo en la cabeza de la prueba, que sirvió para soltar a todos sus rivales, y despegarse claramente de ellos.

La táctica fue sencilla. Era el corredor más fuerte de la carrera y tensaba el ritmo en los lugares más complicados para sus rivales. Tramos de arena en los que su fortaleza física le permitía atravesarlos sin poner pie a tierra, ahogaba a sus rivales, que en el intento de seguir la estela de Nijs, se veían obligados a desmontar de la bicicleta.

El equilibro sobre la bicicleta de Sven Nijs posibilitaba ver como el ciclista balanceaba su cuerpo sobre el sillín a merced de las trazadas que la arena condicionaba, permitiendo ver como él si podía continuar pedaleando, donde sus rivales cargaban con la bicicleta al hombro.

La condición física y la destreza sobre la superficie arenosa hizo que en cada tramo se distanciase un poco más de sus rivales, y el sobreesfuerzo de éstos, por una vez concluidos los diferentes tramos de arena intentar volver a contactar con Nijs, minó las fuerzas de sus rivales dejando ir irremediablemente a Sven Nijs en busca de un cómodo y brillante triunfo.

Transcurrida la mitad de carrera y viendo que no había una organización para cazar al ciclista fugado, ya que tal misión resultaba a todas luces imposible, comenzaron a pensar en dirimir quién sería el primero de los perdedores, que ante un inalcanzable Nijs y sin la presencia de Mourey y Vervecken, no era mala recompensa para los ciclistas.

Si descafeinada resultó la prueba para decidir al vencedor, interesante resultó la lucha por el segundo puesto. El joven Stybar hacía tiempo que era historia en una superficie que no era la suya, pero a los Wellens, Vantornout, Vanthourenhout y De Knegt se unió un francés que hizo una brillante carrera yendo de menos a más, John Gadret.

El francés incluso lideró la batalla por la segunda plaza, para acabar finalmente en la quinta posición. No es sencilla la transición de la ruta al ciclo-cross, ya que sin ir más lejos, John Gadret finalizó, bien entrado el mes de Octubre, el Giro de Lombardía en el grupo cabecero, mientras que al mismo tiempo sus ahora rivales ya habían dado inicio a la temporada de ciclo-cross incluso ya se había celebrado la primera de las pruebas de la Copa del Mundo. Aún así, lo está haciendo brillantemente, y su presencia en el discurrir de la temporada es cada semana más protagonista.

Si el francés lo intentó a falta de dos vueltas, el holandés Gerben De Knegt lo intentó a falta de una, conocedor de que al sprint, las opciones de superar a sus rivales eran más bien escasas. Lo intentó, incluso dejando de rueda a sus rivales, pero en la recta de llegada primero Vanthourenhout y más tarde Wellens se pegaron a su estela. Con Gadret y Vantornout descartados, en el sprint Wellens se impuso a sus dos rivales de Rabobank, obteniendo una segunda plaza final, que a tenor de lo ocurrido en la segunda mitad de carrera no merecía. El tercer escalón del podium fue para un conservador Vanthourenhout, que nunca, a lo largo de toda la carrera, estuvo fuera de los lugares de privilegio, pero que con un comportamiento ultradefensivo no dio la cara en ningún momento. El regusto amargo quedó para un decepcionado Gerben De Knegt que inmerecidamente quedó fuera del podium.

La participación en lo que a su calidad se refiere fue más bien escasa, lo que entre otras cosas permitió ver al holandés Thijs Al, como se clasificaba en una magnífica séptima plaza, que certifica notablemente sus progresos en la reconversión y adaptación de un ciclista que hasta no hace mucho pedaleaba volcado totalmente en el Mountain Bike.

La próxima cita de la Copa del Mundo llevará a los ciclistas al sur de Europa, concretamente a la localidad vizcaína de Igorre. La gran fiesta del ciclo-cross vasco permitirá a la numerosa afición de la zona contemplar a un buen número de los mejores especialistas del mundo en vivo y en directo, así como posibilitará que los españoles puedan medirse con la élite mundial.

Sven Nijs partirá nuevamente como favorito, aunque en esta ocasión, en la cita estará presente Mourey del que no debemos descartar la posibilidad de que se encarame a lo más alto del podium final. Queda la duda de si Vervecken será de la partida.

Pero si una ausencia ya es segura y se notará por encima de cualquier otra que pudiera producirse será la de David Seco, ya que aunque escayolado estará presente en la prueba, no lo hará vestido de corto como a todos nos hubiese gustado, circunstancia que provocará sin duda alguna una sensación extraña en los espectadores, que se verán privados de jalear al ciclista que anualmente ilusiona a los aficionados, codeándose con la élite como no hace en ninguna otra prueba del calendario mundial.

25 de noviembre de 2006

El triunfador del año

Cuando al calendario ya le quedan pocas hojas que retirar y vemos como el año irremediablemente está avocado a su fin, llega el momento de recapitular y hacer la valoración oportuna de lo acontecido durante la temporada.

En la mayoría de los casos tales valoraciones se manifiestan agasajando a los diferentes protagonistas y triunfadores con un galardón que acredita tal condición. Actos de este tipo se reproducen por toda la geografía ciclista en estas fechas, teniendo, en muchos casos, diferentes protagonistas. Desconozco si entre aquellos ciclistas distinguidos estará Roberto Alcaide. No se si recibirá galardón alguno o si será protagonista de algún tipo de reconocimiento, pero de lo que no me cabe la menor duda es que lo merece tanto o más que cualquier otro ciclista.

A muchos no les sonará el nombre de este bravo ciclista. Roberto Alcaide García es un joven madrileño de San Sebastián de los Reyes que cuenta con 28 años de edad y pertenece al potente conjunto gallego Supermercados Froiz. Bien pudiera ser un ciclista más del pelotón, pero un rasgo lo distingue del resto dentro de la categoría amateur, y es que es un ciclista discapacitado, concretamente de la categoría LC2, la que engloba a discapacitados motores de grado moderado.

Este ciclista sufrió la amputación de parte de su pierna izquierda hace algo más de seis años, concretamente el 5 de Mayo del año 2000. Por aquel entonces, Roberto Alcaide era un ciclista que estaba disputando la Vuelta a Extremadura enrolado en las filas del equipo Aguas de Mondariz. Durante la disputa de la tercera etapa, que unía las localidades de Villanueva de la Serena (Badajoz) y Montehermoso (Cáceres), una tonta caída, de las muchas que se producen en el pelotón, llevó al ciclista a caerse contra la valla quitamiedos de la carretera, seccionándole el pie izquierdo. El médico de la prueba conocedor de la gravedad al ver el accidente, colocó el pie en una nevera, pero finalmente no se pudo reimplantar el miembro amputado.

El espigado ciclista madrileño contaba por entonces 22 años y toda una vida por delante, aunque parte de ella se quedó en aquel desgraciado accidente.

Comprobar la gravedad del suceso, supuso un durísimo golpe para el ciclista. Sumergido en el pesimismo de las difíciles noches de hospital, pensaba que todo había acabado para él, y no sólo por no poder practicar el deporte que tanto amaba y que desde los 9 años llevaba disfrutando, sino que ni tan siquiera pensaba en que pudiese volver a caminar algún día.

El apoyo de sus familiares, especialmente su hermano, amigos y compañeros del club donde se inició el madrileño, posibilitaron que el joven ciclista experimentase una recuperación asombrosa. Pasó en poco tiempo de pensar en que jamás volvería a caminar, a recibir información de prótesis y deportistas discapacitados de los que hasta entonces desconocía su existencia, que sirvieron paulatinamente para animar y sacar de la amargura al joven ciclista.

En el año 2000, meses después del accidente, se disputaban en Sidney (Australia) los Juegos Olímpicos, y pocas fueron las personas que en este país, siguieron con tanto interés las competiciones y los deportistas paralímpicos como hizo Roberto.

Poco tiempo después, tan sólo cuatro meses más tarde del fatídico accidente, volvía a subirse a una bicicleta. Roberto consiguió algo impensable, incluso para los médicos que lo trataron. No necesitó de psicólogo alguno, ni tan siquiera quiso ir a la pertinente y necesaria rehabilitación hospitalaria. Con la ayuda de sus familiares, amigos y compañeros, y a pesar de que todo hacía indicar lo contrario, volvió a subirse en una bicicleta, uno de los momentos más felices que ha sentido y que no olvidará mientras viva. Quería pedalear y pedaleó.

Y vaya que si pedaleó, ya que desde entonces, pocas son las veces que no está sobre ella. En este tiempo ha conseguido un espectacular palmarés, posiblemente de los más importantes que tenga cualquier deportista paralímpico español.

La tarea no fue sencilla. Un duro y sufrido trabajo detrás, ese que no se ve a los ojos de los demás pero que uno sufre en silencio junto a los suyos, ha sido determinante. Los problemas de la adaptación a una prótesis, las rozaduras que se producían con ésta y un sinfín de problemas que no existe para el ciclista habitual, pero que van inexorablemente ligados a uno que está discapacitado, fueron una constante en sus comienzos.

Este esfuerzo permitió alcanzar triunfos, éxito y reconocimiento deportivo. Pero no nos vamos a engañar. No se hace de los deportistas discapacitados un espectáculo de masas y el seguimiento no va más allá de los propios interesados y quienes rodean a estos.

Pero quizá la grandeza y el reconocimiento hacia Roberto Alcaide, no esté en las medallas olímpicas y en las conquistas mundialistas que ha logrado dentro del ciclismo para discapacitados, sino que es un ciclista más dentro del pelotón amateur. Y para un discapacitado, sentirse uno más, y sobretodo que los rivales lo vean así, es un gran triunfo.

Roberto Alcaide consiguió este año, una gran gesta, que no está al alcance de muchos ciclistas, y es que consiguió finalizar el Circuito Montañés. Una de las pruebas más exigentes y prestigiosas del ciclismo amateur, donde muchos ciclistas tienen que poner pie a tierra debido a la exigencia de la ronda cántabra, vio al ciclista madrileño finalizar la ronda con suficiencia.

Estamos acostumbrados al aplauso generoso para el deportista discapacitado, por la fuerza de voluntad que desarrolla para conseguir sus objetivos deportivos a pesar de tener limitaciones físicas. Un aplauso en ocasiones lastimoso, que nada tiene que ver con lo deportivo. Sin embargo, Roberto ha roto esa barrera. No es diferente, es uno más. Es un ciclista a batir, al que superar, al que atacar, al que dejar de rueda. Nadie ve una discapacidad. Está capacitado.

Sin ir más lejos, el ciclista al que batió en el pasado mundial celebrado en Suiza, el belga Jan Boyen, será profesional en la temporada 2007 dentro del equipo Jartazi-7 Mobile, con el objetivo de alcanzar la medalla de oro en los próximos Juegos Paralímpicos de Pekín 2008.

Roberto Alcaide es la máxima expresión de la ilusión, el esfuerzo y la autosuperación dentro del deporte. Un ciclista que ha logrado un gran triunfo ya que gracias a su sacrificio y a su lucha personal ha conseguido que dentro del pelotón sea un dorsal más y algo que aún es más importante, es una persona de referencia, espejo en el que pueden mirarse muchas personas que condicionadas por su minusvalía ven ante sí un muro infranqueable cuando de desenvolverse en la sociedad se trata siendo discapacitados.

13 de noviembre de 2006

Un regalo para Thibau

La prueba de Pijnacker (Holanda) quinta de las pruebas que forman la Copa del Mundo de Ciclo-Cross tenía para Sven Nijs una motivación especial. Y no lo era porque las dos últimas pruebas celebradas en Tábor y Treviso no le habían visto como ganador. Tampoco por verse privado el día anterior en Niel (Bélgica) de la victoria cuando una avería le impidió alzar los brazos cuando todo estaba a su favor, ni tan siquiera el motivo era que la prueba se celebraba en territorio holandés, nacionalidad del equipo Rabobank, al que pertenece Sven Nijs.

La realidad, y lo que realmente motivaba a Nijs era que su hijo Thibau cumplía años y que mejor regalo para la criatura que dedicarle la victoria. No se que ilusión le habrá hecho al niño, ya que posiblemente cualquier otro hubiese deseado algún juguete, pero esa era la motivación especial que comentaba tener el brillante ciclista belga antes de disputarse la prueba.

El desarrollo de la carrera se vio condicionada por la presencia de barro, acostumbrados que estábamos hasta la fecha, a contemplar circuitos totalmente secos, en los que rodar a gran velocidad y con ciclistas apelotonados era una constante.

En esta ocasión no sucedió así, y la verdad es que poca historia tuvo la prueba. En la salida 62 corredores de 13 nacionalidades distintas. Entre estos corredores Isaac Suárez, Oscar Vázquez y Mauro González.

La prueba guardó cierta similitud con la disputaba en Treviso la semana pasada, y es que fue de nuevo Francis Mourey quien desató las hostilidades. De nuevo el pequeño francés decidió poner tierra de por medio para seleccionar la carrera y a fe que lo hizo. No pudo dejar atrás a Sven Nijs con el que formó un dúo, hasta que el belga decidió que esta carrera la hacía sólo. Dejó de rueda al ciclista de la Française des Jeux y si te he visto no me acuerdo. Hizo toda la carrera en solitario para imponerse brillantemente en su tercera prueba de la Copa del Mundo de esta temporada y tras ver como en las dos últimas pruebas eran otros quienes se habían proclamado vencedores.

A Sven Nijs cuando el barro aparece en escena, le gusta ir sólo, y no duda, desde los primeros compases de la prueba incluso, en buscar la soledad en cabeza de carrera. Así de esta forma abandonó la compañía de Francis Mourey directo a por la victoria. Sven Nijs ya ve en Francis Mourey un rival peligroso, no en vano utilizó el argumento de que estaba más descansado el ciclista francés al no participar el día anterior en Niel, para justificar los aprietos en los que el ciclista galo había puesto a Nijs durante la prueba.

Normalmente no salen palabras de la boca de Nijs si un rival no es considerado como peligroso, pero si esto sucede, tal y como ha ocurrido, hay que tenerlo en cuenta. Francis Mourey se ha ganado la consideración de estrella del ciclo-cross por los grandes resultados obtenidos en las pruebas que hasta la fecha lleva disputando. Ahora también se ha ganado el respeto del más brillante de todos los ciclistas.

A Francis Mourey no le gusta tanto el barro, lógico teniendo en cuenta su vinculación a la carretera, y es en los circuitos secos donde más cómodo se encuentra. No deja de decir, cuando le ponen un micrófono en la boca, que su objetivo es el Mundial, y que para ello se está preparando. Espero, que a pesar de su animadversión por el barro, se esté preparando sobre esta superficie, puesto que debería caer en la cuenta, de que a finales de Enero en el nada sencillo circuito de Hooglede-Gits (Bélgica) existen más posibilidades de encontrar un circuito embarrado que uno seco.

De todas formas, a pesar de no poder responder al ataque de Sven Nijs dentro del primer tercio de carrera, el verse sólo en la segunda posición y mantenerla hasta el final de la prueba, es como para estar satisfecho por lo conseguido.

Por detrás de estos dos ciclistas se dejó ver Sven Vanthourenhout, ciclista que lideró la prueba en la primera de las vueltas, en lo que era un anuncio de que el maillot de Rabobank iba a estar bien visible a lo largo de toda la prueba.

La segunda de las vueltas vio el citado ataque del Francis Mourey con el que dio verdaderamente comienzo a la prueba. Sven Nijs con suficiencia alcanzó rápidamente al francés, para una vuelta más tarde emprender la aventura en solitario.

Por detrás en un principio circulaban los compañeros de Sven Nijs, los ciclistas holandeses Gerben de Knegt y Richard Groenendaal, que en su tierra estaban teniendo más protagonismo que hasta la fecha.

Este dúo perseguidor se convirtió en cuarteto, cuando dos ciclistas del Fidea, Klaas Vantornout y Erwin Vervecken alcanzaron a los holandeses. Klaas Vantornout fue quien llevo el infructuoso peso de la persecución en una labor de equipo para su compañero Erwin Vervecken. Poco acostumbrados estamos a ver labores de equipo en el ciclo-cross, ya que todos los grandes especialistas que se reparten las pruebas pertenecen a los mismos equipos, pero en esta ocasión Vantornout lo hizo.

Mientras tanto, el otro compañero de los ciclistas de Fidea, y uno de los favoritos para imponerse en la prueba, Bart Wellens naufragaba en puestos retrasados tratando de remontar a ciclistas, que le habían superado tras verse envuelto en una caída que sólo vio como de los favoritos era el único perjudicado, pero en la que se vieron envueltos un buen número de ciclistas.

De cara a meta los ciclistas del Fidea Cycling Team pagaron el esfuerzo, siendo Erwin Vervecken finalmente quinto tras no bajarse del podium en cuantas pruebas de la Copa del Mundo se habían celebrado esta temporada. Klaas Vantornout fue sexto y falto poco para verse superado por John Gadret, ciclista galo que veía como paulatinamente estaba más cerca del belga debido al esfuerzo empleado por éste para dar caza a los fugados y que irremediablemente pagó en los últimos compases de la prueba.

Por delante de ellos los dos holandeses, con Gerben de Knegt en tercera posición secundado por Richard Groenendaal en la cuarta plaza. Fue un buen día para los ciclistas de Rabobank, ya que tres ciclistas del conjunto bancario entraron en las cuatro primeras plazas y hasta cinco ciclistas en las nueve primeras, puesto que Aernouts y Vanthourenhout entraron en octava y novena plaza respectivamente tras el francés Gadret.

Los nuestros no tuvieron su día ya que Isaac Suárez ocupó la 39ª plaza a más de siete minutos y medio del vencedor, y los gallegos Vázquez y González Fontán no finalizaron la prueba. También estuvo presente en la cita holandesa, y de nuevo en una prueba de la Copa del Mundo, la vallisoletana Rosa Bravo, que quedó finalmente en la 21ª posición. Una asturiana, Aida Nuño, también estuvo presente clasificándose en la 35ª posición final.

La próxima cita con la Copa del Mundo de Ciclo-Cross será dentro de dos semanas en territorio belga, concretamente en Koksijde. ¿Llegará la hora de ver a un ciclista del Fidea Cycling Team en lo más alto del podium?

Bruyneel de un paso al frente

En 1997 el director Andrew Nicol dirigió una película interpretada por Ethan Hawke, Uma Thurman y Jude Law es sus papeles estelares. El título del film era Gattaca, una película dónde las personas ya no son discriminadas por su sexo, raza o religión sino por su secuencia genética, es decir, su ADN.

Este argumento de ciencia ficción no está lejos de la realidad ciclista a tenor de las conclusiones y especialmente las intenciones de Pat McQuaid, el presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI) y representantes de la Asociación Internacional de Grupos Ciclistas Profesionales (AIGCP) tras una reunión mantenida el pasado mes de Octubre en París.

La reunión tenía como objetivo estudiar medidas de lucha contra el dopaje, y en ellas el registro del ADN de todos los corredores y la posibilidad de reducir la duración de las grandes carreras por etapas fueron los temas estrella.

Me llama poderosamente la atención que debatan la duración de unas carreras, las de tres semanas, cuyos organizadores han dado la espalda a la UCI tras romper el calendario único, también llamado UCI Pro Tour, como si la duración de una prueba deportiva fuese directamente proporcional a la existencia del dopaje. Sin embargo acojo con mayor incredulidad que el presidente de la AIGCP, el belga Patrick Lefevere, muestre su felicidad ante la aprobación de los controles de ADN como un nuevo paso en la lucha contra el dopaje. Lefevere, máximo responsable del conjunto belga Quick Step-Innergetic, reconoce que no pueden obligar legalmente a los ciclistas a someterse a este tipo de controles, pero advierte que el que no lo acepte debe asumir las consecuencias, ya que por ejemplo, un equipo podría decidir no renovar su contrato.

Evidentemente esos deseos de obtener el ADN de los ciclistas topan con la justicia, aunque ya se comenta que ciclistas han dado sus muestras, y también cabe recordar que los ciclistas del equipo Comunitat Valenciana entregaron su sangre para que obtuviesen muestras de ADN y de poco les sirvió, ya que el equipo ha desaparecido y la mayoría de los ciclistas tratan de buscarse un hueco en otros conjuntos que no hubiese sido necesario de haber continuado el equipo valenciano.

La afrenta que puede suponer el simple hecho de que las empresas que emplean a los ciclistas y especialmente sus dirigentes soliciten incluso con palabras propias de la coacción las muestras de ADN es inadmisible.

Quizá en el origen de la lucha contra el dopaje, vista la dimensión que ha adquirido, y a pesar de saltarse a todas luces la privacidad del deportista, la toma de muestras de ADN podía haber resultado eficaz, pero en el momento que nos encontramos, que piensen crear un banco de datos de ADN con la información genética de los ciclistas es volver a señalar al deporte del pedal como cabeza de turco del deporte mundial, de la misma forma que ocurrió en su día con la tasa de hematocrito.

Visto que decisiones como estas se saltan la barrera de la legalidad y han comprobado que a pesar de las coacciones son mayoría los ciclistas decididos a no dar ningún tipo de muestra genética, ni cortos ni perezosos, han decidido dar un nuevo paso, y continuar en la estrategia de aislar a los ciclistas que tengan o no tengan relación con la Operación Puerto, se han visto involucrados en esta confusa y enmarañada operación contra el dopaje.

Desde la UCI, Pat McQuaid se muestra decidido a impedir que el futuro deportivo de los ciclistas afectados por la Operación Puerto se aclare lo antes posible, ya que paulatinamente las federaciones nacionales archivan todos los expedientes, y no ha dudado en aconsejar a los equipos que no fichen a estos corredores en un intento por condenarles al oscurantismo después de que la justicia haya impedido la utilización del sumario para llevar a cabo sanciones deportivas.

Lo que si dejó abierto el juez fue la vía penal para que se pudieran emprender acciones contra los ciclistas pero que presumiblemente nadie hará uso ya que de antemano el fracaso es del destino que tendrá cualquiera de las acciones contra los ciclistas.

Ahora la mezquina estrategia es la de amedrentar a los equipos para que no sea fichado ninguno de los ciclistas salpicados por la Operación Puerto, eso sí, el visto bueno vendría para los ciclistas que voluntariamente entreguen su ADN al máximo organismo internacional del ciclismo.

Lo que esconden estas reacciones es condenar al paro al mayor número posible de ciclistas o en el peor de los casos desde el punto de vista de la UCI, ver como esos ciclistas están abocados a seguir sus carreras deportivas en equipos menores de la categoría profesional o continental, pero siempre lejos de las luces y lentejuelas que iluminan y visten a los equipos dentro del elitista Pro Tour.

La UCI ve como las aguas revueltas, aunque se hayan llevado a personas y equipos por delante y a otros los haya dejado maltrechos, vuelven a su cauce y eso significa que después de los ríos de tinta y el escándalo formado, todo lo sucedido no ha servido para nada, ya que las cosas volverán a ser como ya eran antes de saltar el escándalo. Además los abogados de los ciclistas, crecidos con la sucesión de acontecimientos buscarán a los responsables para que rindan las cuentas oportunas y para pedir las explicaciones por todo lo sucedido, ya que se han visto perjudicados un buen número de ciclistas por el empecinamiento de castigar a unos corredores sobre una base carente de consistencia.

No hay corredores sancionados y por lo tanto son libres para ejercer su trabajo, como cualquier otra persona, y no pueden verse perjudicados porque el señor McQuaid piense que si en un futuro existen cargos contra ellos, eso vaya a suponer una mala imagen para el ciclismo.

Curioso que amparados en la imagen del ciclismo, lo que realmente pretenden es mantener limpia la organización a la que uno pertenece, independientemente de atajar el problema raíz. Así de esta forma, los equipos no quieren ver como un ciclista que se vea involucrado en un tema de dopaje pueda suponer que el patrón del equipo decida retirar el patrocinio y con ello la desaparición del equipo, lo que significa la pérdida de empleo de unas personas, que desempeñando cargos directivos viven y además cómodamente del trabajo que desarrollan los ciclistas. Curioso que la mayor parte de estos dirigentes fueron ciclistas hasta no hace mucho, circunstancia que nos deja ver como el cinismo impera en grandes dosis en este deporte.

No piensen que la salud de los ciclistas es lo que hay detrás de estos actos, ya si lo que verdaderamente importante en esta sociedad fuese la salud del trabajador, no estaríamos contemplando como las obras de la M-30 de Madrid arrojan un saldo de un accidente diario de media, en los que ya se han producido la espectacular cifra de 700 accidentes. Todo en esta sociedad, al menos en buena parte de ella a la vista de los ejemplos, esconde el interés particular y el afán lucrativo como único objetivo.

Además queda la UCI. La Unión Ciclista Internacional, que más desunida que nunca, va perdiendo credibilidad, y viéndose desbordaba por unos acontecimientos que no sabe manejar, contempla como irremediablemente el peso que tenía en el concierto deportivo mundial está siendo cuestionado, dejando al descubierto la incapacidad de sus gestores encabezados por el irlandés McQuaid para con el ciclismo.

Pero esta actitud existente en el ciclismo de nuestros días, que en lugar de acabar con la suciedad se dedica a esconderla debajo de la alfombra, ha topado con un director deportivo con personalidad, lejos de una mayoría que no se atreve a llevar la contraria a la UCI, y que agachan la cabeza ante los dictados de Lefevere. Se trata del belga Johan Bruyneel.

El director del equipo Discovery Channel no se ha plegado ante las advertencias y ha incorporado a su equipo a Ivan Basso, uno de los ciclistas apartados y señalados. Al ciclista nada le impide correr ya que está libre de cualquier acusación de haber violado las reglas o las leyes deportivas o criminales que se refieren a la lucha contra el dopaje.

Las reacciones no se han hecho esperar, y en general guardan cautela, puesto que Lefevere no ha respondido con la contundencia que acostumbra, dando a entender que estando todavía en otoño, los acontecimientos podrían variar de nuevo en la dirección que él y quienes lo secundan quieren imponer.

Otros equipos aun alegrándose del fichaje de Basso se preguntan si Johan Bruyneel solicitará a Ivan Basso que entregue su ADN, olvidando la ilegalidad de este hecho, por mucho acuerdo verbal alcanzado entre los equipos. Tendrían que pensar a que se debe que el acuerdo sea verbal y no esté redactada por escrito además de firmada por los responsables de la propuesta.

Quienes han mostrado una mayor contrariedad han sido los alemanes de T-Mobile, que piden que Ivan Basso demuestre su inocencia, cuando lo que en realidad la culpabilidad de alguien es lo que hay que demostrar. Otra de las personas a los que los micrófonos enseguida se han dirigido tras la confirmación del fichaje de Ivan Basso por Discovery Channel, es a Bjarne Riis, antiguo director de Ivan Basso en CSC que como todos, apelando al acuerdo verbal, y haciendo hincapié en que intereses particulares nunca unirán el ciclismo, ha quedado como el tonto de la película al ver como hace unas fechas rescindía de mutuo acuerdo el contrato que le unía a Ivan Basso y ahora contempla como el italiano regresará a la competición en uno de los equipos más potentes del planeta.

En fin, que Discovery Channel no se pliega, a las medidas que UCI y AIGCP promueven, basándose en que la fiscalía del CONI (Comité Olímpico Nacional Italiano) propuso al competente órgano de justicia deportiva de la Federación Italiana de Ciclismo archivar los actos que atañen a Ivan Basso amparándose en las disposiciones internacionales y del reglamento antidopaje de la UCI.

Muchos equipos están en la línea de Discovery Channel, incluso no cerrando las plantillas ante la posibilidad de incorporar a ciclistas interesantes pero que han sido vinculados a la Operación Puerto aunque el miedo a alzar la voz impide que sea una realidad, que quizá, desaparezca tras el paso dado por Johan Bruyneel. Por cierto, que todos estos intentos por impedir que los equipos cuenten con corredores relacionados con la Operación Puerto chocan frontalmente en cuanto a razón de ser si finalmente el equipo de Manolo Sáiz sale a la carretera circunstancia que no ha sido impedida ni por la UCI ni por la AIGCP.

Así que el enmarañado asunto de ilegalidades, intenciones y fichajes queda de momento de esta forma. Habrá que contemplar si tras el fichaje de Basso la situación toma otro rumbo, que seguro lo hará. Aún quedan las organizaciones de pruebas ciclistas, aunque mejor dicho, la organización del Tour de Francia, por dar su punto de vista, ya que en un principio también hablaba de pruebas de ADN obligatorias para que ciclistas relacionados con la Operación Puerto pudiesen participar en la ronda gala.

Veremos en que queda todo, pero las dichosas siglas de ADN va a estar más presentes en el vocabulario ciclista que en cualquiera de las populares series de televisión de investigación científica que tan de moda están ahora.

11 de noviembre de 2006

La niña bonita

Rosa Bravo es la niña bonita del ciclo-cross nacional. La vallisoletana de Laguna del Duero es la especialista por excelencia y la opción más sólida, a varios meses vista, de cosechar un buen resultado en los próximos mundiales de ciclo-cross englobando las diferentes categorías que allí se dan cita.

Pero si estuviésemos en un bingo, la niña bonita sería el número 15, posición que bien pudiese representar la barrera infranqueable hasta la fecha para Rosa Bravo en cualquier evento internacional.

Rosa Bravo Soba, cumplió 30 años el pasado Agosto, y llegó al ciclo-cross de una forma inesperada, puesto que nunca había practicado esta especialidad, centrándose únicamente en el ciclismo en carretera. Pero tras unas graves desavenencias con el seleccionador nacional de ruta femenino dio un giro radical a su carrera deportiva centrándose en el ciclo-cross y siendo desde entonces contadas las ocasiones en las que ha participado en carretera.

La ruta se perdió una gran ciclista que sin embargo el ciclo-cross ganó. Así de esta rocambolesca forma el ciclo-cross nacional obtuvo una representante de entidad en una especialidad que acostumbraba a convocar a ciclistas como recompensa por el trabajo anual. Con la aparición de Rosa Bravo la selección contaba con una fémina con la que ambicionar un mejor resultado final y acudir a las citas internacionales con la intención de ser algo más que una mera comparsa.

Rosa Bravo ostenta los mejores puestos jamás logrados por ninguna ciclista en ningún campeonato internacional, aunque también hay que decir, que la instauración de la categoría femenina es reciente, ya que no fue hasta el año 2000 cuando en St. Michielgestel (Holanda) se puso en juego el primer maillot arco-iris.

Actuaciones de Rosa Bravo en los últimos campeonatos celebrados:

17ª.- Campeonato del Mundo de Ciclo-Cross de Zeddam 2006 (Holanda)
16ª.- Campeonato de Europa de Ciclo-Cross de Pont-Château 2005 (Francia)
22ª.- Campeonato del Mundo de Ciclo-Cross de St.Wendel 2005 (Alemania)

¿Está en disposición de superar la barrera anteriormente mencionada?

En el pasado mundial de Zeddam pudimos contemplar como tras una magnífica salida, era capaz de pasar la primera de las vueltas en octava posición, manteniéndose entre los puestos 12º y 15º durante buena parte de la prueba, para acabar pagando el esfuerzo y finalizar en la 17ª plaza.

El seleccionador nacional, Fran Pla, se mostraba contento con la actuación de la vallisoletana, puesto que hizo un excelente mundial, aunque se mostraba convencido de que la posición obtenida por la ciclista, era poco premio para la actuación y el comportamiento de la pucelana durante la prueba.

La propia ciclista también acabó con un sabor agridulce la prueba, ya que veía como a pesar de ser la mejor posición jamás lograda por una ciclista en un Campeonato del Mundo, consideraba que finalizó más retrasada de lo que ella había visto poder alcanzar en carrera. En un circuito rápido, con el firme en buen estado, al que la ciclista vallisoletana se amoldó perfectamente y en el que se encontró muy cómoda, dejó escapar una preciosa oportunidad de mejorar lo hasta entonces conseguido.

Pero quizá la barrera de Rosa Bravo sea esa, ya que a pesar del talento ciclista que posee, tiene lagunas que aún centrada en esta especialidad no ha conseguido solventar o al menos no en el grado que le permita estar más adelante de lo que ya está.

Con problemas cuando en cualquiera de los diferentes circuitos tiene que descabalgar de su montura y cargar con ella, así como arrastrando la costumbre de no utilizar los cambios, hace que ya desde la misma línea de salida parta con una desventaja, que a este alto nivel donde nos circunscribimos, sean significativos.

También carece de valentía cuando tramos complicados son los que debe afrontar, especialmente si en el circuito aparece alguna bajada comprometida o peligrosa, además de que mentalmente no es fuerte, y se viene abajo ante cualquier contrariedad e incluso duda de si misma, cuando las rivales en un principio inferiores la ponen en aprietos y acosan su posición durante la carrera.

Por si fuera poco, la estrecha diferencia existente entre las ciclistas que conforman la élite mundial del ciclo-cross hace que sea muy importante saber moverse, circular y afrontar situaciones en las que se rueda en grupo o con un estrecho margen ente las ciclistas que una tiene delante y/o detrás. Desgraciadamente la poca experiencia que tiene ante tales situaciones, ya que el panorama femenino del ciclo-cross está prácticamente desierto, y las pocas que allí aparecen, tienen muy diferentes niveles, hace que no sepa manejar situaciones de este tipo, privándole de alcanzar mejores posiciones de las que por el esfuerzo desarrollado hubiese merecido.

A pesar del hándicap, la ciclista española está ahí por su talento, además tiene a su favor, que buena parte de las ciclistas tienen una edad considerable y es que salvo pocas excepciones sobresalientes son las veteranas quienes dominan el panorama internacional.

Las principales rivales que se ha encontrado y las que previsiblemente se encontrará son:

Las indiscutibles:

- Hanka Kupfernagel (19/03/1974) - Alemania
- Marianne Vos (13/05/1987) - Holanda

La alemana de 32 años es toda una institución en el mundo del pedal femenino, y en lo que a ciclo-cross se refiere arroja un escalofriante palmarés ya que es la única corredora que siempre se ha subido al podium desde que se disputan los campeonatos del mundo femeninos.

Quizá Marianne Vos, comparado con Kupfernagel, da la sensación que no merecería estar al mismo nivel, especialmente si hacemos una comparación teniendo en cuenta el palmarés, pero es que esta maravilla de ciclista holandesa cuenta todavía con 19 años, y de forma asombrosa durante el año 2006 se ha proclamado campeona del mundo tanto en carretera como en ciclo-cross. Ahí es nada.

Las alternativas:

- Daphny Van den Brand (06/04/1978) - Holanda
- Laurence Leboucher (22/02/1972) - Francia
- Maryline Salvetat (11/08/1974) - Francia

De este pequeño grupo saldrán las ciclistas que en mayores aprietos pondrán a las reinas de este deporte. La holandesa Van den Brand, conocida por su famosas trenzas, es a sus 28 años, la ciclista que tras Kupfernagel mayor número de medallas ha obtenido en los mundiales disputados hasta la fecha. Eclipsada por la estelar aparición de Marianne Vos en el mundo del ciclo-cross de su país, es una ciclista que estará en los lugares de privilegio a pesar de que la luz con la que apareció en el concierto mundial no brilla tan espléndidamente como antes.

Las dos ciclistas francesas son veteranas, especialmente Leboucher que poco después de la cita mundialista cumplirá 35 años, y que a decir verdad, no goza del pedaleo que tenía hace tan sólo un par de temporadas, que le sirvió en los años 2004 y 2002 para hacerse acreedora de dos maillots arco-iris. Sólo es superada en cuanto a número de títulos mundiales por Kupfernagel, pero salvo la edición intermedia a sus títulos mundiales, en la que obtuvo una medalla de bronce, no ha vuelto a colgarse un metal en su cuello, aunque no es menos cierto, que su competitividad le posibilitará rondar las posiciones de privilegio y quien sabe si volver a subir a cualquiera de los escalones del podium mundialista.

Maryline Salvetat no es una ciclista tan reconocida como su compatriota, puesto que tan sólo en su palmarés guarda una medalla de plata obtenida en la edición 2004 que se disputaba en suelo galo, pero tiene una cualidad que la hace merecer el reconocimiento de todos, y es que goza de una regularidad y una fiabilidad pasmosa. Posiblemente no esté entre las llamadas a ganar una medalla, pero no existe ninguna duda de que muy cerca de ellas estará.

Las incógnitas:

- Mirjam Melchers-Van Poppel (26/09/1975) Holanda
- Sabine Spitz (27/12/1971) Alemania

La alemana es poco probable verla, ya que su única aparición estelar en ciclo-cross fue con la disputa del mundial en su país, contribuyendo al doblete femenino que las germanas obtuvieron. Una ciclista centrada en el Mountain Bike, que dejó impronta de su clase en el helado trazado alemán de St. Wendel, y que si decidiese estar presente en la cita mundialista, a buen seguro que su resultado sería brillante.

Mirjam Melchers-Van Poppel aunque es una habitual del ciclo-cross no en vano, obtuvo una medalla de bronce por detrás de Kupfernagel y Spitz en St. Wendel, y en la última edición de Zeddam se clasificó en la cuarta plaza, es una ciclista que generalmente cae en el olvido en esta especialidad. El potencial femenino de su país, así como lo poco que se prodiga en las competiciones internacionales, hace que sus participaciones se tornen incógnitas cuando tanto tiempo queda para llegar a la cita. Cuando el evento esté próximo a su celebración a buen seguro que las duda se irán despejando.

A la espera:

- Birgit Hollmmann (31/12/1973) Alemania
- Nadia Triquet-Claude (25/10/1978) Francia
- Reza Hormes-Ravenstijn (06/02/1967) Holanda
- Arenda Grimberg (10/03/1978) Holanda
- Christel Ferrier-Bruneau (08/07/1979) Francia

No es sencillo estar y crecer a la sombra de unas ciclistas que lo copan todo, y es que como se puede comprobar, las dominadoras del ciclo-cross mundial se circunscriben a unos determinados países de procedencia. Hollmmann se intuye como una cada vez más peligrosa rival mientras que Triquet-Claude y Ferrier-Bruneau intentan hacer más peligroso, si cabe, el buen hacer galo en esta especialidad. En cuanto a Hormes-Ravenstijn, con 20 años más de edad que Marianne Vos, es un canto a la longevidad deportiva digno de admirar, y a pesar de que tras el mundial cumplirá 40 años, se mantiene en la élite mundial con suficiencia, mientras que su compatriota Grimberg, oculta siempre tras el brillo de sus compañeras de selección, está siempre al asalto de las posiciones de privilegio.

El peligro no continental:

- Helen Wyman (04/03/1981) Gran Bretaña
- Ann Knapp (19/12/1968) EE.UU.
- Lyne Bessette (10/03/1975) Canadá

Fuera de la Europa Continental hay vida, y lo pone de manifiesto una joven ciclista británica, Helen Wyman que a sus 25 años está llamada a intercalar su maillot en los puestos cabeceros entre las habituales propietarias de éstos. Es una ciclista que se está asentando en la élite de la especialidad, y que no debería sorprendernos si se lleva un metal para las islas como en su día hizo la veterana y todavía en activo a sus casi 42 años, Louise Robinson, en el primer mundial disputado en el año 2000.

Knapp y Besette son el estandarte del ciclo-cross norteamericano, un ciclo-cross en la que la presencia femenina va más allá de lo meramente testimonial y no son pocas las mujeres que participan en esta especialidad invernal. Desgraciadamente no gozan de la competitividad necesaria por el aislacionismo continental de un ciclo-cross que se circunscribe prácticamente a la Europa Central pero siempre han aparecido ciclistas norteamericanas en los primeros puestos de los campeonatos del mundo, y estás dos ciclistas a buen seguro que seguirán manteniendo la tradición.

A partir de aquí bien podría entrar Rosa Bravo, pero son tantas las vicisitudes favorables que deben darse para que fuera posible verla a la estela de estas ciclistas, que es recomendable apuntar a aquellas ciclistas que tienen tantas o más posibilidades de ocupar las posiciones por las que luchará Rosa Bravo, pero que si es la vallisoletana es quien lo logra, no debería sorprendernos.

Así que si para las anteriores ciclistas no entra dentro de sus previsiones verse por detrás de la ciclista española, algunas de las ciclistas que se citarán a continuación lucharán con Rosa por los mismos objetivos.

A la par:

- Anja Nobus (09/04/1974) Bélgica
- Susanne Juranek (25/02/1975) Alemania

Nos limitaremos a señalar dos ciclistas por lo habitual de la presencia de ambas en la especialidad ciclopedestre. Sorprende que la categoría masculina esté copada por ciclistas de procedencia belga y sin embargo las féminas de ese país, no estén a la altura de sus compatriotas. Es quizá Nobus la ciclista que más confianza transmite de ese país, que sin embargo está lejos de acercarse lo más mínimo a lo que realizan sus compatriotas masculinos. Juranek es una ciclista de un nivel similar a Nobus, seria y metódica, que está lejos de ofrecer el nivel estelar de otras compatriotas suyas, aunque eso no quita para reconocer a esta competitiva ciclista.

Jóvenes y peligrosas:

- Veerle Ingels (24/12/1981) Bélgica
- Sanne Cant (08/10/1990) Bélgica
- Linda Van Rijen (15/06/1988) Holanda
- Daniela Bresciani (04/07/1982) Italia
- Francesca Cucciniello (08/09/1984) Italia
- Gabriella Day (01/12/1984) Gran Bretaña

Cuando uno ve la edad de las ciclistas que domina el panorama internacional, todo aquella ciclista que haya nacido en la década de los 80 le parece una persona joven aunque para otros pudiera no serlo, pero a lo que a todas luces es un hito de precocidad, es la edad de la belga Sanne Cant, que a sus 16 años ya se codea con la élite mundial. No por llegar antes se llega más lejos, pero hace pensar que el futuro belga es más ilusionante que su presente, cuando además de a esta ciclista, unimos el nombre de Veerle Ingels, que próxima a cumplir 25 años, progresa adecuadamente y se está haciendo un nombre en la especialidad.
Es difícil de hablar de futuro en Holanda más allá de Marianne Vos, ya que siendo tan precoz en la conquista de cetros mundiales, da que pensar que su reinado se extenderá a lo largo de los próximos años, pero también hay jovencitas como Linda Van Rijen que a sus 18 años está en disposición de que en un futuro no muy lejano, junto con ciclistas como Marianne Vos, perpetuarán el dominio holandés en la especialidad.
Daniele Bresciani y Francesca Cucciniello son dos jóvenes aunque experimentadas ciclistas italianas de 24 y 22 años respectivamente. Son el relevo de ciclistas como Annabella Stropparo y Maria Paola Turcutto, que en su día, y especialmente cuando el mundial se disputó en suelo italiano, pusieron al ciclo-cross italiano a un nivel que ahora no poseen y que estas jóvenes están llamadas a recuperar.
Gabriella Day es una joven británica próxima a cumplir los 22 años de edad, en lo que junto a su compatriota Helen Wyman anticipa un buen futuro de la disciplina en las islas británicas, cosa que no ocurre en cualquiera de las categorías masculinas.

Quizá para alguna de estas jóvenes aun sea pronto y otras debido a su precocidad llegarán a la élite antes de lo imaginado, pero no deja de ser cierto, que en un mundo copado prácticamente en su totalidad por veteranas ciclistas, estas jóvenes están llamadas a ser su futuro relevo, y en lo que respecta a su presente deben ser tenidas en cuenta, puesto que posiblemente las veamos luchando con Rosa Bravo por objetivos similares.

Una vez presentadas las principales rivales de la vallisoletana y animando con ello a seguir las evoluciones de las féminas a lo largo de todo lo que queda de campaña, mi pregunta sigue siendo la misma, ¿conseguirá Rosa Bravo superar la barrera?

7 de noviembre de 2006

Los chicos de Hazoumé

El Tour de Burkina Faso ha finalizado y a lo largo de la prueba han sido los corredores foráneos los que han dominado de principio a fin.

Lyonel Syne se impuso en el sprint de la primera etapa siendo el primer portador del maillot de líder. Sólo le duró una jornada, puesto que tras la victoria del marroquí Abdelati Saadoune, le llevó al vencedor de la edición del año 2002 a liderar la prueba hasta el ecuador de la misma. La tercera y cuarta etapa tuvieron a ciclistas galos como propietarios, ya que Jean-Luc Delpech y Sthépane Bonsergent se impusieron respectivamente en los dos triunfos parciales. En la quinta, un compañero de Lyonel Syne, el también belga David Verdonck fue el ciclista que impuso su punta de velocidad.

Tras la quinta de las etapas se llegó al día de descanso. Y en la jornada siguiente se vivió un hecho trascendental, y es que el maillot amarillo cambió de dueño, al que ya no se puedo desbancar de tan privilegiada situación. La etapa fue a manos del francés Herman Conan, pero el liderato fue al de nuevo protagonista David Verdonck.

Intentos infructuosos por desbancar del liderato a Verdonck en las etapas restantes, acabaron viendo como los diferentes triunfos parciales fueron a parar a manos del francés Julién Gonnet en la séptima etapa, al egipcio Ahmed Rashad en la octava y de nuevo color galo con Sthépane Bonsergent que repetía victoria imponiéndose en esta ocasión en la novena etapa. Las dos últimas etapas vieron como súbditos del Reino de Marruecos alzaban los brazos, siendo de nuevo Abdelati Saadoune quien obtuvo la victoria en la décima etapa, y su compañero de selección Mouhssine Lahsaïni quien resulto vencedor en la etapa que cerraba la vigésima edición del Tour de Burkina Faso.

La victoria final fue para David Verdonck, escoltado en el podium por el camerunés Martinien Tega y el francés Julián Gonnet. El vencedor en la edición del año 2004, Abdoul Wahab Sawadogo, fue el primero de los ídolos locales en octava posición.

La verdad es que tenía la esperanza de volver a ver algún corredor subsahariano en lo más alto del podium, y tenía interés por ver las evoluciones que etapa tras etapa tenían aquellos corredores de raza negra, esperanzado en que pudieran obtener algún triunfo parcial que finalmente no se produjo. Siento predilección por aquellos deportistas que a pesar de las dificultades luchan y luchan por alcanzar un objetivo que la mayoría de las veces ni se cumple.

Tenía la esperanza de ver a los corredores locales, alguno de los cuales incluso ha tenido experiencia en el ciclismo amateur francés, de la misma forma que Hamado Pafadnam lo tuvo en su día en el ciclismo amateur español, incluso aguardaba con esperanza las evoluciones de un joven ciclista camerunés de 21 años, que probablemente acabe algún día venciendo esta prueba, Joseph Sanda. Pero bien es cierto, que mis ojos estaban puestos en dos ciclistas que ni tan siquiera iban a tener la oportunidad de acercarse a los lugares de privilegio, Robert Kponha y Augustin Amoussouvi, los chicos de Hazoumé.

A muy pocos les dirá algo en el mundo del ciclismo el apellido Hazoumé, es más, ni tan siquiera tuve conocimiento de su persona a través del mundo de las dos ruedas, y es que es bien conocido por otra faceta bien diferente.

Romuald Hazoumé nació en 1962 en Porto-Novo (Benín) donde actualmente reside y trabaja. Tras cursar estudios de artesanía, se dedicó a la escultura y la pintura. A mediados de la década de los 80 comenzó a experimentar en la escultura con objetos de metal y plástico.
Esta experimentación le llevó a recibir una exitosa crítica que le valió para participar en numerosas exposiciones internacionales, en la que la mayor parte de las ocasiones participaba dentro de un bloque africano, pero me llamó poderosamente la atención observar como “The October Gallery” posibilitaba una exposición en solitario del artista. No es frecuente que dada la procedencia del artista en cuestión ocurra algo así.

“ARTicle 14 – Get by as best you can” o lo que es lo mismo, “Artículo 14 – Cuida de ti mismo como mejor puedas”, era el título bajo el que presentaba su exposición el artista beninés ya hace más de un año en la capital del Reino Unido.

Esta instalación hablaba de cómo la gente está luchando por sobrevivir en África. El título del trabajo se refiere a un supuesto decimocuarto artículo en constituciones africanas, que es una ironía extensible a muchas partes del África Occidental.
La instalación abarca símbolos de cómo la gente corre su propio riesgo, como el Estado no protege a sus trabajadores o los bajos niveles de vida existentes, y es, en definitiva, una forma de poner de manifiesto como se obliga a la gente a encontrar su propia forma de sobrevivir.

Podemos interpretar el mensaje de Hazoumé como que uno debe de cuidarse de si mismo ya que ningún otro lo hará, en una referencia crítica a la corrupción estatal, que trata de ser un manifiesto de resistencia ante el opresor. Toma la inspiración de la preocupación por reflejar las realidades a las que hace frene la gente de Benin, continuando de esta forma su prolongado diálogo artístico sobre las cuestiones históricas y sociopolíticas que afectan a las sociedades del África Occidental.

La principal instalación de Hazoumé se plasma en el carro de un vendedor del mercado, repleto de refrescos, cervezas, juguetes de plástico, balones, cepillos, maquinillas de afeitar y cacerolas convirtiéndolo en una penetrante crítica al consumidor. Donde una vez colgaron productos recientemente manufacturados, a la espera de ser consumidos, ahora encontramos restos de embalajes vacíos y materiales gastados, convirtiendo los escombros del mecanismo capitalista en una metáfora sobre el vacío del mundo material.

Hazoumé nos alerta sobre la historia de los objetos que nos rodean, y les vuelve a asignar un lugar dentro de realidades políticas y sociales.

Todo lo anteriormente expuesto únicamente serviría para ilustrar brevemente a un artista y dar a conocer la intencionalidad de su obra artística, pero es que el artista en cuestión tiene una afición y una pasión, que no es otra que el ciclismo. Un ciclismo que lleva en el corazón y que transmite desde su ordenador portátil en ese deambular entre museos y exposiciones en los que está presente la itinerante obra de Hazoumé.

Llegó al ciclismo desde el judo tras una grave lesión de rodilla, que le apartó del camino que conducía a los JJ.OO. de Seúl de 1988. Como a tantos otros deportistas lesionados le recomendaron pedalear para rehabilitar el daño producido, y el cruel destino quiso que quedase prendado del deporte de la bicicleta. Afrontó con entusiasmo esta nueva vertiente deportiva en su vida, pero la anatomía que había esculpido con el judo fue un lastre para el ciclismo.

Ser ciclista en su país no es nada fácil. Uno entiende que los medios son escasos, que nacer y vivir en una país a la cola mundial del desarrollo implica dificultades de todo tipo, pero todo se incrementa exponencialmente cuando uno nace en una tierra que ya de por sí está a la cola de los países que ya están en la cola.

Hazoumé tiene un equipo ciclista, en el que la voluntad es el santo y seña del conjunto, puesto que carecen de todo lo demás. No es ni habitual ni fácil que un niño quiera ser ciclista en aquel país, puesto que el fútbol lo copa todo. Y es que no sólo faltan estructuras para practicar el deporte de las dos ruedas, y el material ciclista que poseen parece cualquier reliquia extraída del museo de la bicicleta antigua, sino que para poder entrenar hay que comer, y eso no se produce todos los días.

No es la primera vez que los chicos de Hazoumé participan en el Tour de Burkina Faso, aunque dada la manifiesta inferioridad con respecto a los rivales en esta ocasión lo hicieron integrados en un equipo mixto, compuesto por dos ciclistas de Benin, otros dos de Mali y el mismo número de ciclistas de Togo. Ninguno de los dos ciclistas de Benin consiguió acabar la prueba, puesto que Robert Kponha a las primeras de cambio y Augustin Amoussovi mediada la carrera, tuvieron que poner pie a tierra y abandonar la prueba.

Por eso Hazoumé por donde quiera que vaya, trata de conseguir mejorar las condiciones de sus ciclistas, seguro del potencial que poseen. Desgraciadamente la realidad a día de hoy dice que a pesar de esa supuesta materia prima, ni poseen la mentalidad necesaria, ni las condiciones marcadas por el lugar que les vio nacer permiten que los ciclistas bajo su tutela puedan destacar lo más mínimo.

Esta itinerante vida de Hazoumé, que le ha llevado a conocer medio mundo y buena parte del otro, le ha permitido contactar con personas e instituciones a las que ha contado su pasión y que ha posibilitado, que sus ciclistas hayan tenido acceso a material ciclista, que de otra forma no hubiesen conseguido. Entre otras la Fundación Euskadi, con la que deseaba poder entablar una conversación, con el objetivo de que el equipo de Miguel Madariaga puediese de una forma u otra proporcinar cualquier tipo de ayuda en pos de una mejora de la situación de los ciclistas de Benin.

Y es que ahora parte de su obra está en Euskadi, concretamente en el Museo Guggenheim-Bilbao dentro de la exposición 100% Africa que ha presentado la Contemporary African Art Collection (CAAC) y que aglutina a un buen número de obras de diferentes artistas subsaharianos entre ellos las de Romuald Hazoumé. Las obras estarán expuestas hasta el 18 de Febrero del 2007. Una bonita excusa para acudir al museo y poder conocer su reivindicativa obra uniendo ciclismo y cultura.

Mourey se confirma en Treviso

La gira europea llamada Copa del Mundo hacía su cuarta parada en territorio italiano. Concretamente la localidad de Treviso era la elegida para albergar la prueba.
Pasado y futuro se entremezclaban con sólo visionar el circuito. Viejos recuerdos aparecían en la mente de uno al contemplar que Mapei era la firma patrocinadora del evento. Ilustre firma que sigue y seguirá ligada al ciclismo, aunque de otra forma bien distinta a la que se dio a conocer de un modo sobresaliente en el mundo de las dos ruedas.

Y con la mirada puesta más allá de esta prueba, la élite del ciclismo mundial palpaba seriamente el circuito de Treviso, escenario que albergará el Campeonato del Mundo a disputar a principios del año 2008, es decir, la próxima temporada ciclopedreste. Advertidos quedan todos del circuito en el que se pondrá en juego el maillot arco-iris.
En este futuro circuito mundialista se puso de manifiesto que el desenlace será incierto muy probablemente hasta los últimos metros. Se caracterizará por la alta velocidad a la que pedalearán los ciclistas, además de ser un circuito propicio para formar grandes grupos de ciclistas, que sin posibilidad de romperse, transitarán compactos hasta bien entrada la prueba. Aquí un simple error, te puede mandar de la cabeza de la carrera al fondo de la clasificación en un abrir y cerrar de ojos.
Estamos acostumbrados a ver rodar a los corredores de uno en uno en nuestro ciclo-cross nacional y allí, como en muchos otros circuitos de Europa, será bien diferente. De todas formas, los delegados de la UCI allí presentes también observaron esto y se fueron con la determinación de indicar a la organización de la cita mundialista que el circuito debe ser modificado de tal forma que imposibilite que la prueba esté abocada a dilucidarse en un sprint masivo. También, en la mente de todos estaba que quizá por las fechas en las que se disputan los mundiales, el circuito no esté tan seco como en esta ocasión.

La prueba se desarrolló en la tónica general de lo que es el ciclo-cross moderno y que ya hemos podido presenciar en las pruebas anteriores. Incluso en esta ocasión las características estaban más marcadas si cabe, y es que hasta el desenlace final de la prueba, un numeroso grupo de aproximadamente veinte unidades rodaba prácticamente de forma conjunta.

Volvimos a ver como Kamil Ausbuher y Gerben De Knegt tomaron el mando de la prueba en sus primeros compases, siempre con Sven Nijs mostrando su rueda a modo de control sobre sus rivales.
Por fin, tuvimos la oportunidad de contemplar al local Enrico Franzoi, para alegría de sus seguidores puesto que prácticamente corría en casa, ostentar la cabeza antes en el primer tercio de carrera. El corredor del Lampre-Fondital no está haciendo una temporada en la línea de la positiva evolución que estaba teniendo como ciclista en esta especialidad, y que nos hacía pensar la temporada pasada que en un futuro a corto plazo sería el ciclista llamado a contrarrestar con autoridad el apabullante dominio belga. Le está costando estar delante, y ojalá esta prueba sea el comienzo del despertar del ciclista italiano y en próximas pruebas podamos verlo en un papel estelar, que por el talento natural del ciclista, sin duda le corresponde.

Pero detrás de Enrico Franzoi acecha una duda que cada vez tiene más posibilidades de convertirse en realidad. El ciclista italiano, que disputó hace unos meses la Vuelta a España dejándonos un agradable sabor de boca, se debate entre abandonar la práctica del ciclo-cross y centrarse en la ruta o seguir de la misma forma que hasta la fecha. Franzoi es un ciclista de enorme talento, como ya lo demostró en categorías inferiores, puesto que no sólo consiguió un título mundial de ciclo-cross sino que dentro del competitivo y difícil ciclismo en ruta italiano, su calidad le permitió representar en eventos mundialistas a la escuadra italiana con notable resultado. De momento ha asegurado que este año disputará ciclo-cross pero a partir de ahí todo son dudas. Quizá con la disputa del mundial de Treviso en el horizonte, la postura pueda ser reconsiderada, no en vano, en el último mundial celebrado en territorio italiano, se alzó con el maillot arco-iris en la categoría Sub´23.

También en estos compases estuvo delante Radomir Simunek, que fue el mejor de los ciclistas checos que finalizaron la prueba, ocupando la undécima plaza en una aciaga jornada para los ciclistas de este país, especialmente cuando el recuerdo de Tábor está tan cercano en el tiempo, aunque también hay que decir que Zdenek Stybar tomó parte en la prueba reservada para la categoría Sub´23 alzándose con el triunfo, no participando evidentemente en la prueba reina del día.

Interesante fue ver a Christian Heule dominador incontestable del calendario germano-suizo, que como siempre generoso en el esfuerzo, se dejó ver en cabeza de carrera también en los albores del primer tercio de carrera. El ciclista está siendo la alegría de su equipo, el Stevens Team Racing, cuando precisamente el conjunto no está para muchas celebraciones puesto que desgraciadamente está abocado a su irremediable desaparición.

La carrera mantenía esa tónica. Diferentes ciclistas rotando en la cabeza de la prueba, dentro de un numeroso grupo que no perdía unidades y que se movía al compás del control establecido por los corredores belgas. Era precioso ver la alternancia de posiciones y los armónicos movimientos ejecutados a tan alta velocidad, dentro de un pelotón tan numeroso.
Pero tras el periodo de tanteo, se produjo una pequeña ruptura en el numeroso grupo, que a la postre y gracias al buen entendimiento, fue definitivo.

De esta forma se llegó a la última recta con Vervecken, Nijs y Mourey como protagonistas de un juego en el que sólo uno de ellos iba a resultar victorioso.
Erwin Vervecken se había impuesto en los últimos sprints de los grupos perseguidores, esos grupos en los que el vencedor lucha por subirse al último peldaño del podium. Ahora era diferente. Tenía la opción de subir a lo más alto del cajón y partía en teoría con la condición de favorito. Sin embargo en su apuesta salió cruz y tuvo que conformarse con la tercera plaza.

Vervecken fue remontado y batido por Sven Nijs. Normalmente jugarse la victoria entre los belgas al sprint no tiene como vencedor habitual al fenómeno belga de Rabobank, no por falta de cualidades sino que el ciclista no gusta de verse en estas apuradas situaciones. Pero para aumentar el sorpresivo desenlace de la prueba, Nijs tampoco obtuvo la victoria, sino que le correspondió la segunda posición del apretado sprint, ya que en los últimos metros tuvo que ver como irremediablemente aparecía por su derecha el ciclista que mejor se había colocado para disputar el sprint, y tuvo que contemplar derrotado como era Francis Mourey quien se alzaba los brazos en señal de triunfo.

El desenlace incierto, no sólo por su resolución, sino por el nombre del vencedor fue lo más llamativo de la jornada. Aunque a decir verdad no debe sorprendernos la victoria gala, puesto que avisados estábamos de sus posibilidades tras verlo en Kalmthout, y sobre todo avisados de sus intenciones, ya que no han sido pocas las ocasiones en las que ha advertido que enfundarse el maillot arco-iris es su, cada vez más real, objetivo. Si tras la prueba de Kalmthout comentábamos que lleva la senda correcta para conseguir su objetivo, ahora esa firmeza en los pasos con lo que camina hacia la cita mundialista, debe ser tan tenida en cuenta, como la de cualquier otro favorito, a pesar de que su procedencia no sea belga.

Así que victoria para el pequeño ciclista francés del Française des Jeux que se sitúa por derecho propio entre los más grandes de la especialidad, en esta apretada carrera en la que entraron 22 ciclistas en un margen de 63 segundos.

No tuvimos la oportunidad de ver a ningún ciclista nacional en esta categoría, cosa que si ocurrió y por partida doble en la categoría femenina con la presencia de Rosa Bravo y Marta Vilajosana.

Subrayar los resultados obtenidos por los ciclistas helvéticos y además en mayúsculas al ver como la cuarta plaza iba a parar a manos de Simon Zahner imponiéndose en el grupo perseguidor a Wellens, Heule, Vantornout, Franzoi y Chainel que entraron por este orden y el mismo tiempo a 18 segundos del trio cabecero.

La quinta puntuable será en Pijnacker (Holanda) este próximo fin de semana. ¿Será el momento en el que florezcan los marchitos tulipanes?